Paul McCartney: reseña de "New", su último álbum
Paul McCartney: reseña de "New", su último álbum

FRANCISCO MELGAR WONG

Durante los últimos años se ha buscado revalorar a Paul McCartney como el verdadero visionario de los Beatles. Su gusto por la música de vanguardia y su afán por experimentar en los discos más ambiciosos del cuarteto se viene convirtiendo en el recurrente material de notas periodísticas tanto en Inglaterra como en Estados Unidos.

El propio McCartney ha ayudado a darle sentido a esta historia, grabando discos bajo el seudónimo de The Fireman, en los que se dedica a explorar sonidos ligados al avant-garde y a la electrónica contemporánea. Pero pocos hablan del valor de la música que ‘Macca’ ha hecho en estos proyectos. Lo que importa es recalcar que no se trata de un músico anclado en el pasado, sino de un artista puesto al día con lo que pasa hoy.

Pero, ¿es tan importante lo que pasa hoy? Sería bueno preguntárselo. Quizás la respuesta cambiaría nuestra forma de apreciar lo que ocurre en la música contemporánea.

En todo caso, “New”, el nuevo disco de ‘Macca’ continúa en esta línea. La placa nos trae doce canciones trabajadas con cuatro productores distintos: Paul Epworth, Mark Ronson, Giles Martin y Ethan Jones. El trabajo encargado a cada uno de ellos es el darle a las canciones un sonido actual. Y esto es especialmente evidente en el trabajo de Epworth, quien trajo sonidos que parecen haber sido tomados de Coldplay y Arcade Fire, como por ejemplo en "Save Us".)

Afortunadamente, Mark Ronson hace un trabajo estupendo con los dos temas que le tocan: “Alligator” y “New”, donde se recupera algo del sonido casero y desencajado que McCartney logró en sus dos primeros discos como solista: “McCartney” y “Ram”. Aunque no se trata de grandes temas, las canciones se sienten de forma inmediata, sin referentes contemporáneos que hagan de intermediarios entre el artista y el oyente.)

Pero el mejor tema del disco es sin duda “Early Days”. El productor de esta canción, Ethan Jones, no parece haber hecho más que poner un par de micrófonos para que se escuche la voz de Paul y las dos guitarras acústicas que sostienen el tema. La grabación incluso deja oír la voz de Paul quebrándose al intentar llegar a una nota demasiado alta para una garganta ya añeja por los años.)

La letra de la canción, donde McCartney rememora de forma nostálgica el mundo de su infancia, encuentra una correspondencia perfecta con la forma en que el tema ha sido grabado. Al terminar la canción, en lugar de seguir oyendo el resto del disco, uno no puede evitar querer volver a oírla, pensando que quizás no hubiera sido una mala idea que Paul hiciera un álbum completo con este estilo.

Quizás así, huyendo de la novedad, McCartney habría redescubierto al gran escritor de canciones que lleva dentro. No sería algo “nuevo”. Pero sí algo que valdría la pena volver a escuchar.

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