LUCÍA CORTIJO TOVAR
El 29 de agosto de 1966 The Beatles ofrecieron el que es considerado su último concierto oficial. Con ello cerraron su tour norteamericano, poniendo punto final a un periodo de cuatro años caracterizado por las giras internacionales. A solo días de cumplirse 48 años de este evento, Paul McCartney se despidió con un show del Candlestick Park de la ciudad de San Francisco, el escenario que compartió con John Lennon, George Harrison y Ringo Starr. El local del último concierto de la banda será demolido, pero el recuerdo de ese momento ha quedado grabado en la historia del rock.
Eran las 9:27 de la noche cuando se escucharon las primeras notas de “Rock and Roll Music”, el cover de la canción de Chuck Berry que se había convertido en parte indispensable en los conciertos de la banda. Esta versión del éxito de 1957 fue seguida por el tema “She’s a Woman”, luego del cual los Beatles agradecieron a sus seguidores por acompañarlos en la última fecha de la gira.
John, George, Paul McCartney y Ringo tocaron un total de 11 canciones durante los escasos 33 minutos que duró el concierto. “If I Needed Someone”, “Day Tripper”, “Baby’s in Black”, “I Feel Fine”, “Yesterday”, “I Wanna Be Your Man”, “Nowhere Man”, “Paperback Writer” fueron los temas originales que completaron el ‘set list’. La banda cerró el concierto con otro cover, esta vez de una canción de Little Richard: "Long Tall Sally".
Lennon y McCartney, reconociendo quizá que este sería el último concierto de la banda, subieron una cámara al escenario. Así, los artistas inmortalizaron imágenes de la banda, del público e incluso de sí mismos en un estilo que solo podría ser descrito como un ‘selfie’. Paul también pidió a Tony Barrow, relacionista de la banda, que utilizara una pequeña grabadora de caset para registrar el audio del evento. La grabación, de la que originalmente existían solo dos copias, se filtró en algún momento y ha circulado abiertamente durante años.
Una de las historias más repetidas sobre el concierto cuenta que luego de terminar “Long Tall Sally”, mientras los otros integrantes de la banda se retiraban del escenario, Lennon provocó al público tocando los primeros acordes de “In my Life”. Curiosamente, Barrow olvidó dar vuelta al caset en el que registraba el show, que solo podía contener 30 minutos de audio por lado. Por este motivo los últimos minutos del concierto se habrían perdido para siempre.
Pese a la importancia histórica del evento, la cual podemos apreciar solo con la claridad que proporciona el paso del tiempo, el concierto distó mucho de ser un éxito. El Candlestick Park tenía capacidad para más de 42 mil personas, pero solo se vendieron 25 mil entradas. La banda se llevó el 65% de lo recaudado y la ciudad de San Francisco el 15%.
Este momento en la historia de los Beatles marcó el final de la ‘beatlemania’ de gritos ensordecedores y tumultos. En los años siguientes la banda buscaría experimentar su sonido, produciendo piezas trascendentales para la historia de la música, muchas de las cuales nunca fueron presentadas en vivo por el grupo. Los Beatles ya no existen, Lennon fue asesinado, Harrison murió y el Candlestick Park lo van a demoler, pero siempre existirá el recuerdo de esa noche en San Francisco y el mito de esos acordes con los que John se despidió. “There are places I’ll remember all my life though some have changed”.