“La verdad tiene tres miradas: la propia, la del otro y la de quien observa la escena”. Óscar Carrillo cita a uno de los personajes de “La eternidad en sus ojos” para dar cuenta de lo que él considera se trata realmente la obra que Eduardo Adrianzén escribió hace seis años. Es verdad que la creación gira en torno a un muchacho que busca a la profesora de su padre para que le cuente los detalles del ‘affaire’ que tuvieron, pero que aquello que le ha dado tanta vida a la puesta en escena tiene que ver, justamente, con la verdad.
“Esta obra trata de una manera muy sencilla, pero a la vez aguda, una pregunta que siempre nos hacemos todos –anota Carrillo–. Si quieres, una forma de resumirlo es pensar en qué es lo que más importa, cuál es la verdad, mi verdad. ¿Será aquello que vivo todos los días, lo que siento en cada instante o eso de lo que hablan las filosofías orientales? Para mí, y creo que en este caso, la verdad es algo dinámico que no existe per se, sino a partir de una relación entre personas y el ambiente, y en tanto eso es así, es susceptible a las miradas de cada uno”.
El detalle no es menor. En “La eternidad en sus ojos” –título que puede ser interpretado como un guiño a la frase “los ojos son los espejos del alma”–, si bien se ve a Nina (Ximena Arroyo y Sonia Seminario) y a Alejandro (Claudio Calmet) revivir su amor, hay ciertos momentos en los que los recuerdos no coinciden. Tiene sentido: si solo se puede acceder al romance entre el alumno y su profesora a través de su memoria y su fragilidad inherente, valdría preguntarse: ¿esto sucedió, o no? El año 1978 –cuando sucedieron los encuentros entre Nina y Alejandro– es borroso, el amorío también lo es. ¿Se trató de la fantasía de un muchacho?
LA NECESIDAD DE EXPLICAR LA VIDA Y LA MUERTE
Quien lleva la acción de la “La eternidad en sus ojos” es Claudio, personaje que antes fue interpretado por Franklin Dávalos, pero que en la versión que se estrena este jueves 16 en el teatro Julieta será encarnado por Jorge Bardales. Él decide recorrer los pasos de su padre, Alejandro, y visitar a Nina, quien ahora es una mujer jubilada que vive en soledad. Lo que él busca es darle la noticia del fallecimiento de su papá.
“¿Si existe algún odio o rencor hacia su papá? En parte sí –agrega Carrillo–. En toda muerte, sobre todo cuando fallece alguien a quien amamos, siempre hay enfado con la persona que murió, como un reclamo a que nos deja y cómo nos deja. Pero lo que moviliza a Claudio no es eso, sino entender a la muerte misma: solo dándole sentido a la muerte se le puede dar sentido a la vida. Y encontrarle sentido a la forma en la que murió su padre servirá para entender cómo vivió, y cómo vivió él en el mundo de su papá”.
MÁS INFORMACIÓN
Lugar: teatro Julieta. Dirección: pasaje Porta 132, Miraflores. Estreno: jueves 16, 8 p.m. Temporada: de jueves a domingo, a las 8 p.m.; hasta el 9 de febrero. Entradas: Teleticket.