Tras su salida de Al fondo hay sitio, Mónica Sánchez regresa a sus raíces artísticas y vuelve a compartir escenario con Bruno Odar en una obra de William Shakespeare. Se despide del entrañable papel de ‘Charito’ Flores para transformarse en la despiadada reina Tamora en la magistral puesta en escena “Tito Andrónico”.
“Son cosas que me vuelven a poner en contacto con el origen de mi profesión. Vuelvo a hacer Shakespeare con Bruno, estuvimos juntos en ‘Rey Lear’ (1999), luego en ‘Al fondo hay sitio’. Es como regresar a casa” dice Mónica.
Bajo la adaptación y dirección de Mikhail Page, esta obra en la que se cuestiona la deshumanización de la civilización occidental, llega por primera vez al Teatro Segura con un elenco de más de veinte actores, entre los que destacan, además de Bruno y Mónica, Diego Pérez, Daniel Cano, Cindy Díaz, Carlos Mesta, Jorge Armas, Martín Velásquez, Sebastián Ramos, Gilberto Nué, Giovanni Arce, Joaquín Escobar, Diego Salinas, Miguel Soriano, Patricia Fraysinett, entre otros.
“Es una de las primeras tragedias escritas por Shakespeare, centrada en dos familias y dos personajes antagónicos: el emperador Tito Andrónico (Bruno) y la reina Tamora. Ambos se enfrentan al perder a sus hijos, lo más valioso de sus vidas. En un contexto político complejo, esta tragedia combina humor, amor, juego, muerte y crueldad; como la vida misma”, detalla.
Para Mónica, asumir este nuevo reto es una oportunidad para explorar su versatilidad como actriz y romper sus propios esquemas.
“Después de interpretar durante 15 años a un personaje radicalmente distinto, regresar al teatro me permite explorar roles más fuertes y resolutivos. Este nuevo personaje me confronta con aspectos que resuenan conmigo como mujer en estos tiempos. Me pone en la otra orilla, y está bien porque es enriquecedor interpretar personajes que no piensan ni actúan como uno”, destaca.
Un pensado adiós
A finales de junio, durante la onceava temporada de “Al fondo hay sitio”, Mónica Sánchez se despidió de sus compañeros del elenco. Dejar la serie, asegura la actriz, fue una decisión muy meditada y tomada con bastante anticipación. No fue fácil soltar una forma de vida que incluía rutina, horarios y hábitos arraigados, pero era un paso necesario en su carrera.
“Soy de procesos lentos para las decisiones importantes; pero la vida es sabia y te da el contexto adecuado para tomarlas. Desde noviembre pasado fui fijando mi fecha de salida para cerrar bonito en esta temporada. Mi hija mayor ya se había independizado, y ahora la menor lo está haciendo también. Me puse a pensar en lo que viene para mí. La vida siempre ha sido generosa brindándome oportunidades para reinventarme y el apoyo necesario para sostenerme. Aunque estoy convencida de que es la decisión correcta, no es fácil; es como adentrarse en la incertidumbre y lo desconocido” comparte.
Tampoco descarta la posibilidad de que ‘Charito’ regrese a la serie en algún momento. “La vida es incierta y no se puede dar nada por sentado. Quizás en el futuro vuelva, pero por ahora, estoy enfocada en otros proyectos”, afirma.
Trayectoria de desafíos y redescubrimientos
La carrera televisiva de Mónica Sánchez comenzó con el desafiante papel de Micaela Villegas en “La Perricholi” (1992). Este personaje no solo le permitió explorar por primera vez un desnudo en pantalla, sino que también rompió con los estereotipos tradicionales, marcando un hito en su trayectoria artística.
“Creo que un desnudo, el erotismo es tan importante y válido como el amor, la rabia o la melancolía. Si es parte de nuestra condición humana, por qué no va a tener un lugar y un espacio en la interpretación. Y si tiene sentido en la historia y confías en tu director en tu compañero, si ves que se está trabajando con el cuidado que amerita; todo está bien”, comenta la actriz.
Posteriormente, el éxito de “Los de arriba y los de abajo” en los años 90 solidificó su presencia en la televisión peruana, y su carrera continuó evolucionando, con la actriz manteniendo un equilibrio entre su vida personal y profesional.
Mónica recuerda estos años con gratitud y afirma que la elección de ingresar a la televisión, a pesar de los prejuicios, le brindó oportunidades invaluables.
En cuanto a su vida personal, Mónica se encuentra en una etapa de amor y aceptación. “Estoy bien acompañada y este amor llegó en el momento adecuado. He aprendido a valorarme y a abrirme a nuevas experiencias”, concluye.