Premio Nacional de Cultura: El justo reclamo de los ganadores (Foto: Rolly Reyna)
Premio Nacional de Cultura: El justo reclamo de los ganadores (Foto: Rolly Reyna)
Enrique Planas

En Cañete, todos se levantan temprano. Distraída, preparando el desayuno, solo alcanzó a escuchar el nombre de Óscar Naters y del Museo de Arte de Lima como ganadores del Premio Nacional de Cultura. Solo en la repetición de la noticia Susana Baca escuchó su nombre ligado al Premio a la Trayectoria. “Quemé el pan por irme corriendo a contárselo a Ricardo [Pereyra]”, comenta la cantante, feliz, con su esposo a su lado.

Minutos después, la artista recibe la llamada de El Comercio. “El Premio Nacional de Cultura es lo máximo para mí. Es un premio de mi país, y eso vale mucho para mí. Pesa mucho más que el Grammy, ¡por favor!”, ríe. “Significa que mi país reconoce todo lo que he trabajado”, explica la intérprete, quien comparte el premio con la comunidad afroperuana: “Ella me dio el ritmo y la música. Por mi comunidad soy lo que soy”, afirma.

Para Baca, lo más curioso del premio es que fuera en su gestión como ministra en el gobierno de Ollanta Humala que se restauraron los Premios Nacionales de Cultura, tras décadas en silencio. “Siete años después, me lo gané. Nadie sabe para quién trabaja”, comenta divertida por la paradoja. En esta edición, el galardón tuvo como jurado al filósofo Salomón Lerner, el historiador Luis Repetto, el antropólogo Wilton Martínez y las actrices Alicia Morales y Ana Correa.

Y aunque la artista se encuentra emocionada por el reconocimiento, adelanta que, al recogerlo, aprovechará la ocasión para recordarle a las autoridades del Estado una obligación desatendida: el seguro de salud para el artista. “Ellos, que le han dado tanto al Perú, son recibidos en los hospitales muchas veces por caridad”. La ex ministra recuerda que fue el gobierno de Alejandro Toledo el que promulgó la Ley del Artista, pero el Congreso recortó de su marco legal la cobertura del seguro social. “Fue una ley que nació coja”, explica.

En su gestión en el Ministerio de Cultura, Susana Baca trabajó por enmendar la ley, pero sus esfuerzos no encontraron eco. “Hasta ahora seguimos haciendo polladas para reunir fondos para que nuestros compañeros puedan atenderse en un hospital”, lamenta la cantante, compositora e investigadora musical. Por ello, este premio es para Baca un pretexto para recordar aquella tarea pendiente del Estado.

—Un premio integral—
Para el director del grupo Íntegro, la mañana del viernes vivió el más hermoso despertar. Que fuera su hija la que le abrió sus ojos gritando la noticia, lo hizo aun más dulce: Óscar Naters, Premio Nacional de Cultura en la categoría Creatividad. “Este es el premio más importante de la cultura en el país y lo acepto con mucha humildad y responsabilidad. Es un reconocimiento para una labor que ha sido difícil a lo largo de todos estos años”, señala. Una práctica poco comprendida al inicio, por el riesgo que significaba trabajar de forma interdisciplinaria, fusionando lenguajes artísticos.

Premio Nacional de Cultura: El justo reclamo de los ganadores
Premio Nacional de Cultura: El justo reclamo de los ganadores

En efecto, desde 1984, Naters es reconocido por su notable experimentación escénica a través de Íntegro, colectivo liderado por el coreógrafo y su esposa, la bailarina Ana Zavala. En sus espectáculos confluyen los lenguajes tanto de la danza y el teatro como el de la pintura, la fotografía o el cine, buscando configurar una estética de la totalidad. “Este premio confirma que hay esperanza aún de que la creatividad pueda desarrollarse en una época en que, lamentablemente, la copia resulta más celebrada que el original”, señala. “La confianza en uno mismo y en la gente en la que trabaja es lo que permite que nuestro trabajo sea reconocido”, añade Naters, agradecido con el centenar de personas que inscribieron su candidatura al premio. Este año, su categoría tuvo como jurado a Luis Cortés, Diana Guerra, María Ulfe y los críticos de cine Alberto Servat e Isaac León Frías. “Quiero agradecer a la mujer en general. Me inicié trabajando con mujeres, ellas han sido un factor importantísimo en todo el desarrollo de nuestras obras”.

