La euforia alrededor de “Mi bebito fiu fiu”, el sencillo con alcance mundial del productor peruano Alberto ´Tito´ Silva, generó diversas reacciones entre el público. Muy aparte de eso, la salida de la canción de las diversas plataformas digitales motivó una conversación sobre un posible conflicto por derechos de autor, y si el músico incurrió en algún supuesto delito. A casi un mes desde la internacionalización del tema, una pregunta persiste: ¿Cómo hacer una parodia en Perú y evitar caer en líos legales? En las siguientes líneas, una guía para que estés preparado en caso tengas entre manos el próximo éxito viral musical peruano.
Cinco pasos para evitar ser demandado al crear tu canción de parodia
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Historia de una parodia
El pasado 20 de mayo, Tito Silva estrenó “Mi bebito fiu fiu” a través de YouTube. La letra interpretada por su amiga Tefi C. enganchó a los usuarios de internet y llevó incluso a que artistas como el puertorriqueño Bad Bunny, el venezolano Lasso y la mexicana Danna Paola se refirieran a la canción. Además, marcas como Marvel, Burger King y HBO Latinoamérica también se unieron al ´trend´. Frente a esto, consiguió miles de reproducciones en Spotify, ocupando el primer lugar en la lista Viral Global. Sin embargo, el martes 5 de julio “Mi bebito fiu fiu” abandonó Spotify sin explicaciones. No mucho después, también desapareció de YouTube. En esta situación se involucraron los dueños de los derechos de “Thank You”, el sencillo de Dido lanzado en 1998. Además, la misma melodía también se utilizó en “Stan”, el éxito de Eminem estrenado dos años después en el 2000.
Tito Silva no habló claro sobre el tema. Una interpretación a sus declaraciones en Instagram es que a los titulares de los derechos de “Thank You” les habría incomodado el tinte político de la parodia por su vinculación con el expresidente Martín Vizcarra. “Es una parodia con un contexto política peruano y eso me imagino que les puede causar cierta incomodidad. Yo lo entiendo y comparto, por esa razón ya no está disponible en las plataformas de streaming”, dijo en un video y aseguró haber conversado con los gestores de los derechos de la canción original.
¿Hay algún truco para evitar problemas legales?
El Comercio conversó con Francisco Landa, más conocido como Franda, creador de contenido que ha realizado diversas parodias desde 2011. La más viral fue “Tragones” (2017) junto a Laura Spoya, basada en “Mayores” de Becky G y Bad Bunny, que acumuló más de 6.5 millones de visualizaciones y una nominación a los Premios MTV MIAW 2018 por Mejor parodia. A pesar de ello, no ha estado exento de problemas legales por, justamente, derechos de autor. Sin embargo, él nos dice que con el pasar de los años, las plataformas han ido adecuándose a estos nuevos formatos.
“YouTube y otras plataformas han encontrado la manera de beneficiar al creador de contenido y también al dueño de los derechos. Este equilibrio aún no está perfeccionado y sigue variando muchísimo, dependiendo de la decisión de los dueños de los derechos (en referencia a las parodias)”, declaró.
Asimismo, Franda agregó que la manera más sencilla de arreglar estos conflictos en YouTube es permitir que el dueño de los derechos cobre el 100% de las ganancias de la parodia, aunque algunos también comparten las regalías en partes iguales.
Actualmente, existen algunas plataformas que gestionan los derechos de las canciones que quieras usar para tu parodia o producto audiovisual. Freedom y DistroKid son algunas de ellas. La desventaja es que se llevan un gran porcentaje de las ganancias generadas y, a pesar de eso, existe la posibilidad de que el dueño de los derechos reclame un porcentaje de tu producto.
Entrando al marco legal, el abogado Óscar Montezuma aseguró a este Diario que, para posicionar una creación digital, se debe tener una estrategia detrás, donde lo más importante es identificar al dueño del producto original. “Hay una idea totalmente errónea de que todo lo que se encuentra en internet es libre porque es accesible. Eso no es así, porque hay derechos de autor, de imagen, de propiedad intelectual”, agregó.
