“Esperanza”: ¿Qué puede hacer una sociedad sin padres ni cabezas?

A inicios de los 80s, una familia recibe la repentina noticia que será visitada por un candidato a las elecciones municipales. Para el padre, este es el golpe de suerte necesario para cambiar el destino de su hogar y, cegado por esta promesa esperanzadora, inicia una quijotesca empresa relacionada a los preparativos que envolverá a su esposa e hijos, sin darse cuenta de la repentina desaparición del benjamín de la familia.

De eso se trata “Esperanza”, la nueva obra dirigida por Marisol Palacios que se presenta en el Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica a partir del 14 de septiembre con la actuación de Lucho Cáceres, Julia Thays, Diego Pérez y Brigitte Jouannet.

Escrita por la dramaturga en colaboración con Aldo Miyashiro, la puesta en escena se basa en eventos que le ocurrieron en su propia vida. “En el año 83 yo vivía en la residencial San Felipe y mi papá estaba ‘locazo’ porque había logrado que un candidato que estaba haciendo encuentro con los vecinos visitara nuestra casa”, recordó Palacios en diálogo con El Comercio. “Fue una preparación alucinante el limpiar con mi mamá y, cuando llegó el candidato, te juro que estuvo solo dos segundos, dijo tres cosas, y se fue.”

Este extraño incidente sirve para hacer una profunda reflexión no solo sobre el caos y el deterioro de una familia de clase media limeña durante una de las peores crisis del Perú moderno, sino también sobre problemas como la indiferencia de nuestros líderes y la situación social de la ciudadanía que se repiten hasta nuestros días.

“La obra es una alegoría a esta idea de una sociedad sin padre, donde las cabezas están enfocadas en lo menos importante mientras que hay problemas mayores, en este caso el hecho que se ha perdido un niño”, señala Marisol Palacios.

En este contexto, la “esperanza” se vuelve un concepto clave, no solo al dar el título de la obra, sino también como representativa a las aspiraciones a la que todos los personajes que los ciega al presente por un hipotético futuro mejor.

Para la dramaturga, el ambientar esta obra en la década de los 80 les da a los eventos una distancia temporal que permite una reflexión más profunda sobre los mismos. “Volver a esa época le da una mayor contundencia a lo que está pasando en el presente, porque nos damos cuenta de que seguimos igual. Ya no es Sendero Luminoso, pero la convulsión social sigue matando gente. No está la crisis económica de ese momento, pero las diferencias sociales y económicas siguen siendo abismales”, opinó.

A pesar de esta situación de continua crisis, la dramaturga se mostró optimista del futuro de nuestro país. “El Perú es un país super resiliente y eso también está en la obra”, consideró. “El peruano siempre se levanta para volver a empezar, y es ahí donde yo creo que ahí está la esperanza de este país, en cada uno de nosotros.”

“Esperanza” se presenta del 14 de septiembre al 20 de noviembre en el Teatro del Centro Cultural PUCP (Av. Camino Real 1075, San Isidro). Entradas disponibles en la boletería del local y las páginas Joinnus y ccpucpencasa.com.