Sean Penn llegó a Ucrania para realizar un documental sobre el ataque de Rusia. (Foto: REUTERS)
Sean Penn llegó a Ucrania para realizar un documental sobre el ataque de Rusia. (Foto: REUTERS)
Ricardo Hinojosa Lizárraga

No cabe duda de que los últimos días han sido de alarmante tensión entre Rusia y Ucrania. En tiempos como estos, más allá de la violencia despiadada de un conflicto bélico, se esperan mensajes fuertes de uno y otro bando. El último jueves, funcionarios del gobierno ucraniano detallaron la gravedad de la situación actual ante la prensa. Lo que no se esperaba, sin embargo, era la aparición en escena de un respetado actor de Hollywood:, quien estaba ahí sentado, escuchando todo. Aunque para el mundo resultó una sorpresa, no lo era tanto para las autoridades del país que acaba de ser invadido y bombardeado por Rusia. Sucede que, como ya ha ocurrido en otras ocasiones, Penn está realizando un documental sobre el tema y ya estuvo en Ucrania en noviembre pasado, avanzando su investigación. En esos días, el ganador de 2 premios Oscar visitó al ejército ucraniano, que ya imaginaba que el conflicto podría concretarse. Esta semana, en cambio, se reunió con la viceprimera ministra Iryna Vereshchuk, además de con periodistas locales y miembros del ejército establecidos cerca del frente, en Donetsk. Allí, consciente del peligro, se puso un chaleco antibalas y un casco. Según un comunicado emitido por el despacho de Volodymyr Zelenskiy, presidente de Ucrania, “Sean Penn se encuentra entre los que apoyan a Ucrania en Ucrania hoy. Nuestro país le está agradecido por tal muestra de coraje y honestidad”, a lo que agregó que Penn “vino especialmente a Kiev para registrar todos los eventos que están sucediendo actualmente en Ucrania y para contarle al mundo la verdad sobre la invasión de Rusia a Ucrania”.

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A pesar del asombro que ha motivado su presencia, esta no es la primera vez que el protagonista de cintas como “La delgada línea roja”, “Pecados de guerra”, “Milk” o “Río Místico” se involucra en temas políticos o causas humanitarias. Hagamos un repaso por la carrera del Sean Penn más activista.

Con todo, contra todos

En abril del 2018, Penn debutó como escritor con la novela satírica “Bob Honey Who Just Do Stuff”, sobre un asesino a sueldo. “Muchos americanos maravillosos que tenían rabia y dolor le eligieron. Muchos rusos lo hicieron también…”, le dice el personaje en una carta a un presidente al que llama “Mr. Landlord”, pero en el que muchos identificaron la figura de Donald Trump, de quien Penn fue un acérrimo opositor. Sin embargo, además de caricaturizar al ex presidente, el autor, a través de su narrador principal, Pappy Pariah y su protagonista, Bob Honey, arremete contra el movimiento #MeToo, al que califica como “término infantil del momento”, además de dedicarle un poema que habla de cómo “reduce las violaciones, el slut-shaming y el sufragio a un juego infantil imprudente”. Ese mismo año y fuera de la plataforma literaria, Penn dio una entrevista a NBC en la que aseguró “El espíritu de mucho de lo que ha hecho el movimiento #MeToo es dividir a hombres y mujeres”, pues “No sabemos cuál es la realidad en mucho de los casos”. Para unos, sus declaraciones pueden ser insensatas; para otros, las palabras completas de Penn, más allá del titular, pueden ser un pedido por justicia y equidad. También le alcanzó la munición para seguir criticando a Trump en posteriores declaraciones, sobre todo por su gestión contra la pandemia.

De todo corazón

“Son las dos cosas que no sé si me reconfortan, pero me preservan la mente clara: el bienestar de los que me rodean y las acciones de organizaciones como CORE que no pueden con todo, pero me mantienen en contacto diario con 800 voluntarios que sirven de inspiración y ayudan a lidiar con las dificultades y la fatiga de este continuo Día de la marmota en el que vivimos”, confesó Sean Penn en una entrevista con El País en julio del 2020 sobre las actividades de CORE, la organización humanitaria que fundó tras el terremoto que destruyó Haití el 2010. En ese momento, concentró sus esfuerzos en salud, educación o vivienda, facilitando campamentos para personas desplazadas y desarrollo comunitario, además de colaborar en la remoción de escombros. Contó con el apoyo y la presencia del ex mandatario estadounidense Bill Clinton, con quien ha mostrado mucha afinidad. A pesar de que fue denunciado por algunos trabajadores de la fundación por abuso laboral, también ayudó en países como Bahamas o Puerto Rico tras los huracanes Dorian y María. El 2020 colaboró en la lucha contra la pandemia, administrando más de 1 millón 300 mil test gratuitos en los Estados Unidos. El 2005, tras el paso del huracán Katrina en Nueva Orleans, ya había mostrado su solidaridad con sus compatriotas, al acudir al rescate de quienes sobrevivían en sus techos o áticos.

