MDN
Stephen O’Malley
Czar Gutiérrez

Es como si uno acercara el oído a un avión que se prepara para despegar y encuentra una melodía entre sus turbinas. Como extraer alguna cadencia en el vuelo de un enjambre de avispas. En términos simplistas diríase que es una mezcla del 'noise' y el ambiental. Pero el género ha adquirido tal nivel de complejidad y sofisticación que existen subgéneros claramente distinguibles —black metal, dark ambient, art noise, drone metal— entre esa maraña de riffs graves y monótonos que apenas asoman en 'canciones' de 30 minutos. Sin voces ni batería, será difícil para los no iniciados sobrevivir en medio de tan asfixiante lentitud.

Así, al amparo de Black Sabbath, el proto doom por antonomasia, empezaron a proliferar los cultores del pedal sostenido —justamente llamado 'drone' en inglés—. Y si hay una banda líder en el rubro desde finales de los '90, esa es Sunn O))). Fundada por Greg Anderson y Stephen O'Malley, dos célebres artesanos de la electricidad modulada en cuerdas y amplificadores, las vedettes de un espectáculo que también integran Tos Nieuwenhuizen en el sintetizador Moog, y Attila Csihar oficiando más como gritante que cantante: gestos lentos y gruñidos en medio de una oscuridad casi total. Un acto de cuatro perfiles con túnicas y capuchas para el escalofriante clima de magia negra.

RUIDO BLANCO
"Venir con toda la banda importaba un enorme gasto extra. Es verdad que la comunicación entre nosotros crea una atmósfera minimalista y cierta geometría entre los ejecutantes bastante particular. Pero actuar solo, en cuerpo y mente con la guitarra y los amplificadores, es un desafío que también puede funcionar", dice desde Río de Janeiro, donde continúa su gira sudamericana que empezó en Buenos Aires y tocará Sao Paulo, Santiago y Lima, que esperan al dueño de una apabullante discografía que incluye los celebrados álbumes "White1" (2003), "Black One" (2005) y el poderoso "Monoliths & Dimensions" (2009).

Lo que el oriundo de Seattle hace con Sunn O))) es envolver a su audiencia en capas y capas de sonido físico puro. Para un bloque que, ciertamente, no empezó con Black Sabbat. Es una tradición que se remonta a los albores de la humanidad. Está en los gagaku del Japón, música shintoísta tocada con gakuso (cítara) y gakubiwa (laúd). Está en el didyeridú australiano, aerófono ancestral de viento metal hecho del tronco eucalipto cuyo tronco vibra al ser soplado. Está en la música clásica indostaní del norte de la India, que sintetiza el canto védico de la tradición persa con el folclore de viento y cuerda frotada que siguen cultivando los musulmanes e hinduistas de India, Bangladés, Pakistán, Nepal y Afganistán.

"Estoy muy interesado en las culturas precolombinas, en las nuevas teorías antropológicas del Amazonas y en la investigación sobre la formación de la Tierra. También en la música de los chamanes de la India. Pero debo admitir que sé poco sobre la cultura peruana contemporánea. Por eso me interesa el trabajo musicológico relacionado con el underground peruano", dice un lacónico O’Malley, ávido de insertar electrónicamente todas esas tradiciones en el vértigo experimental del rock mundial. De allí extrae su notable amplitud y complejidad multidisciplinaria para colaborar con gente de teatro, plástica, cine y fotografía tan discímil como Scott Walker, Merzbow, Jim O'Rourke, Keiji Haino, Dennis Cooper, Alan Moore o Jim Jarmusch.

Entre conciertos, actuaciones tetrales y perdormances interactivas, O’Malley lleva casi mil actos realizados en todo el mundo y en lugares que van desde Domkirke en Bergen hasta el Museo del Louvre en París. Así llega a Lima para dar cuenta de un arte que, desde su minimalismo, se abre hacia una espectacular variedad de constelaciones. Un diagrama que se desliza en intervalos de metal conservando una línea melódica retroalimentada en trémolo. Un mar de frecuencias que electrocutan el aire en tempo lento. Y se elevan a la enésima potencia en forma de exquisita niebla artificial.

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Lugar: Nébula Club. Dirección: Gonzales Prada 194 Miraflores. Fecha: Domingo 19 Mayo Hora: 7 p.m. Entradas: Fuzzpass.

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