Susana Baca en 2023, durante una sesión de fotos para El Comercio.
Susana Baca en 2023, durante una sesión de fotos para El Comercio.
/ ALESSANDRO CURRARINO
Redacción EC

A casi un mes de conocerse que la cantante peruana fue internada en el hospital Edgardo Rebagliati, este miércoles 20 de marzo se supo de una mejoría en su salud. Así se comunicó en un video por las redes sociales de la artista.

Susanita salió de UCI y está en Cuidados Intermedios. Con ella venció la vida, venció la ciencia, venció la fortaleza, la oración y la fe. Venció la humanidad, vencimos todos los que la queremos; ahora a remar río arriba. Adelante Susanita, artesana del sol”, indicó el mensaje compartido por el esposo de la artista, Ricardo Pereira.

Adicionalmente, en el video se le pide a los seguidores de la cantante grabarse con un mensaje corto que diga “paciencia, Susanita”. “[Ella necesita oír] que la esperas… vencer el miedo y la angustia, que le llegue la luz”, añade la publicación. Los videos se pueden enviar a .

Una peruana internacional

Nacida en 1944, Susana Baca de la Colina vivió su infancia en el distrito limeño de Chorrillos, entre la pesca fresca y los tranvías que la llevaron a estudiar a un colegio del centro de Lima. Se graduó como profesora en la Universidad Enrique Guzmán y Valle (La Cantuta), pero sin desligarse jamás de las dos pasiones que su familia le inoculó: el canto y el baile.

La carrera musical de Susana Baca la llevó a ser becada tanto por el Instituto de Arte Moderno del Perú y el Instituto Nacional de Cultura del Perú. Un vuelco a su historia pues, como ella misma cuenta en “Yo vengo a ofrecer mi corazón”, su libro de memorias, cuando estaba en secundaria llegó a su colegio personal del Conservatorio Nacional de Música que le prometió becarla. Pero eso al final no ocurrió.

En 1987, en su rol como Embajadora de Buena Voluntad de la UNICEF, viajó por Alemania y cantó los poemas de César Vallejo, Arturo Corcuera, César Calvo, José Santos Chocano, Mario Benedetti, entre otros grandes del Perú y Latinoamérica. Viajó con los ‘maestritos’, como ella llamaba a sus músicos: Roberto Arguedas en la guitarra y Juan ‘Cotito’ Medrano en el cajón.

En los años 90 su fama mundial no hizo más que aumentar, en gran parte por el músico David Byrne, que por medio de su sello discográfico editó a la peruana en el álbum “The Soul of Black Peru” (1995). Tras ello, el exmiembro de los Talking Heads le editó cinco álbumes más.

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