Ángel Navarro

Hacía poco tiempo que se había detectado la metástasis en la parte izquierda del cerebro de su madre, sin posibilidad de operación en Perú o Estados Unidos. Sofía Kourtesis juntó todo el dinero que ganó en sus giras y conciertos para poder conseguir a uno de los mejores tres médicos del mundo que pudieran realizar la arriesgada operación. Enfrentándose a una lista de espera de más de un año para verlos, se aventuró un día a publicar en sus redes sociales: “Busco al doctor Vajkoczy, necesito dos minutos para hablar con él”. Al cabo de unos días, el médico respondió y aceptó ayudar a su madre. Luego de una exitosa operación, la primera DJ peruana en tocar en el Tomorrowland comenzaba a componer su nuevo álbum mientras viajaba con su madre a diferentes partes del mundo. De esta manera nace “Vajkoczy”, tercer tema que pertenece a su nuevo álbum, “Madres”.

Estaba muy agobiada de querer encajar en la élite europea de la música electrónica. Ya había tocado en los lugares donde tenía que tocar, pero un día decidí abrir mi corazón y decir: ‘En verdad estoy sufriendo, la estoy pasando mal’”, explica Sofia Kourtesis sobre la creación de su último disco. “Recuerdo que tenía miedo de la muerte, de que mis padres ya no estén conmigo algún día y de no poder hacer reales los sueños de mi madre”.

Con tan solo 17 años, Sofia Kourtesis se embarcó en un viaje hacia Alemania con el sueño de estudiar cine. Sin embargo, un creciente gusto musical la desvió por los intrincados caminos de la movida underground de Berlín, donde los pulsantes beats electrónicos se convirtieron en la banda sonora de su vida. A lo largo de los años, Kourtesis ha labrado su identidad musical en la capital alemana, consolidándose como una destacada figura en la escena electrónica europea con álbumes como “Kourtesis” (2015), “Sarita Colonia” (2020), “Fresia Magdalena” (2021) y su más reciente producción “Madres” (2023).

― Muchos DJs europeos no se aventuran a mostrar partes de su vida privada en su música, tú sí…

Hay un montón de músicos europeos que tienen melodías muy melancólicas y suaves, pero para mí es importante meterle pasión a la música. Recordar lo vivido, como cuando iba al mercado de Magdalena de la mano de mi madre o meterles collage a mis temas, hace que sean imperfectas. Por esas cosas, las canciones electrónicas latinas se sienten más humanas.

― ¿Cómo definirías tu forma de hacer música electrónica?

Es una combinación entre balada pop con tecno house. Claro, con sus toques medio imperfectos porque no quería ser la Sofía que toca en grandes festivales, sino alguien que pasa por cosas reales. No quería ser un David Guetta que toca “I Gotta Feeling”, porque no es real. No siempre la pasamos chevere todos los días. Yo, por ejemplo, me mato todos los días para poder vivir de la música y al mismo tiempo cumplir los sueños de mi madre.

― ¿Es por ella que lleva el título “Madres”?

Sí, está dedicado para ella y para todas las personas que se consideren así, pues “madre” no es un término que se use solo para la progenitora, sino también para la tía, la abuela, la hermana o cualquier persona que esté dispuesta a dar ese amor incondicional.

― Este álbum tuvo una buena acogida por la crítica y el público. ¿Por qué crees que conecta tanto la música electrónica con las personas?

Te influye mucho en el estado anímico inconsciente, además de los pensamientos y emociones. A veces, las personas conectan mucho con los ritmos y sensaciones que provocan estos temas en su vida personal. A diferencia del pop o el rock, aquí no hay letras, sino ritmos y sensaciones muy abstractas, lo que lo hace más complicado de describir lo que ocurre. Aunque a mí me suelen escribir para describirme cómo se sintieron al escuchar mis temas, es algo que me gusta.

― Tuvimos en Perú a artistas como Tiësto o el trío de Swedish House Mafia. Al ver sus redes sociales, sus vidas siempre parecen una fiesta eterna ¿Es así realmente la vida de los DJs?

Muchas personas piensan que es así, pero no. Yo tengo de tres a cinco vuelos por día, duermo muy poco y tengo que producir mis propios temas con una deadline bien definida. Además, produzco para otros artistas. Si voy a Ibiza, tengo suerte si me sobra tiempo para mojarme los pies, y si es que me tomo más pausas de las que debo, tal vez me tomo una champaña, pero tiempo es lo último que le sobra a un DJ.

― Y aún faltan tus futuras presentaciones en el Coachella, el Primavera Sound y el Glastonbury para el próximo año

También se viene un nuevo disco para el próximo año y una posible colaboración con La Lá o Arca. Ahora me encuentro en una situación privilegiada donde puedo hacer lo que quiera, hago LP para clubs y este último que es algo muy personal. Soy fiel a mí misma y, aunque esté cansada, puedo conectar con las personas mostrando cómo me siento.

― Algo que hiciste en el Tomorrowland en Brasil

No quería ir a Tomorrowland porque me gusta estar en una escena más underground. Pienso que los que van se creen mucho, pero mi representante me convenció cuando me dijo que era una oportunidad para representar al país y también de hacer sentir orgullosa a mi madre, así me compraron. Luego de participar, una parte del público se fue en mi contra porque no suelo tocar en esos lugares, sino en lugares más pequeños donde no les gusta que toquen DJs muy conocidos y prefieren algo más de la escena pequeña donde están mis queridos amigos los postintelectuales.

/ Dan Medhurst

Participas siempre en la escena local alemana y de muchos otros países europeos. ¿Cómo percibes la escena electrónica de Perú?

En Perú hay muchas propuestas y en el mundo aún más. Estamos viviendo un tipo de comeback, claro que ahora la música electrónica es más rápida. Por eso, si vas a un club, sientes que faltan himnos que la gente quiera aprender. Es como una moda de H&M que se produce en cantidad, pero se pierden las cosas buenas. Comparando la escena underground, Perú no tiene nada similar. Lo que se ve en las raves de Asia no me gusta porque son propuestas que se repiten y ofrecen los mismos escenarios. Deberían hacerse raves culturales en lugares donde se permita crear eventos electrónicos más grandes.

¿Volverás a Lima para ofrecer un concierto?

Sí, claro, pero si lo hago será en la plaza de Magdalena para todas las personas que quieran escuchar. Me molesta cuando vienen con propuestas de Lima diciéndome: “Oe, toca aquí para que estés con la ‘gentita’”. Odio que me llamen para tocar en lugares exclusivos. Mi música es para todos, no solo para un grupito de élite.

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