Señor de las cuerdas: Óscar Avilés cumple hoy 90 años
Señor de las cuerdas: Óscar Avilés cumple hoy 90 años

FRANCISCO MELGAR WONG

Don Óscar Avilés Arcos es la prueba viviente de que la jarana debe seguir. Nacido en el Callao el 24 de marzo de 1924, el guitarrista criollo perfecto y quintaesencial cumple hoy 90 años. Nosotros lo celebramos. Pero Avilés nos viene celebrando a todos y cada uno de nosotros al haber dedicado prácticamente su vida entera a festejar la música peruana a través de su magistral dedicación al vals criollo.

La carrera de don Óscar empieza a la edad de 15 años, en 1939, cuando comenzó a tocar el cajón para La Limeñita y Ascoy, aquel popular dúo que marcó la música criolla de la primera mitad del siglo pasado.

Como lo oye, el maestro de las cuerdas empezó su carrera musical como joven cajonero. No sería sino hasta tres años después, en 1942, cuando se lanzaría oficialmente como guitarrista, al ganar un concurso radial organizado por el diario “La Noche”. Desde entonces, se lo conocería como la primera guitarra del Perú, un título que mantiene hasta hoy.

UNA FIESTA DE LA MÚSICA
En 1946, el joven Avilés ingresó a Los Trovadores del Perú, junto con Miguel Paz, Oswaldo Campos y Panchito Jiménez. Pero los especialistas en música criolla están de acuerdo en que el primer gran grupo de don Óscar fue Los Morochucos, inmortal trío formado por Augusto Ego-Aguirre, Alejandro Cortez y el maestro Avilés.

Entre las canciones más conocidas que interpretó con este memorable trío –desde 1947 hasta 1962–  se encuentran verdaderos clásicos de la música criolla como “Cuando llora mi guitarra”, “China hereje”, “Historia de mi vida”, “Cariño malo”, “El plebeyo”, “El huerto de mi amada”, “Hermelinda”, “Alma, corazón y vida”, “Todos vuelven”, “José Antonio”, “Nube gris”, “Secreto”, “Anita”  y muchos más.

Por buenas razones, a Don Óscar le habría bastado tocar en Los Morochucos para haber pasado a la historia de la música criolla como su más grande guitarrista. Durante su estancia en el trío, realizó un cambio fundamental en el sonido del vals peruano: dejó de tocar la guitarra con cuerdas de metal y empezó a tocar con cuerdas de nailon.

Según nos dijo el propio maestro en una ocasión, “eso le dio un sonido mucho más dulce a nuestro vals”.

Además, fue justamente durante su permanencia en Los Morochucos que nuestra primera guitarra empezó a desarrollar su estilo personal de tocar el instrumento: componiendo partes melódicas que acompañan a la voz del cantante en todo el tema y escribiendo introducciones, puentes y epílogos instrumentales para cada canción, como si se estuviera desarrollando una historia musical.

Resulta increíble que eso haya sido solo el principio, ya que en 1954 don Óscar integró el conjunto Fiesta Criolla con los músicos Panchito Jiménez, Humberto Cervantes, Pedrito Torres y Arístides Ramírez, y creó una música nueva, festiva y alegre que celebraba lo que se conoce popularmente como la jarana. Otra parte fundamental de su trayectoria fueron sus duetos con y Arturo ‘Zambo’ Cavero, cuyos discos al lado del maestro Avilés son considerados entre los mejores de sus carreras.

Como vemos, Óscar Avilés no es un maestro de un género, sino un género en sí mismo. Y eso merece celebrarse. ¡Que siga la jarana!

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