Karol G vive su momento de mayor popularidad gracias a "Tusa". (Foto: Universal)
Karol G vive su momento de mayor popularidad gracias a "Tusa". (Foto: Universal)
Juan Diego Rodriguez Bazalar

Hablamos de un viral con todas las de la ley porque tanto Monique Pardo como el 'youtuber’ Werevertumorro han hecho su propia versión. En el medio, por supuesto, otros memes coyunturales –como los que muestran al presidente Vizcarra o a Mark Vito junto a la frase “hice toro esto por nara”– han colaborado a que se prolifere por las redes, pero la verdad es que “Tusa”, canción de Karol G que algunos ya declaran como el hit del verano, hace rato que acaparó la atención del mundo.

Las versiones del tema que se oyen en los salones de clase o misas, los remixes que la combinan con huaynos o canciones de Agua Marina y que se apoderan de las discotecas, dan cuenta que el éxito de la canción ya trascendió las redes. Es entonces que una interrogante cae de madura: ¿qué tiene de especial la colaboración de la reguetonera colombiana con la rapera estadounidense Nicki Minaj? ¿Qué características tiene “Tusa” que la hicieron la preferida de los ‘millennials’ y entusiastas del reguetón? ¿Es “Tusa” la canción del verano?

“'Tusa' es de aquellas canciones que apuestan por mantenerlo simple –anota el productor musical peruano Primo Beatz–. Si la escuchas con detenimiento, notarás que no hay mayor variación en cuanto a la propuesta rítmica ni línea melódica. Por un lado, la percusión juega con un dembow convencional que no busca ser protagonista. Por el otro, la melodía es bastante simple y baila entre sol, si menor, re y la, mientras que los teclados y violines se insertan por momentos y logran enganchar fácilmente”.

“Sin embargo, honestamente, no creo que su éxito se deba al aspecto musical, sin quitarle mérito a Ovy On the Drums [el productor] –agrega–. Creo que pasa más por un tema coyuntural: a diferencia de la mayoría de temas de música urbana, ‘Tusa’ plantea el punto de vista de la mujer. Es un testimonio que hasta podría verse como una suerte de empoderamiento, de rebelión por parte de la protagonista. A eso súmale dos ‘hitmakers’, una latina y una norteamericana, y difícilmente podrías fallar. Le letra, más los ganchos, coros y puentes, hacen que la canción funcione muy bien”.

La peculiar pronunciación del español de Nicki Minaj –quien canta “hice toro esto por nara”– es, para Primo Beatz, parte de la propuesta. Pensar lo contrario, anota, sería ingenuo. Él dice: “Dejar que su rapeo sea lo más genuino posible la humaniza, la acerca más al público y creo que suma en el desarrollo del vínculo con los nuevos seguidores a los que va dirigida la canción. En todo caso, lo único que podría traer este tipo de ‘mala pronunciación’ sería más publicidad. Drake, el fenómeno mundial, tiende a hacer esto con su música, hasta el punto de jugar con ridiculizarse. En todo caso, creo que el recurso funciona bastante bien en el caso de Minaj. Me la jugaría por decir que ese español masticado fue intencional”.

Raúl Castro, antropólogo y director de la carrera de Comunicación de la Universidad Científica del Sur, anota que para que una canción se vuelva un hit tiene que compartir un estado de ánimo, generalmente festivo, sentimental y que sea afín a las tendencias. “Buenos ejemplos son ‘Despacito’ o los temas de Rosalía, Bad Bunny u Ozuna, en el sentido que responden a corrientes mucho más amplias, como el ingreso de la música latina al mercado estadounidense. Hay estudios que encuentran que la reiteración de ciertos patrones rítmicos, mezclados con otros patrones melódicos, hace que los sujetos encuentren ciertas afinidades con sus estados de ánimo. Si a eso le agregas letra, que está claro que no son lo más importante pero ayudan mucho sobre todo cuando son festivas o tienen que ver con romances, erotismo (eso que en jerga sociológica se llama ‘momentos sexys’), todo suma para que una canción pueda tener expectativas de convertirse en un viral”.

Todo lo expuesto, anota Castro, es materia conocida para las casas productoras tanto de música como de jingles publicitarios, cuyo caso emblemático más reciente es “El tema del verano” de Claro. “Básicamente, ellos recogen esos principios y lo llevan a la parodia, y lo mezclan con elementos nostálgicos, eróticos, así como la puesta en relieve de figuras icónicas”, sostiene.

MOVER EL CUERPO

Las coreografías también ayudan al éxito de las canciones. Castro agrega: “Definitivamente es un efecto estético de placer visual alrededor de la sensación que produce la belleza y simetría de determinados movimientos. Desde el 'Gangnam Style', la 'Macarena' o el 'Aserejé': en todos los hits anclados en coreografías está la reiteración del placer visual, en la reiteración de patrones de grandes tendencias que en este caso corresponden a lo urbano latino. No estoy seguro si 'Despacito' no haya tenido coreografía: quizás no formalmente, pero si uno ve los conciertos hay una reiteración del movimiento vinculado al perreo”. “Tusa” es un caso similar.

