Cuando los espectáculos, los abrazos y el contacto con la gente quedaron en pausa durante la pandemia; Lourdes Carlín recurrió a las artes expresivas para sanar. Y entre huellas heredadas, cuerdas, danzas y silencios gestó “Entre cajas”, un espectáculo intenso que reúne a un grupo de mujeres valientes de diferentes disciplinas que intentan juntas “desatar” desde el amor y sus vivencias, nudos que les quitan la respiración y les impiden avanzar.
“Como terapeuta de artes expresivas, trabajo con diferentes modalidades de arte, como la voz, la música, la poesía, el collage, la palabra hablada. En pandemia me dediqué a crear mucho con mis manos y eso me llevó a hacerme preguntas en la soledad, en la pausa. En esos silencios, empecé a pintar las cajas de fruta que llegaban a mi casa durante el confinamiento. Les puse imágenes, textura. Me inspiré en una maestra que tuve, llamada Michelle Llona”, comenta la maestra de flamenco y directora de la escuela Alma Gitana.
“En esos momentos de búsqueda, de calma, hice muchos collages, aparecieron diversas imágenes de mujeres mayores, sensuales y observadoras. También de niñas, de naturaleza, de colores tierra. Las cajas me sirvieron como un ritual para poder honrar a mi tía, a mi madre, que tenía 93 años, y honrarme a mí misma. Sentía que mi cuerpo -metafóricamente- era una caja, en la que iba guardando mis miedos, lo que me asfixiaba y no podía controlar. Fueron momentos de introspección absoluta”, recuerda.
La puesta en escena tiene en la dirección general a Carlín y en la asesoría escénica a su hija, Luciana. También está la mirada de Nishme Súmar, y la participación de Olga Bárcenas, Cecilia Almendrades, Mónica Fernández, Andrea Salazar, Laura Piaggio, Patricia Gutiérrez, Mabel Sánchez y Úrsula Franco.
“Cada una tiene una pequeña caja que eligió, pintó y le puso frases. Es como repintar tu propio lienzo de vida. La caja representa nuestro cuerpo del que nunca nos separamos. Tiene sensaciones, emociones, ruidos, olores del pasado, recuerdos sonoros, y alguna voz que te molestó o abrazó. Ellas van a bailar en escena con su propia caja y descubrir en el escenario las respuestas a las preguntas: ¿Qué me asfixia en ella?, ¿cómo está mi respiración?, ¿cuáles son los miedos que me aprisionan?, ¿qué puedo sacar de ella que no me pertenece?, ¿cómo puedo lograr aligerarme?”, detalla.
Esta es la segunda puesta que Lourdes Carlín dirige. La primera fue Mujer de flamenco, luego de graduarse como terapeuta de artes expresivas.
“La primera escena se llama “Huellas heredadas” y todo lo que cargamos las mujeres. A veces no nos damos el tiempo de sentir a qué le tenemos miedo, qué no nos deja respirar con fluidez o por qué tenemos ese corazón tan acelerado. De ese proceso empezamos a trabajar cómo ir desatando esos nudos. Y desde la música desde la danza desde grandes conversaciones en las que nos sosteníamos nos dimos cuenta que podíamos elegir y pintar nuestra propia historia y desatar juntas esos nudos y saber que siempre entre mujeres nos sentimos despejadas y avaladas”, asiente.
“Entre cajas”, asegura Lourdes, le regala la oportunidad de abrazar y aceptar su propia historia con la certeza de que todo lo vivido valió la pena. El marco musical está a cargo de Ernesto Hermoza (guitarra flamenca), María Elena Pacheco (violín) y Lourdes Carhuaz (voz).
“Hice como una comunión, como un matrimonio entre mis historias como maestra de flamenco y la terapia de artes expresivas. Eso me permitió entender que las heridas no se van. Son pequeñas cicatrices que muchas veces se abren nuevamente cuando algo sucede, pero a través de la pintura, del movimiento, del baile podemos aligerarlas y mirarlas compasivamente”, sentencia.
Fecha: 19 de diciembre
Hora: 8.00 p.m.
Lugar: Centro Cultural Ricardo Palma, en Miraflores.
Entradas: Escuela Alma Gitana en Calle San Antonio 275 Barranco, de 6:00 p.m. a 9:30 p.m. o por WhatsApp al 995 734 500.