CLAUDIA FERNÁNDEZ BARRETO

"Tengo 83 años y creo que siete hijos. Puedo componer un vals en 6 o 7 minutos. Me gustan la tauromaquia y el fútbol: son un arte. Solía ser del Municipal por la franja roja. ¿Una virtud? Amo a todas las mujeres. ¿Un defecto? Es también una virtud: lo perdono todo. Creo que todo lo que yo hago viene de Dios, soy una especie de muñeco ventrílocuo de Dios. “Que sería de la vida sin tu vida, amo y señor de todo aquel que piensa…” es parte de un tema mío dedicado al cerebro. “Cuando llora mi guitarra” es un vals sobre mi madre"

Impresiona ese manantial de palabras que fluyen y no se detienen. Parece que se va por las ramas pero Augusto Polo Campos es un maestro del verbo y, poco a poco, teje una pronta respuesta. No le preocupa la exposición mediática de su hija Flor y cree, más bien, que es inteligente.   

¿En qué se parece Florcita a su papá?
Flor no hace valses pero hace broncas; es que es muy inteligente, como su mamá. Ella sabe hacer trucos. ¿Y cómo? Porque su mamá se llama Susy Díaz. Es que con Florcita me equivoqué al escogerle una mamá peliculera, que sale todos los días en los medios. Pero Florcita sabe medirse, es hábil pero no tan pícara como su padre. 
 
¿Y que sería de Susy Díaz sin las cámaras?
Es una buena pregunta. ¿Qué hacen los payasos cuando no hacen reír? Sin embargo, Susy tiene ocurrencias salvables y es muy alegre. Recuerda que, entre muchos candidatos, superó a filósofos, periodistas, poetas y llegó al Parlamento hace algunos años. Ella será uno de los personajes de la historia: por gracioso, simpático, y por frases como “Vive la vida y no dejes que la vida te viva”.
 
De sus composiciones debe haber alguna muy especial para Ud.
Me pones en el Jirón de la Unión. Pero, de mis 2.600 canciones, creo que una de las que le escribí a mi madre: “Yo sé que al marcharte se apagó tu vida y se encendió una estrella...”.    
Usted viajó mucho con Óscar Avilés, quien hace poco nos dejó.
Él fue uno de los mejores que tuvo la música criolla, incluso le cambió el estilo. Chabuca [Granda] lo dijo: “La música peruana tiene dos épocas: antes y después de ”. Y así fue. Y a mí, la verdad, me parece mentira que se fue hace unas semanas. 
 
¿De dónde le viene la inspiración al componer?
Yo creo que todo lo que hago viene de Dios. Porque yo te compongo un vals en 6 minutos. Morales Bermúdez me dijo que hiciera una canción que levante al Perú: íbamos a jugar la clasificación con Ecuador y Chile, enemigos de guerra, y así escribí “Contigo Perú”. Y para Velasco compuse “Y se llama Perú”. Por cierto, una señora me dijo: “Don Augusto, qué lindo vals... pero tiene un error gravísimo: nadie puede cosechar los mares”. Así que busqué en la rapidez de mi cerebro qué contestar. Le dije: “La pesca es vital, por eso tenemos el mejor pescado y el mejor plato, el cebiche. Y el pescador no siembra pescado para cosechar pescado: para la tierra sí hay que sembrar, ¡pero en el mar hay que cosechar!”.
 
Cuénteme algo de su relación con Avilés y Arturo ‘Zambo’ Cavero.
Cuando íbamos a los pueblos del Perú a presentar temas, escogíamos un cuarto con tres camas: Cavero al centro, al otro lado Avilés y yo era el que abría la puerta. 
 
De todas sus presentaciones, alguna habrá sido especial.
Una vez fuimos a Quillabamba y se llenó el estadio donde nos presentamos. Al día siguiente, me toca la puerta el prefecto: “Tenemos una pena, se nos está muriendo el hombre más querido, el jefe de deportes, y ha pedido que antes de partir –porque sabe que hoy se muere– le canten ‘Contigo Perú’”. Avilés se puso nervioso pero Cavero le dijo: “Vamos, el hombre se muere”. Llegamos, y cuando toca la parte “Te daré la vida y cuando yo muera...”, en ese momento al enfermo le da una arcada, y el médico me dice: “Se acabó”. 
 
¿Qué futuro tiene la música criolla?
Lo que habrá será una penosa continuación de algo muy lindo: porque hay valses preciosos, que me han hecho llorar, como los de Abelardo Núñez, Felipe Pinglo, Acosta Ojeda, Mario Cavagnaro... y como Cavagnaro no habrá otro, aunque el mundo se repita.  
 
Ud. dice que ama a todas las mujeres... ¿pero a alguien en especial?
La mujer que más adoré en mi vida se llama María de Jesús Vásquez. He amado mucho pero nunca tanto. Era la más buena en todo, cantando y como persona: porque si estaba misia, te daba los 5 dedos; tuve la suerte de ser su último amor solo 10 años, los últimos de su vida. Y cuando se murió, compuse un verso tan largo que la gente me quería sacar del velorio. Fue la Reina y Señora de la Canción Criolla y no habrá otra. 
 
¿Vio la serie “Los amores de Polo”?
Sí, la vi, y a la gente le gustó mucho. Fui al norte y me pedían foto. Al pueblo le gusta la historia del tipo que no es tan sofisticado, y todo en la serie fue verdad. Pero luego saldrá otra que yo dirigiré: “Polo Campos al jugo” [risas].

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