Es cierto que Mick Jagger y Keith Richards son todo lo contrario a unos inocentes angelitos. Ambos han sabido lo que es brillar sobre un escenario… y apagarse tras los barrotes de oscuras cárceles, incluso, en distintos países. Si bien la mayoría de sus arrestos y problemas con la ley han sido consecuencia de su debilidad por las drogas, lo ocurrido en Francis Garage –o, mejor dicho, en sus paredes exteriores– da más para la anécdota que para otra cosa.
En febrero de 1965 los Rolling Stones habían publicado en Estados Unidos The Rolling Stones, "Now", su tercer álbum editado en esas tierras. Estaban empezando a disfrutar las ventajas de lo que era convertirse en un rock star y a percibir la admiración de sus fans. Sin embargo, no todo el mundo reaccionaba igual al tener al frente a 5 tipos pelucones y de ropa extravagante. Poco después de este lanzamiento, los Stones pasaron por una carretera mexicana y, como es natural en algún momento, les provocó orinar. Pararon en una gasolinera –la mencionada Francis Garage– y pidieron el baño, pero el dueño, al ver sus fachas hippies, se los negó. Sencillamente no le dio la gana de que esos muchachos usaran sus servicios higiénicos.
Entonces, Mick Jagger, Keith Richards y Bill Wyman, en obvia represalia, decidieron vaciar sus vejigas de todas maneras… pero en la pared de afuera de dicha estación. Aunque en ese momento deben haberse partido de risa mientras le mostraban el dedo mayor al malvado señor que les negó el baño, la gracia les costó un arresto y cargos por “comportamiento insultante”, seguidos de una multa no precisada pero, sin duda, considerable. ¿Habrá sabido alguna vez el dueño de la estación quiénes realmente le mearon la pared? No lo sabemos. ¿Lo habrá convertido en lugar turístico? De eso no hay noticias. ¿Los Stones aprendieron la lección? Eso, definitivamente, no sucedió.
LIMA STONE
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