Si de mitología grecorromana se trata, uno de los seres fabulosos que ha quedado grabado en el imaginario colectivo es Medusa, la mujer con serpientes en el cabello capaz de convertir en piedra a quien osara mirarla a los ojos. Muchos la asocian con Perseo, el héroe que la decapitó, pero la historia de esta gorgona empieza mucho antes de aquella hazaña, cuando era hermosa y sacerdotisa de Atenea. Aunque hay varias versiones del relato, el poeta Ovidio cuenta en “Las Metamorfosis” que Medusa fue ultrajada por Poseidón en el mismo templo donde servía. Contra todo pronóstico la ira de la diosa no recayó en el agresor sino en la víctima, que fue castigada y convertida en el monstruo que hoy conocemos. Como analogía de este mito llega a las tablas “Medusa: con la sangre en la cabeza”, obra de teatro dirigida por Marco Antonio Huachaca que le da voz a las mujeres violentadas no solo por su atacante sino por una sociedad que en vez de solidarizarse con ellas las culpa de la agresión sufrida.
"[la obra] No solo representa la imagen de una mujer sino a la de muchos niños que son abusados en sus propios hogares. Dentro de la investigación que hicimos descubrimos que hay un movimiento internacional que utiliza a Medusa como símbolo de las personas que han sido agredidas sexualmente desde niños”.
La dramaturgia es una creación colectiva de Huachaca y de la actriz Lady Galloso -protagonista del montaje- y fue tomando cuerpo durante los últimos dos años, en plena pandemia. “Cuando nosotros conocemos la historia completa de Medusa nos dimos cuenta de que es muy actual si nos centramos en las víctimas de violaciones. Así que decidimos repensarla”. El punto de partida fue el libro “Stone Blind: Medusa’s Story” de Natalie Haynes. A partir de la lectura de ese texto surgió un pregunta necesaria, ¿es esta una obra con un mensaje feminista? “En realidad -responde Huachaca- no solo representa la imagen de una mujer sino a la de muchos niños que son abusados dentro de sus propios hogares. Dentro de la investigación que hicimos descubrimos que hay un movimiento internacional que utiliza a Medusa como símbolo de las personas que han sido agredidas sexualmente desde niños”.
La obra inicia cuando el personaje principal, cuyo nombre se desconoce, lee una carta del novio que acaba de dejarla. En unas cuantas líneas él se queja del comportamiento de ella y la acusa de haberse convertido en un monstruo. Ese es el detonante que obliga a la protagonista a repasar los puntos más dolorosos de su vida para explicar las razones que la han convertido en una persona fría y distante, casi incapaz de amar de una manera normal y de relacionarse íntimamente con el sexo opuesto. “Vemos las etapas de una mujer de alrededor de 30 años, desde que se le enseña cómo debe hablar, vestir y comportarse según su género. A las reglas de conducta preestablecidas en la sociedad se suman las agresiones verbales y físicas que experimenta a lo largo de los años, esas cosas que todos sabemos que pasan y son tan difíciles de combatir”. Este cúmulo de experiencias son las que, siguiendo el hilo narrativo de la obra, han convertido a las mujeres agredidas en medusas.
“Nosotros queremos que la gente conozca todo sobre Medusa, por eso antes de que empiece la obra lo contamos a través de un texto proyectado. Es bajo esa premisa que empezamos la historia. Así el público puede entender que el personaje se ha convertido en Medusa debido a los traumas que ha sufrido a través del tiempo”, remarca el director. Además de Galloso, el elenco está conformada por otros cuatro artistas: el bailarín Anthony Gonzales, la cantante Bertha Bohórquez, el actor André Moyo y el músico Ger Vergara. Son ellos los que forman el coro que representa a la sociedad y que en el transcurso de la obra cuestiona sus pensamientos, actos y decisiones. La obra tiene, además de drama, canto, baile y música, pues según explica Huachaca “quería contar los hechos no solo como un relato directo sino que esté acompañado de arte. Considero que la mejor manera de mostrar teatro es entreteniendo al público más allá de mostrar un texto y una historia específica”.
Al final del montaje queda una pregunta latente, ¿quién es, en realidad, el verdadero monstruo? Luego de una simbólica coronación que transforma a la mujer que da su testimonio en la criatura despreciada y señalada por todos, el monólogo final de Galloso resulta elocuente: Medusa ha regresado para ser escuchada. Un derecho que durante siglos le fue negado.
Lugar: Teatro Barranco 2.0. Dirección: Av. Grau 701 - Barranco. Funciones: el 24 febrero a las 9 p.m., el 3, 5 y 10 de marzo a las 8 p.m. Entradas: Joinnus y al WhatsApp 993152-901 (S/40).
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