Manuel Gold jamás consideró la posibilidad de convertirse en un actor profesional, de hecho, tardó mucho tiempo para percibirse como tal. Enfocado en el corto plazo y esquivando la rutina, hizo que la profesión lo tomara por desapercibido, logrando dos décadas de trayectoria sin apenas darse cuenta.
Pero contrario a lo que se cree, en su falta de ambición es donde encontró el éxito. El primer ejemplo lo encontramos en su primer papel televisivo como Rocky en la serie “Los del Solar” (2005). En aquel entonces, su sueño era estudiar Comunicación Audiovisual, y ver su rostro en la pantalla chica no le entusiasmaba tanto como conocer el trasfondo del trabajo de producción y el equipo técnico.
“Logré inscribirme en la carrera, pero no lo terminé por la actuación. Aun así, nunca me tracé una meta específica. No anhelaba estar en el mismo escenario que tal persona, llegar a tal país o pisar tal teatro. Mi único objetivo era tener trabajo porque no tenía siquiera expectativas de que podía vivir de esto”, comenta en entrevista con El Comercio.
"Cuando grabo series de televisión, a los seis meses ya estoy aburrido y cansado"
— ¿Es complicado crecer en el mundo artístico sin metas trazadas?
Es complicado. Pero si te soy sincero, si yo tenía ambiciones eran a muy corto plazo. Por ejemplo, me metí al taller de Roberto Ángeles y ahí no pensaba cinco años en el futuro, sino en hacer lo mejor que pueda durante la semana; presentar mis ejercicios y pasar los niveles uno a uno. Luego me llamaron a un casting y mi objetivo se convirtió en pasarlo, para luego [cuando fui aceptado] hacer la obra lo mejor que pueda. No iba pensado que durante la obra me verá un director de cine, llegaré a Hollywood y así. Si las cosas traían noticias buenas, bienvenidas sean, pero no pensaba diez años en el futuro, no tenía un plan.
— ¿Es evadir la rutina?
No, porque [ser actor] no es un trabajo que tenga rutina. Si me preguntas cuál es un día típico para mí, no hay. Pero cuando grabo series de televisión, a los seis meses ya estoy aburrido y cansado, necesito cambiar a otra cosa. En ese sentido, sí le huyo a la rutina.
— Se diría que vives al libre albedrío
Bueno, igual soy ordenado. No es que yo vivo la vida loca sin preocuparme de lo que tengo que hacer en tres meses. Soy súper ordenado por ejemplo con mi plata. Ahorro, con seguridad tengo trabajo hasta diciembre, con proyectos que pueden extenderse a junio, yo de aquí estoy empleado un año. Ahora tengo cuatro proyectos por delante y quiero cumplirlos lo mejor que pueda.
— No te gusta los proyectos extensos, pero tienes preferencia por el teatro. Estás constantemente en ensayos y nuevas temporadas.
Creo que, si solo estuviera haciendo una sola cosa, me volvería un poco loco. Incluso en el teatro, siempre hago comedias, dramas, y de todo porque necesito ir variando. Es cierto que el teatro tiene un lugar en especial porque ahí nadie te para. Se “abre el telón”, se encienden las luces y durante una o dos horas, entras en un viaje. No hay cortes, toma dos, cambio de locación, de maquillaje y no sé qué más. A veces puedes ganar bien, pero otras veces aceptas proyectos porque te gusta el texto o te entusiasma trabajar con un director. El actor, el equipo técnico y todos son un solo ser que tiene que sacar adelante la función, y ese ritual me gusta.
— Ahora regresas con “El primer caso de Jack & Black” en una tercera reposición. ¿Cómo fue sus primeros montajes?
La estrenamos en el año 2017 y le fue súper bien. Tanto en público como en crítica, tuvimos muy buenos comentarios. Cuando la gente ve la puesta, se pregunta cómo se nos ocurrió todo esto. La obra no da tregua; hay acción y hasta baile en pole dance. Es un delirio divertidísimo. Incluso había fans que iban a ver la obra dos o incluso tres veces. Lo repusimos en 2019 en el Teatro Julieta, fue la última obra que se presentó antes de que lo cierren. De hecho, terminamos la función, aplausos finales y vimos como desarmaban todo: parlantes, luces, etc. De ahí hubo el milagro de que el teatro volvió remodelado, y fuimos justamente la obra de reapertura. Lo cerramos y lo abrimos.
— Inicialmente se estrenaría en el Centro Cultural de la Universidad de Lima, pero mencionaste que los rechazaron durante ensayos. ¿Tan polémica fue?
Lo que pasa es que la obra no estaba terminada, no estaba totalmente escrita, la estábamos trabajando. Entonces se pusieron nerviosos con lo que estábamos avanzando, y al no estar pulido no entendieron bien la propuesta y se echaron para atrás. Ahora estaremos en el Teatro Quilla.
— Es una obra controversial, ¿de quién fue la idea?
La cabeza de todo es Paloma Reyes de Sa, que es la directora. Ella nos dio la premisa: “Dos tipos se encuentran una maleta y juegan a ser detectives”. ¿Qué más pasa? Lo descubriremos en el proceso de ensayo. Entonces durante cinco meses es ir, ensayar, probar, improvisar y encontrar el estilo de la obra. Lo único que queríamos es jugar con el humor extremo, porque ya habíamos trabajado mucho teatro para niños, entonces queríamos que sea para adultos. Si bien fuimos al extremo, de ahí nos regulamos. Porque una vez que empezamos a ensayar, empezamos a descubrir los temas a los que llegamos como la masculinidad tóxica, la sexualidad, los roles de género y más. No era nuestra idea inicial, sino que en su momento fue: detectives, bailarina y que venga el humor. Pero luego nos dimos cuenta de que estamos hablando de ciertas cosas, para que la obra tenga cohesión y sentido.
— Esa fórmula es de creación colectiva teatral, ¿verdad?
Sí, me gusta el proceso de creación colectiva, no me gusta hacerlo todo el tiempo porque es agotador, son un montón de ensayos. No podría hacerlo todo el año, ni empalmarlo unos entre otros. Paloma es una buena líder, cabeza de grupo y saca lo mejor de nosotros. Eso es bien bacán.
— ¿Te es posible vivir ahora actuación? ¿Qué otros proyectos tienes fuera de las tablas?
En el Perú no se puede vivir de la actuación, debes trabajar en otras cosas que den dinero para hacer un balance en tu vida. Yo soy modelo publicitario, hago locuciones para comerciales de radio. Lo que sea. Incluso he animado eventos. No solamente son obras de teatro, porque si no, no podría vivir. Y es así para todos.
— ¿Te has animado a dirigir?
Sé que eventualmente voy a llegar a ese punto. Puede ser pronto. Sí me está inquietando dirigir un montaje, además mis compañeros me lo piden.
— ¿Eso no podría contar como una meta? Diferente al perfil que trazas sobre ti en un inicio. Se podría pensar que más que indiferente, eres reservado.
No lo sé, no es que tampoco sea un alma libre. No pongas nada de eso, no le pongas ningún titular. Me da pánico las entrevistas porque ponen unos titulares que yo no dije, o si lo dije fue respondiendo una pregunta muy específica. No quiero que la gente se quede con esa imagen de mí.
Dirigido por Paloma Reyes de Sa, la nueva temporada de “El primer caso de Jack & Black” va desde el 4 al 20 de agosto en la Sala Quilla (Av. Bolognesi 397, Barranco). Entradas en Joinnus.