A inicios de los años 2000, cuando una suerte de moda por el rock nacional se instala en el Perú, el entonces veinteañero Jhovan Tomasevich forja una nueva agrupación roquera que, a diferencia de Huelga de hambre, su anterior propuesta musical, busca apoderarse de la escena nacional con temas propios. Zen nace en 2001 como una banda de músicos ávidos de “aprender a componer y producir canciones”.
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“Habíamos tenido experiencia en bandas previas, pero no estábamos satisfechos, y cuando un músico empieza cualquier proyecto siempre tiene la ilusión de firmar con una disquera y trabajar con un productor experimentado, pero a veces eso no ocurre. Y tienes dos opciones: empezar a trabajar tú mismo y aprender cómo se hacen las cosas o esperar. Nosotros optamos por la primera opción”, narra Tomasevich, vocalista de la agrupación.
Solo algunos meses después del lanzamiento de la banda se hicieron las grabaciones y demos de lo que sería la primera producción discográfica de Zen. Precisamente en esta etapa se une el guitarrista Alec Marambio, quien había llegado de estudiar en Estados Unidos.
“El demo no tenía calidad de disco, pero la gente lo empezó a rotar, nos pedían que lo distribuyamos en los conciertos. Recuerdo que al principio los quemábamos en la computadora, luego los empacábamos, y el arte lo mandábamos a hacer en el Centro de Lima con nuestras fotos. Salía malísimo. Después de un año de repartir y vender el demo, en 2002 se convirtió en nuestro primer disco”, explica el músico peruano.
La primera formación de Zen tuvo a Tomasevich en la voz principal, Giorgio Bertoli en la batería (actualmente Hans Menacho), Alec Marambio en la guitarra y Diego Larrañaga en el bajo (en 2005 fue remplazado por Noel Marambio).
Nombre
El nombre de la nueva banda debía ser simple, sencillo, corto y fácil de pronunciar. La elección de Zen fue inmediata y consensuada.
“Hicimos varias reuniones para buscar el nombre. Luego de leer un libro de meditación, Diego propuso Zen. Averiguamos el significado y era balance, armonía con todo lo físico y emocional. Nos gustó y decidimos ir con eso”, explica el músico de ascendencia croata.
Desde su debut en los escenarios, el 3 de marzo del 2002, en La Noche de Barranco, los liderados por Jhovan Tomasevich, con un estilo propio conectaron inmediatamente con el público y se ubicaron rápidamente en la mira radial.
“Cuando juntamos un puñado de canciones decidimos salir a tocar de manera anónima para ver cuál era la reacción de la gente y esta fue súper positiva. Poco a poco fuimos ganando seguidores, empezaron a pasarse la voz”, destaca el artista nacional. “Elegimos La Noche de Barranco para tocar por primera vez porque con agrupaciones anteriores había sentido que las cosas no me salían bien, no conectaba con el público, y quería romper ese maleficio. También porque nos dieron para tocar los tres primeros miércoles de marzo, con entradas que costaban como tres soles”, añade.
En 2003, la banda fue nominada en los MTV Video Music Awards Latinoamérica en la categoría Mejor Artista Nuevo. En el ranking Los 100 + pedidos de ese año realizado por la cadena MTV, el tema “Desaparecer” ocupó el puesto número 7. Aquel fue uno de los mejores años de Zen.
Las canciones alcanzaron rápidamente los primeros puestos de rotación de las emisoras radiales, y el disco, “Horizonte” (2007), fue incluido en la lista de los 50 mejores discos de la revista Rolling Stone.
“Lo de la revista nos sorprendió y llenó de satisfacción. Creo que entre los años 90 y 2000 siempre han sido importantes las críticas para las bandas. Aunque los músicos decíamos que no nos importaban, siempre estábamos al tanto de lo que salía porque podía subirte a un siguiente nivel, como también emocionalmente tirarte abajo”, destaca Jhovan.
Hit musical
“Quédate”, sencillo que forma parte de “Revelación”, segundo álbum de estudio de la banda, fue uno de los más difundidos en la historia de Zen. Jhovan Tomasevich asegura que este no iba a formar parte de ninguna producción porque era lento y distaba mucho del estilo de la agrupación.
“Sin duda es el más escuchado y pedido. Lo curioso es que no iba a estar incluido en ningún disco, lo metimos de relleno en nuestra segunda producción porque solo teníamos ocho canciones, así que decidimos meter una más. Cuando un día un programador la pasa por radio, la gente empieza a pedir el tema y a ubicarse este entre las canciones más populares. Ocupó primeros puestos en las radios y el video fue rebotado en todos los canales. Tuvimos varios años de bonanza, de conciertos, gracias a ese tema. Nos iba tan bien que durante un tiempo dejamos de hacer nuevas canciones, pues teníamos que aprovechar el momento”, recuerda.
Separación
A mediados del 2009, los integrantes de Zen tomaron la drástica decisión de separarse para emprender nuevos retos profesionales independientemente. Jhovan, por ejemplo, inició una carrera como cantante solista.
“Una banda de rock es como una relación de pareja, llega un momento en que cada uno tiene intereses diferentes, y no es que hayas dejado de querer sino que surgen nuevas metas. Cada uno quería hacer sus propios proyectos, probar cosas nuevas. Nosotros nunca hemos tenido discusiones fuertes, nos conocemos desde adolescentes, con los gemelos Alec y Noel nos conocimos a los 15 años. Esa amistad de años nunca ha permitido que choquemos hasta el punto de odiarnos”, aclara tras reconocer que los seis meses previos a la separación de la banda fueron realmente duros para él.
