De un tiempo a esta parte, Ricky Martin solo siente tranquilidad. No necesita demostrar nada, es uno de los cantantes latinos más exitosos de los últimos tiempos y experimenta la libertad que la vida le brinda. “Estoy comenzando un ciclo maravilloso”, confiesa en una entrevista realizada como parte de su próximo concierto en Chile y su reciente fichaje como imagen del aniversario de una conocida tienda por departamentos.
¿Cómo es tu proceso creativo?
Tengo que estar inspirado, pero lo más difícil es que debo obligarme a entrar en un espacio de silencio y escribir. Siempre debo concentrarme y encontrar el espacio de silencio y creatividad que me permita componer. No es fácil, requiere trabajo, pero da muy buenos resultados.
¿Eres muy crítico contigo a la hora de componer?
Mis compañeros me dicen siempre: “Oye, ¿puedes soltar el látigo, por favor?”. Soy muy exigente y suelo frustrarme con frecuencia. Entro al estudio criticando lo que he hecho, que las cosas no suenan bien, los acordes tampoco, etc. Pero la verdad es que así me ha funcionado bien a lo largo de mi carrera. Mis comienzos en esto fueron de mucha disciplina. Recuerdo que mi mantra era separar lo personal de lo profesional, pero el tiempo me enseñó que la vida no puede ser así.
¿Qué tiene de especial el público de Latinoamérica para Ricky Martin?
Es un público muy bello y exigente. Y eso es lo que a mí me gusta. Si te aplaude, es porque te lo mereces. Y si no, no te aplauden tanto. Como artista uno necesita eso, pues en 30 años se llega a acostumbrar al aplauso. El público de Latinoamérica es muy exigente y eso ha sido fundamental para mi carrera.
¿Te encuentras trabajando en una nueva producción?
Estoy finalizando mi producción, que si Dios quiere lanzaré para noviembre. Quién sabe si en algún próximo concierto presente algo de lo que estoy trabajando.
¿Y en qué momento estás de tu carrera?
Estoy comenzando [risas]. Son ciclos que se abren y se cierran y otros que se vuelven a abrir. Estoy comenzando uno maravilloso.
Comentaste que tus hijos habían descubierto hace poco tiempo quién era Ricky Martin el artista. ¿Cómo fue esa experiencia?
Fue muy divertido porque nunca los había llevado como público, siempre estaban al lado mío y me veían cantar en el escenario, pero siempre desde atrás. Pero esta vez los llevé al frente, a la consola de sonido para que vieran el espectáculo y después de eso no durmieron por tres días. Quedaron sobreestimulados. Y ya no me llamaban papi, me decían “hola Ricky Martin”. Y yo decía “no soy Ricky Martin, yo soy papá”, fue muy gracioso, pero ellos saben que soy papá.
¿Cómo haces para compaginar la vida de familia y la tranquilidad con una agenda de estrella mundial, llena de giras y dos niños que te necesitan?
Mi realidad es muy distinta a la de muchos. Yo no soy el típico padre que se va de la casa a las 8 de la mañana y que vuelve a las 6 de la tarde. Eso no es lo que me tocó vivir, no es mi realidad, y aunque trate de imaginarme cómo sería una vida así, sería una pérdida de tiempo.
¿Cómo ha sido la experiencia en “The Voice”?
Fantástica. El coach, porque no somos jueces, elige al artista que quiere que sea parte del equipo, pero solamente por la voz, independientemente de la apariencia física. Es interesante, pues para muchos es la primera vez que están cantando y por lo menos en Australia eran 3,5 millones de personas las que estaban viendo, entonces sentí una presión increíble. Lo volvería a hacer.