El músico peruano Diego Seymour, líder de Dreams on Board. (Foto: Difusión)
El músico peruano Diego Seymour, líder de Dreams on Board. (Foto: Difusión)
Redacción EC

La influencia de la música urbana es inevitable. Suena en todos lados, a cada hora y una buena mayoría se sabe las letras y hasta los pasos virales de De allí que Diego Seymour, músico peruano que lidera el proyecto de electrónica Dreams on Board, decidiera dejarse atravesar por esos sonidos. ¿Por qué no darles una oportunidad?

Seymour reconoce que hay un quiebre entre su trabajo anterior y el que ahora presenta. “Timeless” y “Taipei Lullaby”, publicados en el 2020 y 2021 respectivamente, tienen texturas distintas a las que caracterizan “Ambient-On”, su nuevo single. Es, confiesa el autor, una nueva etapa en su carrera.

Yo no me consideraba un oyente de música urbana, pero llegó a mí y me cautivó. Creo que esos ritmos llegaron para quedarse y, como soy una persona con gustos eclécticos, me di la oportunidad de tomarlos y adaptarlos a mi estilo de composición”, dice.

Además, añade, “Ambient-On” funciona también como una invitación a las nuevas generaciones, una forma de abrirles los oídos al universo de la música electrónica.

Música para abstraerse

Conceptualmente, “Ambient-On” también tiene una propuesta. Si la música urbana hegemónica, esa que suena en las radios, apuesta por la abstracción del mundo a partir del goce, el baile y la fiesta, el single de Dreams on Board apunta a lo contrario sin perder esa intención de ensimismar.

Lo explica Seymour: “Esta canción te lleva al otro extremo, te invita a sentarte, recostarte, a estar solo, aislado de lo que sucede a tu alrededor. Es una invitación a que los oyentes se hagan preguntas a sí mismos, al autoanálisis. Mi música es para que las personas se replanteen qué hacen aquí y ahora, y cómo le dan sentido a su existencia”.

“Ambient-On” no cuenta una historia: tal como explica su nombre, la intención es crear una atmósfera, un espacio imaginado en el que las personas se pueden sumergir. ¿Cómo es ese lugar? Seymour lo describe como amplio, con pendientes, pero sobre todo con caminos sinuosos. “Como si fuera un día cualquiera”, comenta. “Hay situaciones o momentos que disfrutamos, otras que no tanto, pero la idea es darnos tiempo para pensar qué hacemos y si lo consideramos bueno. Y aceptar las contradicciones propias de la vida”.

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