Van a lo seguro. A eso hay que sumarle los años de rodaje en el oficio y el talento musical. Lo más lógico es que ofrezcan performances grandiosas y emocionantes en esa zona de confort. Fue la impresión placentera que dejaron los conciertos de bandas icónicas como The Rolling Stones, Guns N' Roses o Aerosmith en su paso por el Perú en el 2016. Son grupos que desde hace años no sacan un disco con canciones nuevas (el reciente álbum de las piedras rodantes es uno de covers bluseros). No importa. Siempre es un placer verlos en vivo y activar esa ilusión que proyecta a Lima como una ciudad rockera. La electrizante descarga de estos actos presenciales esfuma cualquier sensación rutinaria o predecible.
En cambio, Iggy Pop, John Cale y New Order aterrizaron por estos lares con nuevos trabajos. El primero presentó en el 2016 "Post Pop Depression", un disco que hace olvidar sus titubeos sonoros de años recientes y en el que contó con los aportes del guitarrista Josh Homme (del grupo Queens of the Stone Age) y el baterista Matt Helders (Artic Monkeys) para revitalizarse. El segundo llegó con "M:FANS", en el que reinventó los temas de su disco "Music for a New Society" (1982) con sonidos del futuro y sensibilidad. Y los terceros estrenaron en el 2015 "Music Complete", otra excelente placa de los de Manchester que conjuga rock y electrónica con inventiva.
En el evento Ciudad Rock en el estadio Monumental, Iggy Pop ofreció, de lejos, el mejor recital del festival, con municiones imperecederas y de alto voltaje como "Lust for Life" o "I Wanna Be your Dog".
En el Gran Teatro Nacional, el sonido transgresor, melódico e hipnótico que propuso John Cale se escuchó mejor que nunca, algo que fue potenciado por la arquitectura acústica del recinto.
New Order volvió a mostrar su solvencia y originalidad en el Parque de la Exposición, a pesar de los problemas técnicos que afectaron el show (en varios temas el sonido se iba por segundos).
Que los artistas sigan creativamente vigentes y persistan en el hallazgo de nuevas fronteras siempre será un valor agregado para sus presentaciones en vivo.
Y desde el brillo más independiente del pop experimental, no se puede obviar el recital de Julia Holter en Bazar, Miraflores. La estadounidense es un talento que propone rutas que pueden abrir atajos fascinantes hacia el encuentro de lo mitológico. Un lujo.
En el otro lado de la vereda –es decir, en el de los megagrupos–, Coldplay cautivó a la multitud con sus estribillos épicos y su espectacular puesta en escena (por momentos el Estadio Nacional era una discoteca). Una fiesta.
—Se canta en español—
El Festival All Access en el Estadio Nacional acogió la despedida en Lima de Rubén Blades de los conciertos de salsa. El maestro panameño no defraudó y brindó una revisión exhaustiva de su notable carrera (dividió el show en dos, con una segunda mitad salsera).
En el mismo evento, Eddie Palmieri –quien cumplió 80 años el último 15 de diciembre– demostró por qué es el sumo pontífice de los ritmos afrocubanos o jazzeros al mando del piano. Una leyenda.
En el rubro de los festivales, las actividades que tuvieron mejor convocatoria de público fueron las dos ediciones de Vivo por el Rock. A pesar de la heterogeneidad de sus programaciones, se agradece el esfuerzo por traer artistas apreciables como The Cranberries, Garbage, Los Fabulosos Cadillacs, Aterciopelados, etc.
En recintos más acotados, impresionaron las tocadas de Él Mató a un Policía Motorizado en el C. C. de Barranco, y de Javiera Mena en el Festival L.I.M.A (Lima Interactiva Música Arte).
—Descarga local—
Hace 20 años se publicó el primer disco de la banda peruana El Aire, un álbum rupturista e inigualable.
Para festejar las dos décadas de vida de este clásico, El Aire dio un concierto en el Sargento Pimienta con su formación original integrada por José Javier Castro, Constantino Álvarez, Manolo Barrios y César Zamalloa. Pero por un malentendido con los organizadores, las luces del local se apagaron y se cortó la energía para los instrumentos antes de que la tocada concluyera. A pesar del bochorno, El Aire continuó con el concierto y el público siguió coreando. Memorable.
También va para el recuerdo la versatilidad de Lucho Quequezana con Ludofónico y otras iniciativas, así como el retorno de La Liga del Sueño y el empeño de Pelo Madueño por persistir en un rock y pop preciosista. Aplausos.
EL DATO
Recuerda que puedes votar por tu concierto favorito del 2016 en los Premios Luces.
Para ti, ¿cuál fue el show del año? Elige a tus favoritos en los #PremiosLuces. No olvides registrarte para votar ►https://t.co/h9kGptKu0y pic.twitter.com/hUP2tcG9Fx
— Luces El Comercio (@Luces_ECpe) 19 de diciembre de 2016
EL PUNTO DE VISTA
La columna de Gonzalo Tello
En el 2016, como en años anteriores, recibimos en Lima a una variedad de artistas de gran nivel internacional. La Orquesta Filarmónica de Israel o la Orquesta de la Toscana dejaron brillantes recuerdos. Asimismo, fueron memorables las presentaciones de Mischa Maisky, Zubin Mehta, Joyce DiDonato y Jonas Kaufmann, y la clase maestra con la gran Renée Fleming.
Los elencos nacionales de música, canto y danza trabajaron en temporadas intensas pese a los descalabros propios de cada cambio de gobierno, y tanto los festivales locales como las organizaciones privadas trabajaron en un escenario de auspicios cada vez más austero. Sin embargo, finalizamos un 2016 en el que las leyes a favor de la cultura aún no se dictan, el Gran Teatro Nacional cumplió cuatro años sin autonomía propia y los incentivos a las empresas para apostar por la cultura son letra muerta.
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