La autora hace su vida desde una silla de ruedas y el personaje que aparece en la obra, también. Pero “No puedes dejar este cuerpo sin contar esta historia” no es un obra autobiográfica. Aquí, Valeria García Cannock, psicoanalista, usa los elementos de la ficción para contar una historia que tiene puntos en común con su propia vida, pero que aún así tiene diferencias.
“Una psicoanalista de 52 años tiene una discapacidad física que la obliga a usar una silla de ruedas. En el año 2019 descubre un medicamento en Estados Unidos que detiene el deterioro muscular de su enfermedad. Sin embargo, acceder a él parece imposible debido a los altos costos y la falta de cobertura médica en Perú. A pesar de los obstáculos, no pierde la esperanza y emprende una búsqueda incansable para obtener el tratamiento”, dice la descripción de la obra, protagonizada por la actriz y bailarina Verónica Garrido Lecca, quien interpreta a la dramaturga.
“Esta es una obra de autoficción, no es una obra testimonial en el sentido de que yo cuento exactamente mi vida y tampoco estoy en el escenario. En realidad nació en plena pandemia, cuando descubrí de manera mucho más concreta lo que era la autoficción y fue a través de una obra de Mariana de Althaus, ‘Trucos para ver en la oscuridad’, cuando me di cuenta que uno podía contar la historia propia, disfrazarla, incluir otras historias. A mí me provocó poder compartir un pedazo de mi historia, un pedazo de mi vida”, contó García Cannock en entrevista con El Comercio. Acaba de participar en un ensayo de la obra, donde también participa, pero solo con su voz. Ocasionalmente habla y es como si interpelara a la protagonista. Como si aplicara el psicoanálisis consigo misma.
Nadine Vallejo, directora de la obra, cuenta que al leer por primera vez el libreto hizo la conexión entre lo que hace Cannock en la obra con la disciplina desarrollada por Sigmund Freud. “Tuve justamente esa visión y además yo estaba sentada frente a un cuadro que Valeria tiene en su sala donde se ve una silueta negra en un fondo blanco. Ahí es que sentí que así debía ser la participación de la psicoanalista, que no era alguien que estaba en escena. Tampoco era una voz grabada, sino como era como ese estar y no estar, esa voz y esa sombra”, sostuvo.
Entre el psicoanálisis y la experiencia personal, la obra explora la relación de una persona con su cuerpo, el cual no le responde como ella quisiera y al que necesita darle cuidados especiales. Un proceso emocionalmente desgastante que se prolonga por toda una vida y donde quedan evidenciados los límites de un país que le ha fallado a sus ciudadanos al no ofrecerles los tratamientos de salud que necesitan para vivir con dignidad. O para morir con dignidad, pues la obra también traza un vínculo con el caso de Ana Estrada, psicóloga que tras años de lucha obtuvo la eutanasia en el Perú.
“El personaje quiere cortarle la cabeza a todos, quiere cortar la cabeza a los sistemas de salud. Siempre la salud psíquica es lo último que se atiende. Si te pones a pensar, los hospitales psiquiátricos son los lugares más deplorables, los hospitales son los lugares más terribles en realidad. Si tienes acceso a una clínica, enhorabuena, eres un privilegiado. Pero si no tienes acceso a eso… Hay gente que se muere en el camino. Entonces yo creo que es una obra que, no siendo su eje esencial, sí es un jalón de orejas al Estado”, añadió la creadora.
Fechas: 10, 11, 12, 13, 17, 18, 19 y 20 de octubre (8 funciones)
Jueves, viernes y sábado 8:00 pm. Domingos a las 7:00 pm
Lugar: Casa Yuyachkani (Jr. Tacna 363, Magdalena del Mar, Lima)
Entradas a la venta en Joinnus
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