Además, debes considerar los términos y condiciones de cada plataforma —como YouTube o Spotify— donde se va a subir el material. La Digital Millennium Copyright Act (Ley de Derechos de Autor en la Era Digital), que rige en Estados Unidos desde 1998, recalca la necesidad de adaptarse a la nueva realidad del entorno digital. Esta precisa que se excluye de responsabilidad a los proveedores de servicios de internet, quienes no serán penados por las conductas de infracción de derechos de autor que realicen los usuarios; siempre que se sigan los requisitos establecidos como dar de baja o inhabilitar el contenido. Spotify se habría regido a esta ley para retirar “Mi bebito fiu fiu”.
Montezuma: “Cada vez que uses una plataforma digital, y alguien te notifica sobre alguna posible infracción de derechos de autor por contenido de terceros, para que quedes exonerado de responsabilidad, tienes que proceder de manera rápida a retirar ese contenido. No hay mayor análisis legal de por medio”.
El "uso justo"
Para profundizar aún más, El Comercio conversó con Alexiomar Rodríguez, abogado especialista en derechos musicales para el mercado latinoamericano . Él cuenta que desde el lanzamiento de la canción, se crea automáticamente el derecho de copyright. Esto quiere decir que —si no eres el dueño— no puedes crear una extensión, distribuirla, ejecutarla, exhibirla ni transmitirla de manera digital. En caso contrario, estarías violando los derechos de autor. Sin embargo, existe el concepto del “fair use” (“uso justo”), con el que podrías defender tu producto en un tribunal ante la presunta violación de copyright. Las categorías avaladas son: criticar, hacer un comentario o reacción, educar, realizar una nota periodística o una investigación.
“Si lo que estoy haciendo cae sobre una de esas categorías, estaría dentro del ´uso justo´. Sin embargo, en términos legales, solo se usa en los tribunales; por lo que debería haber una demanda para que este decida si existe un ´fair use´ o no”, añade Alexiomar Rodríguez.
Parodia no es lo mismo que sátira
En la actualidad, no se ve una gran cantidad de demandas en tribunales por el gasto que significa para los artistas. Así, los nuevos jueces son las propias plataformas digitales como Spotify y YouTube. “Si yo subo un video a YouTube, ellos verifican que este material no se parezca a otro que ya está subido. Si lo identifica, te notifica que han encontrado otro contenido similar y también le comunican a los otros involucrados”, precisa.
En todos los casos, debes ser cuidadoso al diferenciar una parodia de una sátira, la cual —según Rodríguez— radica en el propósito. En la industria musical, la parodia usa el humor para ridiculizar al dueño de la canción o a los involucrados. En tanto, la sátira hace referencia a una persona ajena al sencillo. La primera es probable de ser calificada como un “fair use”, a diferencia de la sátira. En este caso, según el análisis del experto, “Mi bebito fiu fiu” sería una sátira y no podría ser amparada en el “uso justo”.
Por tanto, el abogado especialista en derechos musicales asegura que “lo mejor es hablar con los dueños de la canción. (…) Es mucho más caro pedir perdón que pedir permiso en este tipo de casos. Cuando peleas con compañías tan grandes, te expones a una reclamación. Los millones que podrían reclamar no se consiguen con la monetización de YouTube”.
Por otro lado, la excandidata al congreso Zully Pinchi reveló que había conversado con el productor Tito Silva sobre el pago de regalías por la canción “Mi bebito fiu fiu”, que usó fragmentos de su presunta conversación con el exmandatario Martín Vizcarra. Sin embargo, para Alexiomar Rodríguez este pago no sería válido porque caería dentro del “uso justo”.
“Estamos parodiando lo que ella dijo. Es importante establecer que ella escribió los mensajes de textos, pero estos no son creativos, simplemente está escribiendo algo; él (Tito Silva) hizo el trabajo creativo de componer una canción con rima, melodía y el trabajo completo para parodiarla a ella misma. En este caso, en el peor de los escenarios, sería una parodia sobre ella y calificaría como ´uso justo´”, finalizó.
Cinco pasos para lanzar tu propio éxito viral y que no te demanden
Dicho todo lo anterior, deseas convertirte en el próximo Tito Silva con éxito internacional, pero evitar todos los problemas que él tuvo, necesitas seguir los siguientes pasos:
Al momento de crear un material musical, revisa si alguna de las melodías que usas tiene algún parecido con otra producción registrada.
