La gran novedad es que las escenas serán con títeres de tamaño humano, manipulación de objetos, teatro de sombras y físico.
La gran novedad es que las escenas serán con títeres de tamaño humano, manipulación de objetos, teatro de sombras y físico.
Redacción EC

‘Mi planta de naranja lima’, libro de José Mauro de Vasconcelos, es una de las novelas infantiles más famosas del mundo: todos la hemos leído en nuestra época escolar. La adaptación del libro está en cartelera los sábados y domingos desde las 4 de la tarde en el Teatro La Plaza.

Bajo la dirección de Els Vandell y la dirección adjunta de Fito Valles, los actores de La Plaza Joven Gina Yangali, André Portugal, Daniella Narváez, Alejandro Villagomez y Francisco Luna protagonizan esta obra, que está inspirada en la historia de Zezé, un niño de 5 años que vive en un pueblo de Brasil en condiciones de mucha pobreza.

“Es hermoso que los niños siempre vayan al teatro con sus padres porque forma parte de crear vínculo. Además, esta obra tiene algo particular porque casi todos los padres han leído el libro cuando ellos eran niños. Entonces, verla acompañados de sus hijos les genera esta doble experiencia de nostalgia. Explicarle al niño, compartir y comparar los sentimientos que genera la historia, me parece muy valioso”, comentó la directora.

En ‘Mi planta de naranja lima’, Zezé cuenta con una imaginación de otro mundo y es travieso como ninguno. Su gran amistad con el querido “Portuga” le enseña lo importante que es la educación en las personas y lo divertido que es tener un amigo de verdad.

Esta propuesta teatral de ‘Mi planta de naranja lima’ se pone en escena con títeres de tamaño humano, manipulación de objetos, teatro de sombras y teatro físico. Viaja en el tiempo con esta conmovedora historia llevada al teatro por primera vez en el mundo.

“Muchas veces me han preguntado porque he optado por el uso de títeres en esta obra, lo que genera un títere es ilusión de vida. Eso es algo realmente mágico, conforme ese objeto respira pareciera que viviese. Me gustaba la idea de generar un nuevo lenguaje y así hemos creado estos títeres de tamaño humano, que los actores manipulan con una gracia y delicadeza. Eso es lo mágico, la ilusión de vida”, precisa Els Vandell, directora artística de La Plaza Joven.

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