Imágenes del videoclip de "Hey Hey Rise Up", el nuevo tema de Pink Floyd; que cuenta con la participación del músico Andriy Khlyvnyuk de Boombox. Se grabó en honor al pueblo ucraniano, que está en guerra contra Rusia. Foto: Pink Floyd en YouTube.
Imágenes del videoclip de "Hey Hey Rise Up", el nuevo tema de Pink Floyd; que cuenta con la participación del músico Andriy Khlyvnyuk de Boombox. Se grabó en honor al pueblo ucraniano, que está en guerra contra Rusia. Foto: Pink Floyd en YouTube.

Durante la madrugada del jueves 24 de febrero de este año, las tropas rusas enviadas por Vladimir Putin iniciaron una sangrienta invasión que cambiaría para siempre la vida de los ucranianos. Ese mismo día, el grupo Boombox, que fusiona ritmos como el rock, el funk o el hip hop, estaba en plena gira en Estados Unidos. Apenas supo lo que estaba sucediendo en su país, su vocalista, Andriy Khlyvnyuk, de 42 años, voló de regreso y se enlistó en las fuerzas de defensa. El 27 del mismo mes, ya uniformado y armado con un fusil, Khlyvnyuk subió un video en la tradicional Plaza Sofiyskaya de Kiev –otras veces, ajetreada y bulliciosa; hoy, silenciosa y vacía a causa de la guerra- donde aparecía cantando a capella un tema tradicional, “Ой у лузі червона калина” / “Oi u luzi chervona kalyna” (“Oh, el viburnum rojo en la pradera”). La canción fue escrita por el poeta ucraniano Stepan Mykolayovych Charnetsky hace más de 100 años, como homenaje a los Fusileros de Sich, una heroica unidad del ejército ucraniano en tiempos de la Primera Guerra Mundial. “No te agaches, oh kalyna roja, tienes una flor blanca/ No te preocupes, gloriosa Ucrania, tienes un pueblo libre/ Y tomaremos esa kalyna roja y la levantaremos/ ¡Y nosotros, nuestra gloriosa Ucrania/ Debemos, hey, hey, ¡animarnos y regocijarnos!”, dice, traducida al español, la parte de aquel viejo himno que canta Khlyvnyuk en su video. Kalyna –también conocido como viburnum o bola de nieve- es un árbol simbólico para Ucrania, que florece blanco y en otoño se llena de bayas rojas. El color del fruto simboliza la sangre ucraniana derramada. Las flores, pureza y esperanza. El nombre de la planta se asocia también a una leyenda sobre una niña que, con engaños, atrae a los invasores de Ucrania hasta un pantano y se hunde heroicamente con ellos. En ese lugar brotó un árbol al que se llamó Kalyna. El canto de Khlyvnyuk tiene de épica y de dolor. Es llanto, pero también esperanza.

Pronto, el músico y productor sudafricano The Kiffness, artista de espíritu satírico, usualmente vinculado a causas sociales y progresistas en su país, pidió prestada la canción para remixearla, subió el video a YouTube y en un mes superó los 6 millones y medio de vistas. El artista anunció, al mismo tiempo, que todo lo que ese video recaudara sería destinado a ayuda humanitaria para las fuerzas armadas ucranianas. Conmovidos por la causa, David Gilmour y Nick Mason conversaron, estuvieron de acuerdo en grabar el tema como Pink Floyd y, entonces, decidieron ponerse en contacto con Khlyvnyu y Boombox para lanzar “Hey, Hey, Rise Up” (“Hey, hey, levántate”), en la que incluyen la parte cantada en el video que se viralizó. Esta nueva canción del grupo británico incluye un video con imágenes que muestran la crudeza de la guerra. Las ganancias del tema irán a la ONG Ukrainian Humanitarian Relief, según anunció la propia banda en su cuenta de Twitter. Por lo pronto, ya aparece entre los primeros lugares de descargas en iTunes y tiene casi 2 millones de reproducciones en Spotify.

