Incluso antes de alcanzar la fama, Noel Gallagher nunca podía prescindir de un par de zapatillas Adidas. Con modelos de diferentes diseños y ediciones, hoy en día posee más de un centenar en su colección. En cada viaje que realiza, siempre lleva una maleta exclusivamente para sus favoritas. Y es que, además de componer éxitos como “Wonderwall” o “Champagne Supernova”, Noel es un especialista de la famosa marca de las tres rayas.
Fue precisamente esa pasión por Adidas lo que, durante un encuentro en un ascensor, hizo que se fijara en las zapatillas de Brian Cannon, quien lucía un par de Adidas Indoor Super, un modelo que no estaba disponible en Inglaterra en ese momento.
“¿Dónde las compraste?”, recuerda Cannon a pregunta que le hizo Noel, iniciando una conversación en la que demostró su conocimiento sobre la dificultad de conseguir ciertos modelos en diferentes países. En años posteriores, esto explicaría el particular gusto de Noel por viajar a lugares como Argentina, donde había una mayor variedad de zapatillas Adidas.
Tras una charla sobre música, trabajo y calzado, surgió una oportunidad para el joven diseñador gráfico. “Le conté que había hecho la portada de una banda llamada The Verve, con la que estaba trabajando en ese momento. Volvió a mirar mis zapatillas y me dijo: ‘Cuando mi banda firme un contrato, tú serás quien hará las portadas de nuestros discos’”, cuenta Cannon, quien por entonces también comenzaba a establecer contactos con la banda Suede.
Detrás de las portadas
No pasó mucho tiempo para que el álbum debut de Oasis, “Definitely Maybe”, se posicionara en las principales listas musicales del Reino Unido, y tampoco tardaron en alcanzar la fama mundial. Sin embargo, antes de la distribución del disco, necesitaban una portada que coronara su primer trabajo.
Tal como lo había prometido, cuando Oasis firmó con Creation Records, Noel contactó a Brian Cannon para que creara el arte visual. “Me senté con Noel y discutimos ideas. Para ese álbum decidí mostrarlos en la portada porque nadie los conocía, así que me inspiré en la foto de la portada del disco de los Beatles, ‘A Collection of Beatles Oldies’, donde se los ve en su camerino en Tokio”, nos cuenta Cannon. “El resto fue simplemente decirles: ‘Chicos, finjan que no los están fotografiando’”, añade.
Ese estilo particular de portadas que genera la sensación de una presencia adicional en la escena—en este caso, un fotógrafo—, inspirado también en la pintura “El matrimonio Arnolfini” de Jan Van Eyck, que añade detalles sutiles a las imágenes, crea un nivel de intimidad. Cannon culminó el diseño con una tipografía hecha a mano que dio vida al nombre “Definitely Maybe”.
Después del éxito del primer disco, Cannon continuó a cargo de las portadas de Oasis, asumiendo el reto de crear la ahora emblemática carátula del segundo álbum, “(What’s the Story) Morning Glory?”. Tras pensar la idea con los Gallagher, el concepto seleccionado fue el misterio, con dos hombres desconocidos cruzando una calle como la representación perfecta de las preguntas que no tiene respuesta.
Los “hombres desconocidos” serían Noel y Liam, fotografiados en Berwick Street un domingo a las 5:00 a.m., algo que se volvió inviable tras una pelea entre los hermanos la noche anterior. Con todo el equipo listo para la sesión de fotos, el DJ Sean Rowley (camisa azul, de frente) y el propio Brian Cannon (camisa beige, de espaldas) terminaron siendo los protagonistas de la icónica portada, con Owen Morris, productor del álbum, apareciendo al fondo de la calle.
“Durante la grabación de ese disco ocurrió el famoso incidente en el que Liam regresó al estudio con sus amigos ebrios, lo que desencadenó una pelea de comida. Noel llegó después, vio el desastre y perdió los estribos. Se desató una pelea y, sí, hubo un bate de cricket involucrado”, recuerda Cannon, quien durante la pelea decidió tomarse una cerveza y regresar a su cuarto hasta que la situación se calmara.
Las peleas entre los hermanos serían una constante, al igual que los éxitos musicales. Aunque la historia gira en torno a los Gallagher provocándose mutuamente, surge la duda sobre la posición del resto de los miembros de la banda. Cannon lo resume de esta manera: “Todos sabíamos que era un problema, pero nunca nos metíamos. No eran dos tipos cualquiera, eran hermanos. Lo veíamos como un asunto familiar, por eso no interveníamos; simplemente los dejábamos continuar”.
Continuando su trabajo con Oasis, Cannon también diseñó una de las portadas más excéntricas del rock, “Be Here Now”. Originalmente, cada miembro de la banda propondría una escena, y el equipo iría a cualquier parte del mundo para tomar las fotos. Sin embargo, no hubo tiempo para realizar ese gran proyecto.
En su lugar, el guitarrista Bonehead sugirió hundir un Rolls Royce en una piscina, inspirado en el mito de que Keith Moon, baterista de The Who, había hecho algo similar. La foto fue tomada en abril de 1997 por Michael Spencer Jones, y tardaron dos días en colocar el auto de esa forma, además de agregar varios objetos elegidos por Noel Gallagher para completar la composición.
Otros trabajos de Cannon incluyen el icónico logo de la banda, inspirado en el logotipo de Decca que aparece en las portadas de los discos de los Rolling Stones. Además, diseñó las portadas de sencillos como “Live Forever”, “Wonderwall”, “Don’t Look Back in Anger” y “Some Might Say”, este último destacando por la aparición de los padres de Brian Cannon como personajes dentro de la composición.
Con el regreso de la banda y una llamada inesperada de Noel Gallagher, Cannon celebra el 30 aniversario de “Definitely Maybe” con una edición deluxe. Esta edición presenta una versión en blanco y negro y otra a color de la portada original, aunque sin los miembros de la banda presentes.
Aún con nuevas portadas por diseñar —quizá incluso para artistas peruanos si surge la oportunidad—, Brian Cannon mantiene clara su visión sobre la importancia no solo de la música, sino también del arte que la rodea. “Hay menos énfasis en el arte de los discos ahora porque no hay presupuesto para ello, pero las portadas siempre serán algo que la gente recuerde, incluso después de 30 años”, concluye.