Milena Warthon se considera una artista de la gente. La reciente ganadora de la Gaviota de Plata en la Competencia Folclórica de Viña del Mar 2023, vio crecer su carrera gracias al contenido que publica en redes sociales. Con una personalidad excéntrica, la cantante viralizó videos donde comparte su historia, vulnerabilidades, logros y otros aspectos de su vida; detalles que acompañaron a su propuesta musical, sus ritmos de pop andino. La ambición que carga está al mismo nivel de cualquier estrella: la internacionalización. Lejos de dormirse en sus laureles, o tomar un merecido descanso, ella trabaja en el lanzamiento de su primer álbum. En entrevista con El Comercio, nos comenta más acerca de su relación con el público, su estilo, su paso por “La Voz Perú”, el gesto de su rival colombiano y las críticas que recibe en redes sociales por no haberse pronunciado sobre las protestas en el país.
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—Llevas cerca de dos años como tiktoker para impulsar tu carrera musical, y te ha funcionado muy bien. ¿Cómo logras saber qué es lo que espera tu público de ti?
Yo me considero una persona muy creativa, pero he ido acostumbrándome a la plataforma. Mis videos del 2020 no son tan chéveres como los que hago ahorita, que son muy locos. En realidad, las redes sociales son un mundo en el cual puedo expresar mi excentricidad, expresar quién soy, y creo que también la estética que he creado es muy diferente; es “feamente bonita”. Mi público también va mucho con el perfil de artista que soy, alguien “único y diferente”.
"Sé que muchas personas ahora tienen grandes expectativas sobre mí y eso me pone nerviosa".
—Siempre cuentas tu historia, no dejas que los medios o el público hable por ti.
Sí, totalmente. No estoy esperando a que alguien más diga quién es Milena. Yo misma digo quién soy y lo que quiero decir con mis canciones, eso hace que mi público entienda más mi concepto. Para mí, la TikTok y las redes han sido mi primera pantalla, por eso creo que también soy una artista de la gente, porque realmente he crecido y estoy creciendo gracias a los compartidos, los ‘likes’, y los mensajes bonitos que me han enviado. Todo ese apoyo me ha llevado a esta gaviota.
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—Tus canciones están formuladas para calar en la audiencia de TikTok. ¿Cómo haces para que tu música funcione en redes sociales, pero que a la vez sea orgánica y trasmita un mensaje especial?
Eso es una locura. Tiene que haber mucho equilibrio, porque si bien este proyecto está llevando cultura y un mensaje tan fuerte como trascendente a nivel conceptual en letra y sonido, también debe ser una canción pop bailable que pueda colarse en las playlist de Spotify, que sea pegajosa y se quede en la cabeza, porque eso es parte de la estrategia digital que he estado haciendo. Aunque con mi nuevo disco me gustaría mostrar otras facetas y mostrar un lado más vulnerable. Franjo [Antich, de 28 años], mi productor, es un genio para eso y encontrarlo hizo un antes y un después también en mi carrera. Conectamos muy bien, también por un tema de edad y generacional.
—Si bien tu carrera en redes sociales te ha brindado alegrías, crecer ante la mirada crítica es un reto. A ti se te ha criticado el cuerpo, la etnia, el género...
Sí, ha sido un proceso de empoderamiento constante, de flaquezas y de volver a pararse. Es una lucha diaria y un compromiso que tengo conmigo misma. Todo lo que se ha dicho de mí en estas dos semanas ha sido abundante, para bien y para mal. Yo empecé el proyecto cuando tenía solo 17 años, y créeme que no lo empecé diciendo: “Voy a ser una representante de mi comunidad y voy a dar un mensaje”, no. Yo era una niña joven y hasta ahora lo sigo siendo, estoy en un proceso de madurez y mi música va madurando conmigo. Por eso, para poder afrontar tantas cosas, he decidido aceptar esa responsabilidad y abrazarla. Al decir “soy una mujer andina”, me pongo a disposición de que todo el mundo hable al respecto y me vulnerabilizo frente a la gente. Al decir quién soy, me etiqueto también, pero uso esa etiqueta para que las personas que me sigan se sientan identificadas. Después de Viña, entendí que estoy hastiada de las cosas que se han dicho de mí. Hoy más que nunca me he bañado en aceite para que las críticas se resbalen. Simplemente quiero ser Milena, estoy siendo Milena y a la gente que no le guste, qué pena.
—De igual forma, a los 17 años no tenías la madurez que tienes hoy, ¿llevaste acompañamiento psicológico o te apoyaste en alguien especial?
