(Ilustración: Giovanni Tazza)
(Ilustración: Giovanni Tazza)
Carlos Oré Arroyo

En medio de un escenario tan inestable e incierto como en el que nos encontramos, es inevitable que nos pongamos a pensar en cuál es el futuro que nos espera. Reflexionar sobre el Perú que existirá en unas cuantas décadas requiere más que imaginar una nación plagada de felicidad y progreso, hace falta entender todos los componentes que permitirían la construcción de una nación cuyo futuro se vuelve cada vez más prometedor gracias a las acciones de sus habitantes. Fue precisamente el tema escogido por el investigador y consultor internacional en planeamiento estratégico, Sebastiao MendonçaFerreira, para su aparición en la primera sesión del TEDxTukuy 2020.

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Conocer lo que sucederá en el futuro parece una idea más ligada al campo del esoterismo, pero Mendonça Ferreira señaló que en la actualidad contamos con las herramientas y los métodos necesarios para descifrar lo que nos espera. Él se ha dedicado a pensar el Perú del 2050 estableciendo diferentes escenarios y las rutas a seguir para llegar a cada uno de ellos. ¿Para qué nos serviría tener toda esa información a nuestro alcance? “Pues para ganar tiempo, pero sobre todo para estar preparados para todos los escenarios posibles. Solo así nos podría ir mejor”, señaló el conferencista en su presentación esta noche.

Los escenarios

Su trabajo ha concluido que podemos elegir entre cuatro opciones respecto al país en el que nos tocará vivir en tres décadas. Solo una de ellas resulta ser prometedora. El primero, al que ha llamado “Perú inercial” es un país que, a pesar del paso del tiempo, ha seguido arrastrando los problemas de siempre. Sí, ha seguido creciendo económicamente, pero ha mantenido sus desigualdades, la informalidad sigue imperando y solo algunos acceden a educación de calidad. “Es un país que deja que su futuro sea permanentemente derrotado por las fuerzas del pasado”, señaló.

El “Perú autoritario”, el segundo escenario, es una nación dividida por el gobierno y la oposición. Un nuevo grupo de privilegiados manejan al país a su antojo y fuera de esa cúpula el progreso resulta difícil. El tercer escenario, el “Perú fragmentado” está dividido entre el gobierno y muchos grupos de oposición haciendo que el país se torne ingobernable. Las empresas quiebran y tanto la pobreza como la informalidad resultan destinos inevitables para cualquiera. “Si alguno de estos escenarios se transforma en nuestra nueva realidad, sería la destrucción del sueño de millones de personas”, agregó Mendonça Ferreira.

La otra alternativa

Ahora imagine una sociedad regida por una clase media que gana tres veces más que ahora, donde el sector formal se ha expandido y donde los jóvenes tienen la oportunidad de cursar carreras universitarias de calidad. Antes de graduarse consiguen un empleo o ponen en marcha sus propias empresas utilizando las tecnologías de su tiempo. “Este es el “Perú desarrollado” donde todavía existe la informalidad, pero ahora es una expresión mínima, todavía existen algunas diferencia sociales y, aunque las elecciones son polarizadas, existe un factor de unidad entre las fuerzas políticas. Tienen que haber estos elementos, yo no hablo de utopías”, dijo el orador.

¿Cómo llegar a ese punto? La conclusión de Mendonça Ferreira apunta a que hace falta una sociedad consciente de su accionar. “Necesitamos confiar en el futuro, pero para ello debe haber una cooperación masiva donde el Estado y la empresa privada piense en la vida de los personas, fomente el emprendedurismo, rediseñe de manera unificada los servicios de salud y siempre tenga en cuenta la calidad educativa y el respeto al patrimonio. A esta fórmula deben sumarse los gobiernos locales y comunidades para que en un futuro tengamos motivos para celebrar”, agregó.

Nuestro país no es el mismo que conocíamos en marzo cuando apenas iniciaba la pandemia. En este punto se requiere conocer los nuevos quiebres que existen en nuestra sociedad y nutrirnos de confianza para alcanzar los planes que apuntan hacia un país menos desigual, más inclusivo y, sobre todo, más justo. “Ahora que conocemos los escenarios es momento de elegir el que mejor nos conviene. De encontrarnos en alguno de los otros tres futuros oscuros, no podremos decir que no estuvimos advertidos”, dijo el investigador a modo de conclusión.

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