Gustavo Bueno llega a los 73 años activo, motivado y vigente. Durante el día, graba la serie “Al fondo hay sitio” en Pachacamac, y por la noche, tras recorrer más de 33 kilómetros en automóvil, sube al escenario del Teatro Marsano en Miraflores, para interpretar al perverso coronel Mindrau en la adaptación teatral de la novela homónima de Mario Vargas Llosa “¿Quién mató a Palomino Molero?”. “¿Mi secreto para llevar una rutina tan exigente a mi edad? Sigo los pasos de Clint Eastwood: ¡No dejo entrar al viejo. Él se queda en la puerta!”, asegura sonriente.
El veterano actor es plenamente consciente del desgaste físico y mental que implica actuar en una teleserie diaria y en una obra de teatro al mismo tiempo. No obstante, asegura que los motivos que lo impulsaron a aceptar la propuesta del dramaturgo Edgar Saba superaron con creces estos desafíos.
“Tengo varias motivaciones para asumir este proyecto. Edgar me habló de la adaptación hace tiempo, y dado que ya había trabajado con él en el pasado, sabía que era un excelente adaptador, especialmente de Mario Vargas Llosa. Trabajamos juntos en ‘La ciudad y los perros’ para el teatro, una producción excelente que incluso llevamos a México y Chile, donde tuvo gran acogida. Cuando me presentó este proyecto lo leí y me impresionó. Acertó de nuevo con su elección”, destaca el actor.
“Que Edgar dirija, que sea una historia de Mario Vargas Llosa, y que cuente con un elenco tan talentoso fueron los motivos principales que me llevaron a aceptar el sacrificio de venir desde Pachacamac (ríe); pero estamos contentos con el resultado. Mi sobrina también actúa en la obra, lo cual me llena de felicidad. Es como una herencia artística que ella lleva adelante de manera maravillosa. Estudió en Nueva York, realizó cortometrajes allí, y ahora, con 22 años, tiene un papel protagónico en una obra importante”, añade con satisfacción.
Rol recurrente
Su voz, reconocida desde la película “La ciudad y los perros”, desempeña un papel crucial en esta nueva adaptación de una historia de Mario Vargas Llosa, basada en una investigación trágica sin resolver en el norte del Perú. Su personaje, el coronel de la Fuerza Aérea Mindreau, oculta un conocimiento mucho más profundo del que aparenta.
“He interpretado a militares en muchas ocasiones, pero este personaje tiene un matiz especial, más sombrío. Es un hombre duro, con prejuicios muy marcados para su época, que incluyen racismo, discriminación y un autoritarismo evidente, todo lo cual se refleja en la escena. La relación que mantiene con su hija (Marialola Arispe) es escabrosa y perturbadora”, aclara.
Gustavo tiene una carrera artística que abarca más de seis décadas en teatro, cine y televisión. Entre sus papeles más recordados en la pantalla grande están Iván Roca en “La boca del lobo” (1988) y el teniente Gamboa en “La ciudad y los perros” (1985). En esta última estableció una duradera relación de amistad y admiración con Mario Vargas Llosa, que perdura hasta hoy.
“Mario es muy cariñoso con los actores y actrices. Hace tiempo que no lo veo. Revisó la adaptación de ‘¿Quién mato a Palomino Molero?’ y visitó el teatro después de su remodelación, pero aún no ha visto la obra”, aclara el actor.
Don Gil continúa
Por otra parte su trabajo en “Al fondo hay sitio” sigue firme. A diferencia de otros actores de la teleserie de América TV, como Adolfo Chuiman y Mónica Sánchez, que se apartaron del programa para descansar, priorizar a la familia o explorar nuevas oportunidades laborales, él no contempla esa posibilidad.
“Nunca he pensado en el retiro porque, simplemente, me han llegado propuestas una tras otra. Muy pronto se verá ‘Astronauta’, la película dirigida y escrita por Paul Vega. También se viene otra película, y en la serie tenemos contrato para este año y para el que viene. Mientras continúe, yo sigo para adelante”, aclara destacando la actitud del artista estadounidense Clint Eastwood, quien a sus 94 años sigue enfrentando la vida con entusiasmo.
“Eastwood continúa creando, no se rinde. Su mente es poderosa. Aunque las enfermedades aparezcan—me duele la pierna, el brazo—mientras tenga ánimo, fuerza y propuestas interesantes, seguiré. Solo me detendría si enfrentara un problema grave que impidiera mi movilidad”, subraya. Envejecer bien, sumar años sin perder vida, es su lema.
Libreto y dirección: Edgar Saba
Lugar: Teatro Marsano (Gral. Suárez 409, Miraflores, Lima)
Cuándo: De miércoles a domingo hasta el 14 de agosto.
Entradas: Teleticket