Claro que sí. Agradezco haber empezado mi carrera a la edad precisa, si lo hubiera empezado antes, tal vez hubiera sido aún más difícil. He tenido un proceso, no solo de aprender, sino también de entender cómo funciona la sociedad y la industria. Yo no vengo de una familia de músicos, he aprendido a la mala. Obviamente, tengo ayuda psicológica. Para mí, el primer breakdown que tuve en mi vida fue en “La Voz Perú”, porque nunca había sentido tanta exposición. A veces nos centramos mucho en lo malo y eso nos perturba, eso es lo que me pasó a mí. Pero ese quiebre hizo que me vuelva más diva que nunca; las cosas más bonitas nacen del dolor, te empoderan más. Ahora que he pasado por una situación similar tengo las herramientas para enfrentarlo, ya lo pasé antes y créeme que poco a poco me estoy volviendo más fuerte. No estamos hablando de egocentrismo, sino seguridad, porque sino las personas te comen viva; piensan que como sales en la televisión, tienen el derecho de decirte lo que quieran, y no.
—Y tú que conoces en carne propia las críticas, ¿Qué opinas sobre los comentarios de odio que está recibiendo el concursante colombiano, Fredy Harel, tras mostrarse fastidiado luego de tu triunfo? Él se disculpó personalmente contigo.
Yo conversé con Basurto [la banda a la pertenece el concursante] y estaban muy avergonzados. Conversé con Freddy también y me pidió disculpas. Él desde el primer momento me dijo que mi canción era su favorita, entonces fue muy raro. Luego me intentaron explicar que es una reacción normal porque al final es una competencia, si bien teníamos una buena vibra, uno se pone triste y le afecta, resultando en esas malas reacciones. No diría que Fredy es una mala persona, es entendible, todos cometemos errores. Yo sé que mis seguidores en el Perú se han sentido ofendidos, por lo que creo que no debió solo pedirme disculpas a mí, sino a todo el pueblo peruano.
—También hubo críticas en tu contra debido a una supuesta doble moral. Al considerarte una “mujer andina”, las personas esperaban que te pronunciaras acerca de las protestas sociales en Perú. ¿Tienes una opinión formada al respecto?
Es muy complicado para un artista hablar sobre estos temas porque al final son personas e ideologías que van cambiando. Yo no pongo la mano en el fuego por nadie, pero sí por lo que yo creo y por lo que he vivido. En nuestro país hay una herida histórica que estamos sanando poco a poco, y si bien estamos avanzando, nos falta mucho como sociedad para seguir progresando. Yo creo que sería sano tener un debate tranquilo, ya que esto no es reciente, estos problemas volverán a estallar porque no hay cambios estructurales. Tenemos que darnos cuenta de que la diversidad es nuestra mayor riqueza. [Lastimosamente] no todos tenemos las mismas oportunidades en este país, todavía existe mucho machismo y discriminación en todos lados. Sí, nos falta muchísimo como sociedad, eso es lo que yo trato de transmitir, desde mi tribuna los mensajes que trasmito son respeto, empatía y unión. Viña del Mar prueba que cuando el peruano se une, lo logra. Entonces, hay que unirnos también para hacer un cambio social en nuestro país.
—Actualmente eres el orgullo de muchos peruanos. ¿Sientes presión por las expectativas que este logro pone sobre ti?
Siempre siento presión, pero la mayor parte viene de mí. Tanto las críticas como mi perfeccionismo me hacen sentir frustrada. El año pasado fue de mucho sacrificio para mí y para mi equipo. Sin embargo, lo logramos. Me siento victoriosa por eso, en dos semanas he ganado 100.000 seguidores en Instagram gracias al festival, y en Spotify y Youtube [los números suben]. Sé que muchas personas ahora tienen grandes expectativas sobre mí y eso me pone nerviosa. Mi objetivo principal es ser feliz, aunque a veces me siento atrapada en un juego en que todo el mundo espera algo extraordinario de mí, cuando en realidad es muy difícil destacar en el Perú como artista, es complicado especialmente para aquellos que no hacen salsa, cumbia o música tradicional. Esta exposición también es una gran responsabilidad y porque llevo la voz de esos compañeros que tienen años intentando destacar en otros géneros, espero que esto signifique más oportunidades para todos los artistas peruanos.
—Lo bueno es que hay muchas personas que están esperando escuchar tu primer álbum, ¿Qué mensaje quieres brindar con esta producción?
Mi disco ya está casi listo, solo falta grabar las últimas cositas. En realidad, está simplemente en el estudio para que Franjo haga su magia. Será un disco que resumirá mi historia desde mi voz. Es un disco que habla de cómo yo vuelvo a mi raíz. Yo soy limeña, hija de madre ancashina y padre apurimeño. He nacido en una familia andina y migrante. Crecí en San Juan de Lurigancho, luego en Surco, y soñaba viendo Hannah Montana y High School Musical; esa es mi historia. El mayor regalo que me ha dado la música ha sido encontrarme con mi cultura. Decidí etiquetarme como mujer andina para representar a mi comunidad. El tema de la representación es muy importante, me hubiera encantado ver alguien que se vea como yo cuando era niña, que no sea solo parodia. De eso se trata mi disco, de Milena abrazando su raíz y sus sueños.