Luis Peirano: "Creo que esta es mi despedida. Ya cumplí"
Luis Peirano: "Creo que esta es mi despedida. Ya cumplí"
Enrique Planas

Vuelve a llevar a escena "El gran teatro del Mundo", como lo hizo en 1997, 1999  y  el 2004.  Y a lo largo de estos veinte años, Calderón de la Barca no ha dejado de enseñarle cómo funciona  la tramoya de la vida. Pongamos un ejemplo ilustrativo:  Momentos después de esta entrevista, sorteando los senderos del campus de la PUCP, el director Luis Peirano tropezó y se rompió el antebrazo. Férula mediante, a las pocas horas ya estaba dirigiendo el montaje en el atrio de la Iglesia San Francisco. Admirable.

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Peirano confiesa que ya es tiempo de escribir sobre veinte años al timón de los autos sacramentales. "Si es que he aprendido algo en todo este tiempo, es que siempre tienes la oportunidad de hacer algo otra vez, bien o mal. Rehacer es lo que te ofrece el teatro en cada función: la oportunidad de hacerlo mejor. La función pasada ya no existe, lo que importa es la que tienes delante" explica el ex ministro de Cultura.

En efecto, desde 1997 hasta hoy, Peirano ha alcanzado una notable perspectiva para entender el clásico de Calderón de la Barca, uno de los mayores patrimonios que nos legó el Siglo de Oro español.  "Esta no es la obra que hicimos entonces", aclara. En efecto, más allá de los visibles cambios en la tecnología teatral, para el director lo más importante es el afinamiento conceptual del espectáculo, producto de un año de ensayos,  rodeado de arcángeles arcabuceros, dialogando con El Autor y El Mundo, con el pobre y el rico, o con la hermosura y la discreción. "En este montaje los actores tienen muchísima más finura para entender cada elemento de lo que significa su papel", dice.

— La Universidad Católica celebra con un auto sacramental sus cien años.  Es curioso que desde el siglo XVIII este género teatral estuviera prohibido...
Eso es muy interesante. Se trató de una confabulación donde se juntaron los extremos: sectores anarquistas y anticlericales con conservadores  de extrema derecha. Se criticaba que entre los actores hubiera borrachos y "pervertidos", encarnando el papel de las virtudes. Si bien los autos sacramentales, como fruto de la Contrarreforma, afirmaban la fe, también mostraban ironía, incluso crítica a la Iglesia. Pero bueno, tras muchos años prohibidos, resurgieron.

— El tema de la obra es que la vida es un escenario y lo que hacemos es representar un papel en una comedia. ¿Vivimos una farsa o una tragedia?
El concepto de comedia tenía el sentido genérico de la palabra teatro. Desde el punto de vista del Barroco, al decir que nuestra vida es una comedia, no significa que sea graciosa, sino que reúne en ella felicidad y tragedia.

— ¿Si la vida es un escenario y interpretamos los roles que Dios nos da, entonces para Calderón e la Barca no existe el libre albedrío? 
Más bien en Calderón eso cambia radicalmente. El libre albedrío está siempre presente. En "La vida es sueño", hay un personaje que anima al hombre a apartarse de las normas.  "Libre albedrío tenéis ya, jugad ahora sus papeles", dice El Autor.

— ¿Cuánto nos determina ese papel que recibimos al nacer?
Mucho. Los estudiantes de primer año de Sociología aprenden que existen roles adscritos y roles adquiridos. Desde niños, sabemos que tenemos un rol adscrito por ser hijo de nuestros padres y por haber nacido en un lugar específico.  Y, de repente, uno se da cuenta de que puede ir adquiriendo una nueva clase de roles en función de las diferentes etapas de su vida.

— Eso depende del nivel de desarrollo de las sociedades y la movilidad social...
Ahí está el problema: sociedades como las nuestras generan obstáculos a la posibilidad del desarrollo personal.  Incluso, colegas que respeto mucho ven mal que un individuo que proviene de un sector popular pretenda adentrarse  "en lugares que no le corresponden", eso que en la terminología burguesa limeña se llama arribismo.¡Pero si justamente se trata de ganar las oportunidades por nuestro propio derecho! Por el talento, el compromiso, las ganas de sacarle ventaja a la vida. Cuando puse a mi amigo Aristóteles Picho en el rol de galán en "El Perro del Hortelano" de Lope de Vega, mi amiga Mocha Graña me dijo: "¡Cómo pones a ese cholo feo a ser galán de Mónica Domínguez!"

— ¿Este será tu último auto sacramental?
Creo que esta es mi despedida. Creo que ya cumplí. Hacer un auto sacramental es desgastante. Nadie entiende lo que supone juntar 50 unidades y elencos distintos. Cuando haces una obra de este tipo, te dices: la siguiente será solo de dos personajes. Lo que sí quiero es hacer más teatro. Creo que me he ganado ese derecho.

MÁS INFORMACIÓN

Lugar: Atrio de Iglesia San Francisco de Lima.  Dirección: Cruce de Lampa y Ancash, Centro Histórico. Funciones: 26, 27, 29 y 30 de abril. 1, 2 y 3 de mayo. 8 pm. Entrada: Desde 62 soles. 

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