Arabia inaudita

A fines del 2018, Sean Penn inició la filmación de un documental sobre Jamal Khashoggi, periodista asesinado en octubre de ese año, tras ingresar al consulado de su país, Arabia Saudita, en Estambul, Turquía. Penn visitó esa ciudad y conversó con Yasin Aktay -dirigente del partido gubernamental, el islamista AKP-, quien fue amigo de la víctima y uno de los principales impulsores de las protestas por el crimen. Según medios de ese país, Penn se reunió también con Hatice Cengiz, la ciudadana turca que estaba a punto de casarse con Khashoggi. Ella fue quien alertó sobre su desaparición tras ingresar al consulado. Penn ha criticado en muchas oportunidades la política exterior de su país. En este caso, sus relaciones prósperas y constantes con Arabia Saudita, que no ha respondido debidamente al asesinato y que viola sistemáticamente los derechos humanos. Penn aún sigue trabajando en este documental, que, además del crimen, recorrerá la carrera de Khashoggi, un crítico acérrimo del gobierno saudí.

Amistades peligrosas

“Hoy la gente de Estados Unidos ha perdido un amigo que nunca supo que tenía. Y la gente pobre del resto del mundo ha perdido a un adalid”, dijo Penn en un comunicado a The Hollywood Reporter el 5 de marzo del 2013, tras el fallecimiento del dictador venezolano Hugo Chávez, dejando evidente, una vez más, su exagerada simpatía por él. “He perdido a un amigo del que me sentía bendecido por tener”, escribió también el actor y director, que comenzó el 2002 una serie de viajes a Venezuela, donde llegó a participar en mítines de apoyo al cuestionado político. El 2014, Penn reafirmaría sus lazos con el chavismo, al visitar a Nicolás Maduro. El sucesor de Chávez le pidió que intercediera en el diálogo entre Venezuela y los Estados Unidos. Penn, por supuesto, había mostrado desde antes su simpatía por Fidel Castro y el régimen cubano, a quienes visitó en numerosas oportunidades. Según una nota de ABC, Penn se negó a conversar con los disidentes. El 2008, después de que se pusiera al frente de la dictadura en lugar de su hermano Fidel, Penn se reunió y entrevistó con Raúl Castro durante más de 7 horas. En aquel entonces, el cubano abrió las puertas al diálogo con Barack Obama.

Nicolás Maduro con Sean Penn (Foto: Agencias)
Nicolás Maduro con Sean Penn (Foto: Agencias)

Con la mano izquierda

Penn ha continuado mostrando su afición por las amistades de izquierda latinoamericana. Otro con el que se ha mostrado cercano fue Evo Morales, quien llegó a nombrarlo “Embajador de Buena Voluntad” en pro de la causa marítima de Bolivia y por la despenalización internacional del masticado de coca, una práctica ancestral. Sin embargo, Penn marcó distancia tiempo después, en protesta por el encarcelamiento del empresario estadounidense Jacob Ostreicher. Tras quedar libre, Ostreicher aseguró que la ayuda de Penn fue fundamental para su liberación. En febrero del 2012, tras una reunión con Cristina Fernández, en Buenos Aires, mostró su apoyo a Argentina en su disputa con Reino Unido por la soberanía de las islas Malvinas. Aunque su reunión no tuvo carácter político, sino que se tocó la labor humanitaria del artista, también llegó a fotografiarse tiempo después junto a Dilma Rousseff.

Penn periodista

Sean Penn estuvo en Teherán, Irán, antes de las elecciones presidenciales del 2005, manchadas por irregularidades y acusaciones de fraude. El controvertido islamista conservador Mahmud Ahmadineyad resultó ganador y extendió su mandato hasta el 2013. Penn tuvo un encuentro con Akbar Hashemí Rafsanjani, presidente de la República Revolucionaria de Irán entre 1989 y 1997. El trabajo del artista fue publicado como una serie de cinco reportajes en el San Francisco Chronicle bajo el título “Sean Penn en Teherán”. Un año antes, para el mismo diario, Penn compartió su visión personal de la guerra de Irak, criticando una vez más la política de Estados Unidos en aquella región. El 2016, su entrevista en la clandestinidad con el narcotraficante Chapo Guzmán, fue motivo de una gran polémica. La conversación con el capo del cartel de Sinaloa fue publicada en la revista Rolling Stone. Más tarde se supo que el encuentro fue en octubre del 2015 en las montañas de Durango, tras la fuga que convirtió a Guzmán en el narco más buscado del planeta. Y pensar que, en los años 80, Sean Penn se entretenía mucho más –y pasaba menos riesgos- entrevistando a Charles Bukowski, cuando aún estaba unido sentimentalmente a Madonna. “Suministro más heroína, cocaína y marihuana que nadie en el mundo”, llegó a decirle El Chapo a Penn. Bukowski solo le proporcionaba vino, whisky o cerveza en cantidades interminables. Y literatura, mucha literatura.

Sean Penn y el Chapo. (Foto: Revista Rolling Stone)
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