Es uno de los mayores misterios de nuestra historia, un acontecimiento del que hasta hoy no se tienen datos oficiales: ni cartas, ni documentos, ni firmas. ¿Qué ocurrió en la entrevista que sostuvieron los libertadores Simón Bolívar y José de San Martín en Guayaquil, el 26 y 27 de julio de 1822? ¿Sobre qué hablaron exactamente? ¿Que determinó que San Martín renunciara a las últimas batallas independentistas con las que finalmente Bolívar se cubrió de gloria? El dramaturgo argentino Mario Diament supo aprovechar estos vacíos en la historia para, desde el teatro, resolver el misterio. Y lo hace en “Guayaquil, una historia de amor”, mezcla de ajedrez político y melodrama imposible, en el que el encuentro entre ambos libertadores no puede entenderse sin la participación de sus entonces compañeras, Rosa Campuzano y Manuela Sáenz.
Dirigida por Javier Valdés, la obra que este sábado 9 de octubre se estrena en el Teatro de Lucía, es uno de los eventos más íntimos, humanos y desmitificadores que se cuenten dentro de la conmemoración extraña de nuestro Bicentenario. En escena, actores como Alonso Cano, Cindy Díaz, Fabiola Vargas, Omar García y Giovanni Arce repiten sus papeles desplegados en la serie “El último Bastión”, para protagonizar un drama que, esta vez, se permite licencias y libertades para proponernos una hipótesis muy sugerente: que detrás de uno de los mayores enigmas de nuestra historiografía republicana, haya habido un lío de faldas: dos generales enamorados de una misma mujer.
En efecto, por un lado se trata de mostrar a los libertadores desde un ángulo mucho más humano y, por otro, destacar el papel mucho más histórico de sus parejas, Campuzano y Sáenz, también íntimas amigas y empoderadas luchadoras por la independencia. No estamos aquí frente a figuras de bronce, intocables, sino con personajes mucho más carnales, con una vida amorosa especialmente intensa, y con plena conciencia de sus debilidades políticas. La especulación histórica del dramaturgo argentino es proponernos que, si bien se sabe que San Martín conoció a Manuela Sáenz antes que Bolívar (incluso la condecoró en Lima), sugerir entre ellos un romance de una noche, y una obsesión en la mente del general argentino.
Que San Martín y Bolívar discutieran en esas reuniones por el amor de Manuela Sáenz es, para Javier Valdés, una hipótesis totalmente viable y creíble. “Esa es la gran virtud de Mario Diament, de haber podido ver ese aspecto de la historia. Es un evento sobre el cual todo son suposiciones. Lo único que sabemos es la pelea de egos que sugiere la frase que escribió San Martín en una de sus cartas dirigida a Bolívar: “Dos soles no pueden brillar en el miso cielo”. Pero el resto es un misterio fascinante”, señala.
El corazón y la política
Como señala Valdés, el interés del dramaturgo argentino por la historia no se plasma solo en “Guayaquil”, sino en obras tan notables como “Un informe sobre la banalidad del amor” (que el mismo Valdés protagonizó en 2016), sobre la relación entre los filósofos alemanes Martin Heidegger y Hannah Arendt, interpretada entonces por Camila Zavala; o “Franz y Einstein”, sobre el encuentro fortuito entre el físico alemán y el escritor checo Franz Kafka, en Praga, piezas en las que el autor trabajó con elementos verosímiles para instalar una dosis de imaginación. “Mario Diament tiene la virtud de escribir sobre personajes históricos, para humanizarlos por completo”, explica el director, quien comparte la responsabilidad de esta puesta en escena con su hija, Micaela Valdés.
En este caso, se trata de dos personajes antípodas: el austero San Martín (Omar García), y un más hedonista Bolívar (Alonso Cano). “Si bien la información histórica es valiosa cuando vas a construir un personaje real, para nosotros lo importante es ceñirnos a lo que propone el texto, Por eso, tanto a Alonso como a Omar, que vienen de interpretar a Bolívar y a San Martín en “El último bastión”, les planteé construir nuestra propia historia. Así surgieron estos dos personajes históricos con dos visiones tan opuestas”, explica el director.
Ciertamente, se trata de una feliz coincidencia que la obra pueda aprovechar actores que ya han sabido ajustarse tales papeles históricos. Todos ellos traían mucha historia aprendida al montaje, y parecía que sabían todo de sus personajes. Omar García, por ejemplo, aportó a su interpretación su conocimiento de las enfermedades crónicas que sufría San Martín. Pero más allá de la reconstrucción histórica, lo interesante es la libertad de la premisa: qué importa la guerra y el heroísmo, sino la mujer que se ha perdido.
Sepa más
Lugar: Teatro de Lucía, Calle Bellavista 512, Miraflores.
Estreno: 9 de octubre
Temporada: Viernes y sábados, 9:00 pm. Domingos, 7 pm. Hasta el 31 de octubre.
Dirige: Javier Valdés y Micaela Valdés
Elenco: Víctor Prada, Alonso Cano, Giovanni Arce, Cindy Diaz, Fabiola Vargas, Omar García, Roberto Ruiz.
Directora de Arte: Dania Granda
Vestuarista: Jessica Navarro Rodriguez
Director Musical: Jorge Sabogal
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