DIEGO PAJARES HERRADA
Pedro Suárez-Vértiz es un sobreviviente. Cuando su voz se apagó, echó mano de las herramientas que tenía a su alcance para hacer que sus ideas sigan llegando a su público. Tal vez ya no sea en sus canciones, pero sus palabras todavía resuenan en nuestras cabezas. Logró, finalmente, eso que anhelan los artistas: trascender.
La campaña Cuando Pienses en Volver tuvo una exitosa recepción de parte del público. ¿Te emocionó ese respaldo?
Es una recepción inesperada, una bendición. Pero que no debe detenerse, pues aún falta para llegar al millón de captaciones y así el evento pueda darse. Vamos bien pero es un trabajo día a día, hora a hora, minuto a minuto. El respaldo del público nos motiva, y a la vez debemos motivar a los que faltan. Es un emocionante círculo vicioso.
Realizarás un concierto en el que el público prácticamente será tu voz. ¿Eres consciente de que tal vez te conviertas en el único artista en el mundo en realizar un concierto así?
No lo había visto así, créeme. Me halaga mucho tu perspectiva. Aunque en realidad todo partió de una necesidad observada en el público. Hay una inmensa cantidad de tributos a mi música dentro y fuera del país. Muchos artistas y bandas tocando mis canciones. Entonces pensé: ¿Por qué no lo hago yo mismo? Un evento de carácter oficial, con la correcta promoción y producción hecha por mí. A la gente le encantó.
Hace unas semanas escribiste en Facebook, en referencia a la selección de fútbol de los años setenta, que “no es fantasía refugiarse en el pasado”. Con todo lo que te ha pasado en los últimos años, ¿aplicarías esa frase a tu propia vida?
Evado esa actitud lo más que puedo en mi vida porque siempre he sido nostálgico. Desde niño amo recordar. Además admiro a quienes lo hacen porque demuestran que han vivido lindas cosas. Pero tener hijos y cuentas y demás responsabilidades impide que te eches en una hamaca a meditar todo el día. De ser soltero la cosa hubiese sido mucho más difícil. Pero el hogar entretiene y motiva mucho. Mis hijos me preguntan cosas todo el día. Porque la mayor es comunicadora, el segundo está en quinto de media y el pequeño quiere saberlo todo. Ellos son mis reales conferencias de prensa.
¿Sientes que el Pedro que escribe en Facebook y en “Yo, Pedro” es diferente al que escribía canciones y las interpretaba sobre el escenario?
Sí, mucho. Sobre todo en redes sociales. En el libro, las columnas y las canciones eres más libre para expresarte. Hay menos riesgo creativo. Porque no vienen acompañados de comentarios del público. Pero en las redes hay mucha incomprensión de lectura. Nunca imaginé tanta. Los seguidores que entienden lo que escribes no toleran a los que no entienden. Se arman, lógicamente, discusiones terribles entre ellos, y yo tengo que estar mediando. No puedo bloquear a quienes tienen ese problema. Los quiero igual.
En el ámbito de la literatura, ¿crees poder superar el éxito que tuviste con “Yo, Pedro”?
Yo todo lo mido a largo plazo. Puedo sacar otro libro que no sea un ‘boom’, pero que de a pocos vaya ganado adeptos hasta ser un fenómeno. Es igual con la música. Juzgar un libro o un disco por sus pobres primeras ventas no afecta para nada su trascendencia. Tengo ahorita mucha presión de la gente por la compilación de mis artículos en “Somos”. Recuerda que no salen en ninguna web. Ese podría ser el siguiente paso.
¿Has visto el ‘reality’ “La banda”? ¿Piensas que hacer covers (o “versiones”, como ellos las llaman) determina si una banda es buena o no?
Recuerda que es televisión, son otras las reglas. Para mí, cualquier oportunidad que exista es válida. “Haz lo que debes para luego hacer lo que quieras”, reza el dicho. Las canciones necesitan mucho trecho para llegar a hacerse conocidas. Y en un horario estelar como el de “La banda” no puedes arriesgarte a mostrar música desconocida. Entonces hay que adaptarse al favor mediático que te hacen estos programas.
ÉXITO DE VENTAS
“Estoy enormemente satisfecho, pero nos costó vencer a la piratería y competir con la nueva costumbre del público de bajar canciones por Internet. Pero tenía a mi favor el fanatismo. A eso hay que añadir el bajo precio, la bonita presentación y la facilidad de encontrarlo en kioscos. La campaña acaba la próxima [esta] semana, pero el CD continuará en discotiendas, supermercados y librerías”.