Tras bambalinas, la percepción del gran oficio teatral varía según la generación consultada. Aunque las técnicas y métodos para captar la atención del público han evolucionado desde las primeras obras, el espíritu de cooperación para sacar adelante una puesta en escena parece inalterable. Este espíritu se refleja en “Las veces que no (te) dije te quiero”, dirigido por Renato Piaggio y presentada en el Teatro de Lucía.
“La máxima del teatro que dice que la función debe continuar cambió tras la pandemia. Ahora, nos lo pensamos dos veces antes de ir a ensayar por temor a contagiar al elenco. Ya no podemos ser absolutistas”, menciona el actor David Carrillo en una entrevista con El Comercio.
El primer actor Carlos Victoria, por su parte, observa con recelo el aumento del individualismo que amenaza los principios básicos del teatro. “El deseo de sobresalir a cualquier costo se ha incrementado con las redes sociales, lo que parece una tragicomedia moderna”, comenta Victoria.
La convivencia de generaciones en un escenario—cada una con su bagaje y perspectivas—crea un ambiente donde experiencias se comparten, y al mismo tiempo incrementa la riqueza de la puesta en escena, donde cada uno encuentra un lenguaje compartido. “El teatro ayuda a crear estos puentes de unión entre diversas generaciones, ya no solo para los actores, sino también para un público diverso que puede encontrar distintos significados viendo la misma obra”, explica Carrillo.
De padre a hijo
La obra escrita por Mario Zanatta, reúne a un abuelo (Carlos Victoria), un padre (David Carrillo) y un hijo (Sergio Armasgo), quienes se encuentran en una noche llena de recuerdos y arrepentimientos, esperando la llegada de la madrugada para poder demostrar el afecto que en el pasado no pudieron expresar.
“No es novedad que en la realidad sea común ver que los padres esperen a estar en su lecho de muerte para reunir a sus seres queridos solo para decirles ‘te quiero’, algo que normalmente les cuesta decir en otros momentos de sus vidas”, menciona Carrillo. “Existe una presión cultural para que los hombres sean autosuficientes y fuertes, el resto es mostrar vulnerabilidad. Pensar así nos desconecta emocionalmente”, agrega Armasgo.
En la mayoría de casos, es la desconexión entre padre e hijo lo que genera que as palabras que nunca se dijeron pesen más que las que sí se pronunciaron. La incapacidad de hablar desde el corazón se convierte en un abismo que los personajes de “Las veces que no (te) dije te quiero” intentan atravesar a lo largo de la obra. Zanatta plasma con sutileza las frustraciones, los silencios incómodos y las miradas que revelan más de lo que cualquier diálogo podría.
Además, en la obra se abordan temas como las diversas facetas en las vidas de los hombres, sus personalidades afectadas por las carencias emocionales del pasado y cómo cada uno construyó su propia vida basada en su educación. “Si no nos confrontamos de alguna manera, tanto con nuestros padres como con nosotros mismos, no podremos decidir conscientemente cómo educaremos a la siguiente generación”, concluye Victoria.
Temporada: 15 de octubre al 27 de noviembre.
Lugar: Teatro de Lucía
Hora: 8:00 P.M.
Entradas disponibles en Joinnus
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