“¿Estás listo para sentir el auténtico flow?” Con esa premisa, el Reggaetón Lima Festival, un evento que tuvo lugar el pasado sábado en el Estadio San Marcos, invitó a gozar con las leyendas de la ‘old school’ de la música urbana, como Wisin & Yandel, Arcángel, RKM & Ken Y, Ivy Queen y Lunay. El entusiasmo de los asistentes era palpable, anhelando ocho horas de gozo. ¿Estuvo a la altura la organización? Esa es otra historia.
Efecto dominó
Son cerca 7:30 y mi llegada coincide con una despedida. El dúo musical puertorriqueño Alex & Fido resuena con su icónico éxito de los años 2000, “El Tiburón”. Los asistentes se unen en coro mientras desciendo las escaleras hacia los panal de boxes que albergan a gran parte de la multitud. “¡Gracias, mi gente!”, pronuncian los artistas antes de retirarse del escenario.
Una persona de seguridad me ubica en un lugar designado, supuestamente, para la prensa. Destaco entre las pocas personas de pie, ya que la mayoría se encuentra sentada en sus espacios asignados. Posteriormente, un miembro de la producción se aproxima y me retira del lugar, indicándome que el área de prensa era otra. Un problema pequeño, pero que no sería el último de la noche.
Minutos después, Lunay sale al escenario. Con solo 22 años, el cantante que ganó reconocimiento internacional con su sencillo debut “A Solas” en 2018 es el más joven del cartel, una bocanada fresca entre tanto reggaetón antiguo. La atmósfera se tiñe de azul, la música de suspenso surge, pero la armonía se detiene por un problema con el sonido. El intérprete de “Soltera” toma el micrófono y dice: “Vamos a quedarnos un rato aquí, el sonido está fallando y yo no puedo entrar así. Disculpa Perú, van a arreglar esto y yo volveré a salir”.
Lunay no volvió a salir. Poco después de esas palabras, la consola de monitoreo explota. Mientras tanto, el estadio se llena de humo y abucheos. En medio de la penumbra e incertidumbre, el nombre de Lunay se deja ver en las pantallas LED, pero no el cantante y mucho menos la efervescencia del público. Ya van dos. Por este mismo problema tampoco apareció Ivy Queen. Y con eso, ya van tres.
Para calmar la justificada impaciencia, un animador anuncia el sorteo de meet and greets con los artistas. La respuesta de la audiencia es fría, y el anunciador desaparece de escena. Esta persona no ofreció una explicación, tampoco disculpa por lo ocurrido. Quien sí se disculpó fue Ivy Queen, que habló de “problemas de sonido” por medio de sus stories de Instagram. “Un problema inmenso”, destacó, para luego poner el emoji de un corazón partido.
La última misión
Dos horas después de la desaparición de Lunay, el escenario vuelve a rugir iniciar un juego de luces, esta vez para presentar a Wisin & Yandel. Aquellos que yacían inconscientes en los puffs o en el suelo, resucitan para ver al dúo de la historia reconquistar el escenario.
Una exhibición de fuegos escénicos se desata al compás de un ritmo militar, mientras los artistas emergen desde un extremo para entonar “Ahora es”, un auténtico himno para los amantes del reggaetón. La multitud se precipita hacia las rejillas de la primera fila, ansiosos de grabar el momento con sus celulares y dejarse llevar por el contagioso dembow.
“¿Dónde están los que se sienten orgullosos del Perú? ¡Con la mano arriba!”, exclama Wisin. Son las 10:00 de la noche y todos han olvidado el malpase para seguir los grandes éxitos del grupo como “En la disco bailoteo”, “Mirala bien” o “Pam Pam”.
La emoción va en aumento con cada tema, alimentada por la intensa interacción entre los artistas y el público. “Estamos haciendo una noche histórica aquí en Perú. Mujeres, ¿quieren reguetón del bueno?”, pregunta Wisin una vez más, recibiendo una ensordecedora respuesta afirmativa. En ese clímax, el personal de seguridad entra a empujones, instando a los espectadores de las primeras filas a regresar a sus respectivos espacios designados. Hicieron lo mismo con esta redactora que, ahora desde el exterior del recinto, se queda sin una buena visibilidad.
Aún así, la sola voz de los artistas aviva el ánimo. Suena su éxito más actual “Besos Moja2 ft. Rosalía″, un tema de impacto. “Gracias por todo el apoyo que nos han dado por estos años, gracias por la oportunidad. Se siente una bonita energía. Mujeres, ¿están listas?”, comentan ambos. Siguen los temas “Abusadora”, “No me dejes solo” y “Noche de sexo”.
Con casi una década de trayectoria en su carrera en solitario, Yandel, de 46 años, brilla en el escenario con su aclamado “Yandel 150 ft. Feid”. Aunque su presencia comunicativa es más reservada en comparación a Wisin, las apasionadas seguidoras no dejan de gritar y bailar. Siguen sencillos como “Nuestro amor se acabó”, “Rakata” y, finalmente, “Algo me gusta de ti”. Los fuegos artificiales anuncian la despedida del dúo.
Tras ese show, DJ Peligro toma el escenario para ofrecer un breve interludio. En la espera, los abucheos regresan. A la medianoche aparecen R.K.M & Ken-Y, pero el ánimo del público ya no es el mismo. La presencia escénica de los predecesores es difícil de superar.
Aún falta el show de Arcángel, intervenido horas antes por la Policía Nacional, pero que esta redactora, que ya quiere irse a su casa, no verá. La sensación final es ambivalente. Al menos Wisin & Yandel estuvieron a la altura.