Lazos familiares

David Gilmour se sintió particularmente afectado por la invasión a Ucrania, pues su nuera, la artista Janina Pedan –casada con su hijo Charlie- es ucraniana, y sus nietos, herederos de dicha cultura. La tragedia que sufren allá tras la invasión y los bombardeos ha llegado a él con noticias de primera mano. Fue precisamente su nuera, como reveló el mismo Gilmour hace unos días en CNN, quien le mostró el video de Andriy Khlyvnyuk publicado en Instagram. Gilmour había conocido a Boombox años antes, en un concierto benéfico por el Teatro Libre de Bielorrusia, pero Khlyvnyu no pudo estar presente. “Es espantoso lo que está sucediendo –ha dicho el artista nacido en Cambridge hace 76 años-. Es algo que debería haber solucionado la diplomacia. La interpretación de Khlyvnyuk es muy, muy impactante. Y, por supuesto, debido a que es a capella y no tiene ningún otro instrumento respaldándolo, puedes llevar la canción al estudio fácilmente y hacer algo con ella. Ya estaba frustrado por mi propia incapacidad de poder hacer mucho más por estos hechos terribles que están ocurriendo en Ucrania. Y esto me pareció algo genial que llegó a mi puerta y que podía convertirlo en algo que, espero, pueda hacer activamente algo bueno por la gente que está allá”.

Enlistado ya en el ejército, Andriy Khlyvnyuk pasó algunos días en un hospital –desde donde mantuvo cotidiana comunicación con David Gilmour- porque fue herido en combate. Una pieza de metralla de mortero le cayó en el rostro tras uno de los bombardeos y estuvo a centímetros de perder un ojo. “La realidad de lo que él está viviendo, y de lo que millones de personas están viviendo allí, va más allá de lo que la mayoría de nosotros realmente puede entender o creer que puede suceder en el mundo”, agregó Gilmour a CNN. Al mismo tiempo, no descartó actuar en vivo, ya en tiempos de paz, junto a Khlyvnyuk.

A Gilmour y a Mason los acompañan en la grabación los músicos Guy Pratt –un reconocido bajista que, además, fue yerno del fallecido tecladista del grupo Rick Wright- y Nitin Sawhney, multiinstrumentista y activista social condecorado con la Orden del Imperio Británico. La portada del single fue diseñada por el artista cubano Yosan León, e incluye un girasol, flor considerada un símbolo de resistencia en Ucrania.

La palabra de Waters

A pesar de que no participó de esta reunión con sus ex compañeros de Pink Floyd, Roger Waters también se ha manifestado en sus redes sociales en contra de la invasión a Ucrania. “Es la obra de un gánster”, dijo el músico, quien llamó a la invasión un “acto criminal”. “Debe haber un alto al fuego inmediato. Lamento que los gobiernos occidentales estén alimentando el fuego que destruirá su hermoso país vertiendo armas en Ucrania, en lugar de involucrarse en la diplomacia que será necesaria para detener la masacre”, le escribió Waters a la ucraniana de 19 años Alina Mitrofanova, una seguidora que le había reclamado su silencio ante la guerra. Según palabras de la joven, no podía entender cómo una persona que escribió una cantidad significativa de letras contra la guerra, no había hablado aún de la actual tragedia. Waters también dijo esperar que Zelenski, el presidente ucraniano, “no sea también un gánster” y que “haga lo mejor para su pueblo”.

“Haré todo lo que pueda para ayudar a poner fin a esta terrible guerra en su país, cualquier cosa que no sea ondear una bandera para alentar la matanza”, le respondió Waters a su seguidora en una carta pública, difundida en sus redes sociales, a lo que agregó “Eso es lo que quieren los mafiosos, que ondeemos banderas. Así nos dividen y controlan, fomentando el ondear de banderas, para crear una cortina de humo de enemistad que nos ciega a nuestra capacidad innata de empatizar entre nosotros, mientras saquean y violan nuestro frágil planeta. Haré todo lo que esté a mi alcance para ayudar a devolverles la paz a ustedes, a su familia y a su hermoso país”.

Aunque antes el músico de 78 años pareció apoyar a Putin –según Rolling Stone, afirmó que la anexión de Crimea por parte de Rusia fue “provocada” por el entonces presidente de Ucrania Víktor Yanukovich, lo que le valió que un grupo de vigilancia de ese país lo pusiera en su “lista negra” no oficial-, esta vez ha sido muy claro en condenar sus acciones y repudiarlo como líder político, más allá de las complejidades de un tema que divide también la opinión del mundo.

“Ucrania se defiende y no renunciará a su libertad”, dijo el presidente de ese país, Volodimir Zelenski, tras los primeros ataques rusos, mientras Andriy Khlyvnyuk volaba desesperado de regreso para sumarse a la defensa de su patria. Aunque pareciera algo imposible debido a las difíciles condiciones que experimentan ese país y su gente, parte importante de esta defensa, hoy, es la música.

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