Aunque es verdad que, a veces, para lograr el éxito, hay que romper con la tendencia. Prueba de ello son los grandes éxitos de la orquesta Hermanos Yaipén. “A llorar a otra parte”, “Lárgate”, “Necesito un amor” y “Mi estrella” son algunos de los ejemplos que Walter Yaipén ofrece para demostrar su punto. “En el 2008 se solían hacer temas bailables, pero nosotros hicimos canciones románticas con letras profundas de amor y desamor. Ahí radica el cambio que vivió la cumbia, aquel que le permitió llegar a todos los estratos sociales. Si te pones a pensar, todos, desde jóvenes, sufrimos traiciones y queremos gritar frases similares a las que dicen nuestras letras. En todo caso, entonces se pensaba solo en bailar y no en cantarle al amor, pero nosotros le pusimos buenas letras a un ritmo sabroso”, explica el músico.

NADIE SABE PARA QUIEN TRABAJA

La verdad, sin embargo, es que nadie jamás podría decir que tiene la fórmula para hacer hits. Es verdad que se pueden analizar miles de canciones y encontrar parámetros y características en común, pero seguir el camino contrario es imposible. "Imagínate, si existiese una fórmula de éxito comprobado, todos los que nos dedicamos a hacer música profesionalmente seríamos millonarios". Quien habla es el productor Manuel Garrido Lecca, cuya perspectiva al respecto es bastante clara: todo lo que tenga que ver con moldes para alcanzar el éxito, por lo menos en su industria, son mentiras. No existe el santo grial. Incluso, hablar de un “tema del verano” –como ya se escucha decir a algunos– problematiza más el asunto.

"Eso del ‘hit del verano’ es un moda o estrategia de marketing creada, hace muchos años, en España –comenta Garrido Lecca–. Después la cogieron los italianos y poco a poco se fue popularizando, pero no es un género. Con eso en mente, cuando uno se sienta a trabajar una canción no está pensando en qué hará para que destaque o algo por el estilo. Eso es absurdo. Y te podría citar a Don Was o George Martin: cuando empiezas a trabajar un disco con la idea de que tiene que ser un hit, te va a salir mal. Lo he vivido en carne propia".

Lo que sí existe, afirma Garrido Lecca –y en ello coincide con Castro–, son patrones que se repiten, aunque utilizarlos no significa tener el mismo resultado. Él cita el libro titulado "Hooktheory" (2012) en el que especialistas analizaron más de mil canciones que fueron exitosas en distintas épocas.

"Todas tienen una estructura formal más o menos común: intro, verso, coro, verso 2, coro 2, algún tipo de puente y coro final –comenta Garrido Lecca–. Casi todas llegan al primer coro antes del primer minuto de la canción, si es que no es antes y a los 30 o 40 segundos ya tienes el primer gancho. El coro, además, tiene que tener una melodía extremadamente fácil de recordar, una que un niño de tres años pueda tararear y cantar. También hay que pensar en que suene familiar. Hay análisis que arrojan que muchas de ellas están hechas en do mayor, otros que los acordes más usados son sol, fa, do y la menor, que son bien fáciles de tocar sobretodo en guitarra".

DE QUÉ HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE UN HIT

"Sinceramente, 'Tusa' está bien hecha, pero no le veo nada de especial. Su éxito es una combinación de factores, pero la viralización en la difusión de un canción es muy importante". Garrido Lecca es claro: el tema tiene una melodía sencilla y memorable, los patrones rítmicos que usa están bien utilizados y, por eso, es contagiosa. Pero lo que él propone es revisar el concepto de hit, de canción exitosa: ¿basta con tener millones de visualizaciones en internet o reproducciones en Spotify? ¿Basta con ser la canción más importante de una temporada? ¿La gente la recordará en 40 años? Los hits del verano suelen ser efímeros.

“Pueden haber millones de canciones que hayan sido un éxito y que hayan generado un montón de dinero, pero no son tantas las que dejaron algún tipo de contribución, digamos, al legado de la música popular moderna. Una canción que puedo llamar hit es aquella que venció la prueba del paso del tiempo, aquella que de generación en generación sigue viva. Habrán las canciones que hacen millones, pero, ¿quién las recuerda? Te doy un ejemplo: “Heartbeat” de Don Johnson fue un éxito en los 80, un mega hit, pero, ya nadie se acuerda. Ni las radios que pasan música de esa época la programan. En cambio, ‘Elenor Rigby’. Ambas fueron exitosas en su momento, ambas hablan del dolor, del desamor, de la soledad, pero solo a una de ellas la conoce todo el mundo”.

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