Cuando tenía cuatro años, Myriam Hernández (Santiago, 1967) quería cantar y convertirse en “esa cantante que viajaba”. Y no solo llegó a recorrer el mundo con sus canciones, también cambió vidas y unió corazones a su paso. Lleva cuatro décadas en el escenario y su icónico tema, “El hombre que yo amo”, cumple 35 años. “Nací para cantar y voy a hacerlo hasta que el público quiera”, dice. Como parte de su gira Mi paraíso Tour, la baladista de América se presentará los días 15 y 16 de agosto en el Gran Teatro Nacional del Perú por primera vez.
“Me emociona saber que estaré en un escenario tan maravilloso como ese. Iré con mis músicos y técnicos. Viajaremos 24 personas. Interpretaré las canciones que se hicieron éxitos y también las de mi nuevo álbum, ‘Sinergia’”, destaca la cantante chilena más internacional.
Temas, como: “Herida”, “Huele a Peligro”, “Mío”, “Te pareces tanto a él”, “Peligroso amor”, entre otros; son parte de la historia musical de millones en todo el mundo.
Olfato musical
Pero, entre todas ellas, hay una que sin duda destaca: “El hombre que yo amo”. A pocos meses de su lanzamiento, en 1988, se ubicó en el primer lugar en 20 países, y un año después ingresó al ranking latino del Billboard en Estados Unidos, haciendo historia en la música chilena en el influyente listado.
“Advertí que era una canción que transmitía perfectamente lo que una mujer enamorada siente. Me enamoré de su letra y melodía apenas la escuché. Era potente. Luché por grabarla. Rápidamente se transformó en un hit”, destaca. “No estuvo hecha ni dedicada a alguien especial”, aclara.
Algunos años después de su lanzamiento, cuando la artista chilena empezó a tomar consciencia de que parte de esta letra (Vuela siempre lejos pero vuelve al nido) no representaba sus ideales ni principios, decidió cambiarla por: “Vuelo siempre lejos, pero vuelvo al nido”.
“Hay estrofas con las que no estaba de acuerdo, pues yo no perdono a un hombre que se vaya y vuelva. No soy sumisa. Tampoco quería darle ese mensaje a la gente, así que le cambié la conjugación”, enfatiza.
“El hombre que yo amo” ha sido versionada en distintos idiomas y géneros en todo el mundo. En 2020, la peruana Susan Ochoa, lanzó una versión fusionando el rock y la balada.
“La escuché. También escuché versiones de Daniela Darcourt y de otras cantantes peruanas. Susan es una tremenda artista, me encanta. Hemos compartido escenario. Es demasiado bonito que tu música tenga tal repercusión”, refiere, emocionada. “Hace poco, en la última edición del Festival de Viña del Mar tuve el maravilloso honor de cantar con Karol G una versión de este tema. Hace 17 años no subía a la Quinta Vergara. Fue emocionante”, remarca.
El videoclip fue grabado en las dunas de Concón, en Valparaíso. En 2012, a una semana de su publicación en YouTube, llegó a ser el más visto de la plataforma con 20,5 millones de visitas.
“Fue una producción súper cercana, minimalista, simple. Marcó por su sencillez. A Eduardo Domínguez (productor musical) se le ocurrió la idea de hacerlo en las dunas, a mí lo del vestido blanco y la flor en el pelo. La silla roja también fue mi idea. Eran mis comienzos”, recuerda.
Repotenciada
Tras el lanzamiento de “Sinergia” (2022), su noveno disco de estudio, y el disco especial “Nuestra navidad”; la primera artista femenina chilena en recibir el Premio Grammy Latino a la Excelencia Musical, inició la producción de su próximo material discográfico, junto al compositor español Jacobo Calderón en Madrid y el ingeniero Boris Milán en Miami.
“Estoy muy feliz con la maravillosa recepción que ha tenido “Nos lo hemos dicho todo”, el primer sencillo de mi próximo disco. Tiene más de un millón y medio de vistas en YouTube. Y este jueves vamos a subir la segunda canción. El disco sale en octubre”, adelanta.
“Estoy en una etapa en la que solo quiero disfrutar de mi música y del cariño del público, seguir visitando nuevos países y haciendo nueva música”, subraya.
“Estoy en una etapa en la que solo quiero disfrutar de mi música y del cariño del público, seguir visitando nuevos países y haciendo nueva música”, subraya.