“Fue muy difícil porque veníamos de gozar de toda la atención de las radios y de los medios, veníamos de toda esa corriente de furor por el rock local, y cuando llega fuerte la cumbia y el reggaetón a la capital, empezamos a ver que algunas radios locales con las cuales teníamos muy buena relación, cambiaron de formato, dejaron de pasar rock. Cada vez había menos conciertos y la familia y amigos nos decían que ya no nos escuchaban. Y eso te empieza a golpear el ego, sobre todo cuando habías estado en una etapa productiva y popular. La gente empieza a sentir que desapareces y es complicado. No nos estábamos dando cuenta que venía lo digital fuerte, y la banda se convertía en una suerte de piedra que arrastrábamos porque no sabíamos qué dirección debíamos tomar. Fue una etapa dura”, enfatiza.
Tres años después de la separación, esa amistad a la que Tomasevich hace referencia líneas arriba, precisamente fue la que los volvió a juntar.
“El 2012 nos vimos y hablamos de la posibilidad de armar otra vez la banda y hacer nuevas canciones. Todos estuvimos dispuestos a hacerlo y creo que fue lo mejor que pudo haber pasado. Aprendimos a separar la parte artística de la administrativa, probablemente el talón de Aquiles de muchas bandas y músicos”, enfatiza.
Experiencia enriquecedora
Zen llevó su música por los lugares más recónditos del Perú. Tomasevich recuerda con emoción el día que compartieron escenario con Grupo 5 en el estadio de Cerro de Pasco y lo que pensaba iba a ser una presentación con abucheos, se convirtió en un día inolvidable y de gratos recuerdos.
“El combo era Zen y Grupo 5. Obviamente ellos eran inmensamente más populares que nosotros. Cuando salimos a tocar muertos de frío, la gente estaba encantada, parecía que estaban viendo tocar a Nirvana, ja,ja,ja. Recuerdo que el empresario nos pagó detrás del escenario miles de soles en monedas. En la oscuridad ni siquiera contamos, solo confiamos”, enfatiza.
“Y uno de los conciertos mas duros que nos tocó enfrentar y del que salimos bien parados por una acción atrevida de nuestro bajista (Diego) fue en Lima, en un evento donde solo habían bandas de metal y punk. Cuando llegamos la gente estaba en un pogo brutal, todo estaba cubierto de polvo. Pensamos que nuestra presentación iba a ser un fracaso total, que nos iban a tirar de todo. Pero a Diego se le ocurrió calatearse para romper el hielo. Dijo que leyó en un libro que si te pierdes en la selva y te va a atacar un animal, este te ve como un animal más grande cuando estás desnudo, siente miedo y retrocede. Y así fue, cuando subimos al escenario, nadie dijo nada, al final todos terminaron saltando con nosotros. Verlos abrazados cantando ‘Quédate’ fue la cosa más bizarra que nos ha pasado en la vida”, subraya.
Han pasado 20 años desde que Zen subió por primera vez al escenario, Desde esa época sus integrantes guardan recuerdos invaluables, como aquel 29 de setiembre del 2010 que fueron telonores de Bon Jovi en el estadio de San Marcos, o el día que Tomasevich interpretó junto a Bret Michaels (Poison), Álex Lora (El Tri) y Chris Barron (Spin Doctors), el clásico “Rock And Roll All Nite” de Kiss.
“En Todo X el Rock en Arequipa, el cantante de Poison me invitó a su camerino para preguntarme si quería subir al escenario para cantar con él la canción de cierre de su presentación. Era mi ídolo de toda la vida. Imagínate la emoción que sentí. Le respondí inmediatamente que sí. Fue un sueño hecho realidad”, destaca el músico peruano.
Jhovan Tomasevich asegura que estas dos décadas de Zen les ha dotado de gran experiencia, pero no los ha cambiado. Actualmente trabajan en un nuevo sencillo y en julio o agosto estrenan el videoclip de “Fragilidad”.
“Seguimos siendo los mismos cuatro tipos, con las mismas ganas de hacer música, con las mismas metas y creyendo en el mismo proyecto que cuando iniciamos todo esto, cuando teníamos 20 o 25 años. Nuestros planes no han cambiado, todavía tenemos muchas cosas que podemos hacer para sorprender a la gente y sorprendernos a nosotros mismo”, enfatiza el artista nacional.
Celebración
Como parte de las celebraciones por sus 20 años, Zen ofrecerá este 30 de abril un espectáculo en el Gran Teatro Nacional, junto a artistas invitados como Daniela Darcourt, Gisella Ponce de León, El Marshall, Wicho y Manolo Barrios de Mar de Copas, Pedro Luis Pacora, Blú Quartet, entre otros.
“Hemos armado una lista de invitados que de alguna manera tienen relación con la banda y la escena musical durante estos 20 años. Empezando por Daniela Darcourt, que es una de las artistas más populares del país con quien lanzamos una canción hace poco. Con ella hicimos nuestro primer feature: ‘Fuego eterno”. Por pandemia nunca pudimos hacer un concierto oficial para presentar la canción, nunca la hemos tocado en vivo, así que esta será la oportunidad”, destaca
“Luego están Manolo y Wicho con quienes tenemos una gran relación de colegas de escena de rock. Ellos de alguna manera representan el rock en este show. También están Gisela Ponce de León y El Marshall, músico multiinstrumentista. Ellos de alguna manera representan esa relación que tiene Zen con la televisión y el cine.... Y finalmente está Blú Quartet, que es un cuarteto de cuerdas, Será como un guiño de lo que que podría venir en el futuro”, subraya.
Las entradas para este concierto de aniversario se encuentran disponibles, a través de Joinnus. Hay descuento especial para suscriptores de EC, mas info en Clubelcomercio.pe
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