"Casi todos los personajes son extranjeros, propuesta que revela que sin importar costumbres o ideología, todos podemos perderlo todo", señala Luly Rede
"Casi todos los personajes son extranjeros, propuesta que revela que sin importar costumbres o ideología, todos podemos perderlo todo", señala Luly Rede
Juan Diego Rodríguez

Nueva York es la epítome del desarrollo urbano: allí coexisten millonarios que viven en lujosos rascacielos y hermosas casas con indigentes que mueren en las calles víctimas del crudo invierno. Ese contraste conflictuó al dramaturgo Janusz Glowacki, quien en 1981 migró a esa ciudad para huir del riguroso régimen comunista que asolaba su natal Polonia.

"Por muchos años viví cerca del Tompkins Square Park. Era un lugar lleno de personas sin hogar, un cruel, decepcionante y horrible microcosmos en el que había calles solo para los puertorriqueños, polacos, ucranianos, etc. Durante las noches, especialmente las de invierno, las personas que no tenían casa prendían fuego dentro de un tacho de basura y se acercaban a calentarse. De vez en cuando, uno de ellos se prendía y el resto lo empujaba al suelo. Parecía una pintura de El Bosco, quien es considerado uno de los padres del surrealismo, tendencia que en la actualidad es sinónimo de naturalismo", recordó Glowacki en una entrevista.

Esa realidad lo inspiró a escribir la obra de teatro "Antígona en Nueva York". "En la historia que narró Sófocles, Antígona tiene que elegir entre los derechos humanos [enterrar a su hermano] o cumplir una orden divina que lo prohíbe. En la mía el cielo tiene tantas nubes que no se puede ver si dios está allí", agrega. Al respecto, Luly Rede, directora que desde mañana montará esta obra en el teatro Roma, anota: "Aquí se muestra a tres migrantes que fueron víctimas del destino, por ponerlo a modo de tragedia griega, y que por ello ahora son vagabundos. Ellos buscan su identidad, tener un hogar y sentirse seguros, pero el orden de sus vidas jamás es restaurado y están condenados a sufrir por siempre".

En el montaje también aparece un policía, quien para el autor representa las "hipócritas leyes humanas que no hacen nada por ayudar a quienes más lo necesitan". Este personaje es vital para el final de la obra, pues simboliza el triunfo del orden público: siempre habrá nuevos vagabundos en el parque y la justicia jamás será la vencedora.

MÁS INFORMACIÓN
Lugar: teatro Roma.
Dirección: Jr. Emilio Fernández 248-250, Santa Beatriz.
Estreno: mañana, 8 p.m.
Entradas: ensadreservas@ensad.edu.pe

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