Para Naters, si algo hay que demandar a la política cultural del Estado, es la falta de espacios para poder descentralizar el trabajo artístico. “La falta de espacios nos ha obligado a salir al extranjero a desarrollar nuestros proyectos para poder tener continuidad. En ese sentido, veo que eso se está solucionando poco a poco. Hay un proyecto oficial para habilitar teatros en todo el país. Con ello se abre la opción de llegar a más peruanos con nuestro trabajo”, destaca el coreógrafo, quien prepara un nuevo espectáculo para julio próximo, en el teatro de la Universidad del Pacífico, a partir de su lectura del mítico manuscrito quechua “Dioses y hombres de Huarochirí”.

—Prácticas de museo—
Ayer el equipo del Museo de Arte de Lima abrió una botella de champán para una íntima celebración. La alegría es común: el MALI fue reconocido con el Premio Nacional de Cultura en la categoría Buenas Prácticas Institucionales. “Estamos felices”, señala Natalia Majluf, directora de la institución. “En el MALI hacemos un trabajo muy duro. A veces, la gente no se da cuenta de la suma de esfuerzos que hay detrás de un museo, de las enormes dificultades que debemos enfrentar para sacar este proyecto adelante”, afirma.

Premio Nacional de Cultura: El justo reclamo de los ganadores
Premio Nacional de Cultura: El justo reclamo de los ganadores

El jurado formado por Beatriz Merino, Pedro Alayza, Carolina Trivelli, Sigifredo Burneo y el sociólogo Raúl Romero Zevallos tuvo a bien entregar este premio a un a institución que se encuentra hoy con el ánimo a tope. No solo porque “Nasca”, su última exposición, alcanzó el récord de 80 mil visitantes en tres meses, sino porque están a punto de abrir la esperada exposición de Jorge Eduardo Eielson, un proyecto que se ha venido preparando por más de dos años.

¿Cuáles son las Buenas Prácticas Institucionales del MALI que han sido reconocidas por el Ministerio de Cultura? Como explica Majluf, su institución es un proyecto colectivo en muchos sentidos. “Son muchas generaciones de peruanos que han apoyado y aportado para que el museo llegue a ser lo que es hoy. Todos tienen algo con qué identificarse aquí en el MALI”.

“Desde su fundación en 1954, el MALI es un caso ejemplar de lo que se puede conseguir a través de un trabajo conjunto del sector privado con el Estado. Históricamente, el Estado ha puesto la infraestructura y el MALI ha puesto las colecciones y la operación. Somos una institución pública, en todo sentido, aunque no seamos un organismo estatal”, señala Majluf.

Para lograr eso, el MALI ha debido ganarse con el tiempo la confianza del público, de las empresas, de los donantes y de los sucesivos gobiernos. “Las buenas prácticas, para mí, es todo aquello que conduce a ganar esa confianza, el respeto que permite avanzar y consolidar una institución. Por eso el MALI es hoy una institución sólida, profesional y abierta a todos”, añade con orgullo.

MÁS INFORMACIÓN
​El Premio Nacional de Cultura es considerado el galardón cultural más importante del país, pues reconoce la gestión y desarrollo cultural de personas e instituciones a favor de la sociedad.

Otorgado por el Ministerio de Cultura, el premio es patrocinado por sexto año consecutivo por Petro-Perú. Será entregado en ceremonia especial el lunes 27 de noviembre en el Gran Teatro Nacional.

Los ganadores se hacen acreedores a un trofeo, un diploma y un premio económico de S/45 mil en el caso de las categorías de Trayectoria y Creatividad y S/50 mil para la categoría de Buenas Prácticas Institucionales.

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