Saywa y Damaris ofrecerán show en el Parque de la Exposición
Saywa y Damaris ofrecerán show en el Parque de la Exposición
Gabriela Ezeta

Cinco y media de la mañana: Saywa y Damaris no se pierden su práctica de chi kung. Gracias a la rigurosa exigencia del maestro Chang han aprendido a mantener la misma posición durante 30 o 40 minutos observando su respiración, una manera simple y a la vez compleja de enfrentar el equilibrio interior mientras desconectan su mente de las distracciones externas.

“Una mañana de esas, hace dos o tres meses –cuenta Saywa– sin dejar la postura ni la concentración del wu chi, Damaris me dijo: 'Hagamos un concierto juntas, ya es hora'. Fue tan firme y segura que me pareció una señal. Le dije: 'Hagámoslo'”.

La vida de Saywa ha estado llena de señales, de ahí su nombre, que significa 'señal' en quechua. El canto surgió como alternativa natural para aliviar una infancia de carencias y cariños distantes. Fue Victoria de Ayacucho elevando una voz dolida que reclamaba justicia hasta el día que la dejó ir para darle paso a Saywa. En ese momento su canto se elevó distinto. Recuperó la sonrisa y cambió la mirada mientras Damaris, pequeñita, correteaba en sus escenarios charango en mano. Madre e hija crecieron juntas en la vida y en la música.

La fuerza de estas mujeres es una herencia familiar. Daría, la madre de Saywa, es un personaje poderoso en la vida de ambas, como lo fueron las tías María y Filomena. Damaris recuerda su niñez bajo la mirada protectora de su abuela mientras Saywa iba de pueblo en pueblo cantando. “Quería estar con ella pero viajaba mucho; sin embargo, siempre supe que todo su esfuerzo y sus días de ausencia eran por mí”.

Pareciera que Damaris llegó con una dosis de sabiduría al mundo. Eso piensa Saywa, que en algún momento temió que sus ausencias provocaran heridas en su hija. Damaris solo tiene palabras de halago para su madre y hay verdad en ellas. “Ella tiene una fortaleza inquebrantable y lo ha superado todo a través de la música. Igual que yo. Lo que soy se lo debo a la música”.

Entre madre e hija hay una complicidad única. Formas distintas que surgen del amor y respeto por sus orígenes, una certeza en el mensaje y una visión musical ambiciosa pero sin falsas pretensiones.
Llevan siete años conduciendo "Misky Takiy", el programa que le ha dado un merecido espacio a la música tradicional y a la fusión andina. Damaris no imaginó que pasaría tantos años en la conducción.

–En escena–
Viajaron juntas este año al Encuentro de Artes en Beijing representando al Perú. Saywa cantó por primera vez con la banda de Damaris, todo un desafío porque a pesar de haber compartido escenario antes siempre se había respaldado en sus propios músicos. La acogida fue notable.

“En el próximo concierto estamos integrando ambas bandas, los músicos jóvenes que trabajan conmigo fusionando el rock con lo andino junto a los músicos tradicionales de mi madre”. No ha sido fácil combinar el repertorio y ordenar ideas, Damaris supervisa arreglos, coreografías, vestuario y todos los detalles. No deja nada al azar.

Los hermanos Gaitán Castro, el grupo Yawar y Raíces de Jauja son los invitados a acompañarlas en esta celebración musical. Manuel Palomino en la dirección de las danzas tradicionales y Antonio Vílchez en las coreografías. Huainos, pasacalles y carnavales, danza de tijeras, tunantadas, rock y fusión para agradecer cantando la música que acompaña la historia y tradición de los pueblos.

MÁS INFORMACIÓN
​Lugar: Parque de la Exposición.
Dirección: Av. 28 de Julio esq. Av. Garcilaso de la Vega, Cercado de Lima.
Fecha: domingo 19, 5 p.m.
Entradas: Teleticket.

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