En el caso de que sea un cover o una parodia, identifica qué ofrece el marco legal como alternativa para utilizar esa producción y si debes pagar por el uso de la melodía existente. En el Perú, las parodias están incluidas en el artículo 49 de la Ley sobre el Derecho de Autor, donde precisa que estas no necesitan autorización del autor, mientras “no implique riesgo de confusión con la misma ni se infiera un daño a la obra original o a su autor y sin perjuicio de la remuneración que le corresponda por esa utilización”.
Cuando tengas el material creado y listo para subir, revisa las normas que regulan las plataformas digitales (Spotify, YouTube, Apple Music, etc), .
Si a pesar de cumplir todos los pasos previos alguien pretende denunciar tu obra, puedes defenderte bajo el “uso justo” haciendo un balance de estos cuatro elementos:
- Cantidad de uso: Considera que es distinto usar un fragmento que usar la canción completa.
- Efecto de uso en el mercado: Identifica de qué manera podría afectar tu nuevo producto a la obra original.
- Propósito y carácter de uso: Analiza si el material que no es de tu propiedad se está usando con fines comerciales o sin fines de lucro.
- Naturaleza de la obra: Verifica hasta qué punto se está utilizando una obra ajena y cuánta creatividad has adicionado a esta para volverla ´propia´.
Hazle seguimiento a tu contenido, porque existe la posibilidad de que terceras personas se quieran atribuir la autoría. O, tal vez, hacerle una parodia a la parodia.
Incluso los más grandes se equivocan (y pierden dinero)
Dentro de la industria, estos casos de demandas por derechos de autor son recurrentes. Ni siquiera el famoso Bad Bunny ha estado libre de este problema. Dentro de su exitoso álbum “YHLQMDLG” (“Yo Hago Lo Que Me Da La Gana”), el puertorriqueño lanzó la canción “Safaera” (2020) junto a otros artistas del género como Jowell & Randy y Ñengo Flow. El sencillo se volvió viral a través de redes sociales como Tik Tok, donde usuarios de todo el mundo disfrutaron del pegajoso ritmo. Sin embargo, el tema incluyó un riff de guitarra utilizado originalmente en la canción “Get Ur Freak On” de la cantante Missy Elliott; lo cual desencadenó un juicio legal.
El primer paso en la polémica, al igual que le sucedió a Tito Silva, fue que la plataforma Spotify retiró la canción “Safaera” de todas las listas de reproducción. “Los escuchamos. Se trata solo de un aviso, a veces el contenido se elimina temporalmente debido a cambios en las licencias. Esperamos tenerlo disponible nuevamente y pronto”, señaló la compañía a través de la cuenta de Twitter Spotify Cares.
We hear you. Just a heads up, sometimes content gets temporarily removed because of licensing changes. Hopefully we'll have it available again soon. There's more info on Spotify content here: https://t.co/94iKUsQ5vP. We hope this clears things up /PB
— SpotifyCares (@SpotifyCares) May 14, 2020
Poco después, Bad Bunny lanzó un comunicado en Instagram, donde resaltó que “a mí nadie, nadie, nadie, nadie, pero nadie, me puede decir que puedo o no puedo hacer. ¡Yo hago lo que me da la gana! Y desde niño, me dieron ganas de ser grande, me dieron ganas de perseguir y trabajar por mis sueños”, expresó en el post, junto a su portada en la revista Rolling Stones.
Ese no fue el único tropiezo del cantante. Fue demandado por la propia Missy Elliott por los derechos de autor de “Safaera”; y, en marzo pasado, perdió el juicio. En consecuencia, la artista se quedó con el 25% de las regalías, ya que el resto fue dividido entre los demás colaboradores del sencillo. “No hablo de negocios en internet porque es complicado, pero ahora que estamos aquí, tengo el 25% y hay otras 6 muestras y otros 15 escritores en esta canción. También obtuvieron porcentaje”, declaró en Twitter. Si le pasó a Bad Bunny, te puede pasar a ti.