Jessyca Sarango canta a través de la voz de otras personas, aunque tiene la capacidad de hacerlo por cuenta propia. A pesar de haber sido nominada a los Latin Grammy, tres presentaciones en Viña del Mar y diferentes propuestas de usar sus canciones en telenovelas internacionales, la compositora y cantautora peruana aún guarda cientos de canciones que esperan encontrar a un interprete que consiga transmitir lo que ella siente al crearlas.
“Uno puede preguntarme qué hago y siempre voy a estar creando una canción. Jamás me dejo de sorprender, por eso jamás paro de crear. Ese estilo de vida que llevo por casi cuarenta años es uno de los factores que más me emociona del proceso de composición”, menciona Sarango en una entrevista con El Comercio.
―Tras casi cuatro décadas de creación musical ¿Cómo se ha ido desarrollando tu forma de componer?
Yo desde que tengo uso de razón jugaba a componer, cantar o dar conciertos a mis muñecos, desde entonces sigo “jugando” a hacer música, debe ser por eso que no me agoté a nivel creativo y que mi mente esté constantemente girando en torno a la creatividad, además de tener la fortuna de que la lectura sea otra de mis pasiones, eso me ayuda a encontrar diferentes maneras de expresar algunos sentimientos, solo son caminos diferentes los que tomo. El español es uno de los idiomas más ricos al momento de componer.
―¿Cuándo deja de ser un juego?
Yo me di un portazo muy fuerte en el Perú cuando firmé a los 18 años un contrato con una compañía de grabación muy importante en el país. Desde esa edad ya componía canciones para artistas conocidos, pero no sabía que el compositor podía generar ingresos con su trabajo, pensaba que solo se ganaba plata cantándolas, luego de años me di cuenta de que no era así. Conocí de esa manera el canibalismo de la industria musical. Ahora tengo mi propia empresa musical donde hago mis propias canciones, soy autónoma y no dependo de la industria de la música en absoluto.
―Entre los grandes artistas se encontraba Menudo
Sí, conocí a Menudo cuando tenía 19 años. Cantaba en un local en Barranco llamado El Florentino. Un día, mientras cantaba los jueves como siempre con mi banda tocando mis temas y algunos covers, vi que al fondo de la barra había un grupo de chicos que estaban haciendo un escándalo. Terminaba de cantar y gritaban de emoción. En el break, cuando me iba al camerino, se me acercó el dueño del local y me dijo: “Jessyca, los que están al fondo de la barra son los chicos de Menudo”. Llegaron de casualidad porque estaban dando una vuelta a los lugares donde se tocaba en vivo. Luego de tocar mis temas, el mánager Edgardo Díaz entró al camerino y me invitó a comer con los chicos al día siguiente. Así empezó nuestra relación de amistad que dura hasta estos días.
―Después de ese periodo de decepciones en la industria, pero también de grandes éxitos ¿Por qué volverte independiente?
He sido y, muchas veces, sigo siendo muy inocente para la industria musical. Por eso, desde mi primer álbum, opté por caminar por mi propio sendero, convirtiéndome en mi propia productora y dueña de todas mis canciones. No pertenezco a ese mundo de las grandes corporaciones y la “gentita” que se pelea, jalándose y empujándose por los premios. No soy artista por eso nunca lo busqué ni lo necesité. Yo solo hago música y ya.
―Después de varios momentos mediáticos decides irte a Miami en el 2004
Mi camino en el Perú había llegado a su fin como intérprete y como persona pública. Al comienzo era genial ser la novedad, que las personas te tomen fotos y que te reconozcan en las calles, además de poder salir a todos lados con mi banda, algo que amé. Pero cuando se puso de moda la persecución a los artistas y la necesidad de salir en programas para mantenerse en vigencia, tal y como pasa en TikTok ahora, decidí que no era para mí ese estilo de vida. No siento la necesidad de exponerme de esa manera. Soy graciosa a veces, pero no soy ninguna payasa. Soy una artista que se entrega en absoluto en los escenarios y no una herramienta mediática.
―Para cuando llegas a Estados Unidos ya eras reconocida a nivel internacional como compositora...
Di a conocer mis canciones cantándolas. Aunque no tengo una gran voz, poseo un sonido muy bonito, algo que surge de dentro y hace que las personas y artistas se conecten con mis temas; por eso gustan mis canciones. Prefiero crear a cantar; me gusta escuchar mis temas en voces que me transmitan un sentimiento. No me importa si son megafamosos, tienen que ser voces que me emocionen.
―¿Hasta ahora cual es la voz que más se acerca a lo que quieres transmitir en tus canciones?
Me han grabado voces extraordinarias, pero a nivel emocional, nadie me ha llegado a gustar en totalidad. No he tenido la suerte de encontrar a alguien que consiga transmitir lo que yo sentía al momento de cantar mis propios temas. Cuando escuche alguno de mis temas cantados por Luis Miguel, Miguel Bosé o Yuri, quizá sienta lo que que busco. La gente olvida a veces que ser un gran cantante no es lo mismo que ser un gran intérprete, pues ese tipo de artistas van más allá, tal y como lo hacían Camilo Sesto o Juan Gabriel.
―¿Cómo cambia el proceso de composición para telenovelas en comparación con los temas exclusivos para artistas?
Las veces que he escrito para novelas o han tomado algunas de mis canciones para telenovelas, las han dejado tal cual. Las personas que confían en mí para grabar canciones para esos contenidos no me piden hacer cambios, porque quien te llama para que aportes a su creación debe darte la libertad de hacer lo que mejor sabes hacer. Tal vez otros compositores negocien eso, pero yo no. Lo mismo ocurre con los cantantes que me piden temas, siempre confían en mí.
―Hace poco también participaste en el cine con parte de la banda sonora de la película independiente Proof Sheet.
Fue increíble, agarraron canciones que había hecho y les gustó la onde acústica en vivo y la colocaron en la película, que tiene una vibra independiente de cine de autor que ahora le va bien en todos los festivales de estados unidos, esperamos que nos confirmen en festivales internacionales.
―Y también regresas a las baladas románticas con tu reciente tema “Que mas amor”
Esa canción la escribí hace 21 años. Tengo tantas canciones guardadas que no necesitaría componer nunca más en mi vida y aún así seguiría teniendo temas. Es curioso cómo los temas que escribo encuentran su momento para aparecer. No los lanzo inmediatamente, sino que espero a que encuentren su camino y, cuando yo esté lista emocionalmente, con ese sentimiento con el que las escribí, resurjan en el futuro. Es como escribir para la Sarango del futuro, quien es, a su vez, producto de sus propias canciones.