"Marinera viva e inclusiva": los campeones salen a escena
"Marinera viva e inclusiva": los campeones salen a escena

Se armó la jarana. Julie Freundt empieza a entonar una marinera mientras Alfredo di Natale, campeón laureado en el concurso de Trujillo, se suma con las palmas. Frente a ellos, Joselyn Mendoza Atúncar y José Carlos Mendoza Mori empiezan a bailar con entusiasmo. Con mucho ritmo, realizamos una sesión fotográfica con algunos de los protagonistas del espectáculo “Marinera viva e inclusiva” que se presentará mañana en el C.C. Rímac del Boulevard de Asia.

El show, organizado por la Asociación Peruana de Cultores de la Marinera (Apecuma), presentará la diversidad de estilos de la marinera (desde la norteña hasta la serrana) gracias a las presentaciones de 30 destacados bailarines.

Entre ellos, 10 forman parte del elenco artístico Fray Masías perteneciente al colegio de enseñanza especial del mismo nombre. Son jóvenes, entre 20 y 30 años, con síndrome de Down que han viajado por el Perú y EE.UU. demostrando su habilidad en la danza.

“Junto con Apecuma [dirigido por Di Natale] realizamos este espectáculo donde queremos demostrar que no hay nada que limite bailar marinera”, afirma Mercedes Villalobos, directora del colegio y del elenco que también organiza “Marinera viva e inclusiva”. “Ellos tienen un gran talento y pueden ser incluidos en los grandes espectáculos. Esto también ayuda a que la sociedad se sensibilice y los acepte, que no haya esa discriminación y exclusión que todavía existe”, añade.

JULIE DEL PERÚ
Julie se sumó entusiasmada a la invitación hecha por sus amigos Di Natale y Villalobos. “Me siento muy agradecida y bendecida de ser parte de este espectáculo y tener la posibilidad de compartir el escenario con estos jóvenes y grandes talentos con habilidades diferentes”, dice la cantante que deleitará al público con un repertorio de marineras, tonderos, valses y, por supuesto, el popular “José Antonio”.

“Yo los veo como artistas que dan lo mejor de sí en el escenario. Ellos dejan el corazón en cada baile y esa es una emoción genuina que te lleva a bailar, a expresar, a cantar, a disfrutar, a sentirte orgulloso de ser peruano y lograr –a través del arte y el baile– resultados tan grandes como estos”, resalta la intérprete ya entusiasmada por comenzar  los ensayos.

Ella invita al público para apreciar el espectáculo donde se mostrará toda la destreza y la elegancia de las parejas. Estén atentos a los zapateos en los hombres y al contrapunto de faldas en las mujeres.

EJEMPLOS DE ENTREGA Y ALEGRÍA
Joselyn, 21 años, se preocupa porque todo su atuendo esté perfecto. Desde el clavel que adorna su cabello hasta el pliegue del fajín. Ya van ocho años desde que decidió aprender la danza. José Carlos, 24 años, tiene bien grabados los movimientos de la marinera. Al escuchar las primeras notas sus pies y manos inmediatamente comienzan a bailar; por algo fue nombrado campeón nacional, en su categoría, en el 2011. Siempre acompañándolos están sus respectivas madres, sus principales seguidoras.

“El padre de una persona con discapacidad dice: ‘Mi hijo puede desarrollar este talento y ser admirado al margen de su discapacidad’”, comparte Mercedes, de seguro, acordándose de los padres de sus alumnos en el colegio o en su Escuela Nacional Especial de Arte.

Ella recalca que la constancia es necesaria (en abundancia), pero los resultados son más que provechosos al ver a sus hijos siendo reconocidos ya sea en el baile, la pintura, la actuación o cualquier otra actividad artística que deseen desarrollar. El valorarse a sí mismo por su habilidad no tiene precio.

“Para desarrollar este talento ellos han tenido que trabajar 10 veces más que una persona sin discapacidad y eso es lo más valorable. El esfuerzo e ímpetu que ellos ponen, ese es el modelo de vida que nosotros debemos de tomar. Ellos nunca desfallecen, siempre están motivados, hay positivismo y han superado su limitación”, recalca la educadora que, desde hace 18 años, impulsa la inclusión cultural.

Por estas mismas cualidades, y otras más, Julie Freundt destaca a los jóvenes como ejemplos. “Me siento comprometida con ellos por la motivación que tienen para bailar y para realizar cada objetivo con mucha pasión y dedicación. Son un gran ejemplo de vida, de entrega, de alegría, de gozo; y luego de júbilo cuando les ves su carita de felicidad al recibir el gran aplauso”. Se trata de una fiesta de peruanidad a la que estamos todos invitados.

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