Nunca asiste al desmontaje de una obra. El lunes siguiente a la última función de una temporada, María Elena Herrera prefiere quedarse en su oficina del Centro Cultural Británico diseñando los planes de la siguiente producción. Para ella, ver levantar la escenografía de la obra y enfrentarse al escenario vacío es lo más cercano a una pequeña muerte.
Quizás por ello han pasado tan rápido estos diez años. Una década en la que no se ha perdido el tiempo recordando éxitos pasados, sino en mantener una organización con orden y disciplina. El próximo 27 de enero, la institución concluye sus celebraciones por el aniversario redondo con la presentación de “10 años haciendo teatro” (Solar), libro que reúne la voz y las experiencias de quienes han participado en esta aventura. Desde directores y actores hasta los miembros del equipo técnico, gremio generalmente alejado de los reflectores.
—¿Cómo defines la personalidad del Teatro Británico?
Es difícil decirlo porque es un trabajo en conjunto. Pero nuestra apuesta pasa por la creatividad, la juventud, las ideas originales que te obligan a arriesgar.
—¿Existe realmente un ‘boom’ teatral?
No lo creo. Lo que sí tenemos es una gran oportunidad, porque se ha desarrollado el consumo cultural. La gente quiere consumir cultura. Antes el teatro no estaba incluido dentro de las opciones de entretenimiento. Es verdad que ahora hay más público que antes, pero nosotros aún no llenamos el teatro, salvo con ciertas obras. Por ejemplo, en la misma época en que estaba “Full Monty” en el Peruano-Japonés yo tenía “La cándida Eréndira”. Y yo no llené el teatro, mientras que para “Full Monty” no había entradas. Hay que reconocer nuestras debilidades y fortalezas. La gente que va a La Plaza, por ejemplo, busca el paquete completo. Es un público que busca, además de teatro, dónde estacionar fácilmente, dónde cenar después, dónde irse de ‘shopping’. En el Británico, en cambio, vienes a ver la obra y no podemos ofrecer más. En este momento trato de explotar lo que tengo, sabiendo cuál es mi debilidad pero manteniendo el estilo.
—Como productora, ¿cómo llevas el éxito y el fracaso?
Nosotros no ganamos dinero. La recuperación de nuestra inversión está en la generación de un nuevo público. Esa es nuestra ganancia.
—¿Pero qué obras del Britá- nico han sido las más exitosas económicamente? ¿Qué obras te hacen sentir optimista?
“Un cuento para el invierno”, por ejemplo, fue un lleno total. Hacía dos años, después de “Crónica de una muerte anunciada”, que no habíamos llenado la sala. Pero no nos ocurre como en La Plaza, que vas ahora y no encuentras entradas hasta después de semanas. Hay que ser realistas y decirlo francamente.
—Hablamos de una obra de Shakespeare y otra basada en una obra de García Márquez. ¿Un respaldo literario es garantía de éxito?
La verdad es que no hay fórmulas. Por ejemplo, con Alberto Ísola arriesgamos en “Un cuento para el invierno”. No sabíamos si íbamos a perder dinero, me contentaba con recuperar la inversión. Estábamos frente a una obra muy poco conocida de Shakespeare, rara, con dos actos antagónicos. Pero allí está el estilo del Británico: darte algo que otro no se atrevería.
—A propósito del estilo del teatro, ¿por qué hay tan pocas comedias en diez años de producciones?
Realmente hemos tenido pocas comedias. Pienso en “Frankie y Johnny en el claro de luna” (2014) o “Jarana” (2010). Pero estamos buscando comedias para las próximas temporadas, que tengan un corte con el que nos identifiquemos.
—¿Cuánto vende el teatro peruano? ¿Es rentable apostar por la dramaturgia local?
No. No es negocio. Quien viene a ver dramaturgia peruana es la élite del teatro, los chicos que aman el teatro. Son muchos, pero no son la mayoría. Pero aunque no sea rentable, apostamos por él.
—Hace 10 años, la productora del Británico debutó con “El mercader de Venecia” de Shakespeare...
Y nunca más hicimos Shakespeare, hasta cerrar estos primeros diez años con “Un cuento para el invierno”.
—Este año se cumplen 400 años de la muerte del bardo. ¿Cómo liderará el Británico el año Shakespeare?
No sé si liderar sea la palabra. ¡Todo el mundo lo celebrará!
—Pero el Británico es su casa...
Claro, pero Shakespeare no es nuestra propiedad [ríe]. David Ruiz, director del Centro Cultural de España, tiene un proyecto genial para celebrar juntos también a Cervantes: por qué no celebrar a Shakespeare con un experto español y a Cervantes con un experto inglés. Asimismo, nuestros coloquios este año los dedicaremos a ambos. El Día Mundial del Teatro girará también en torno a Shakespeare. Aún no hemos hablado con la embajada británica ni con el British Council, que también querrán celebrar sus propios eventos y tener su propio protagonismo. Y con el director Roberto Ángeles, con quien cerraremos el año con “Hamlet” y con “Noche de reyes”, vamos a realizar conversatorios donde Shakespeare sea visto desde el lado de la actuación y de la psicología.
PRESENTACIÓN DEL LIBRO
Título: “10 años haciendo teatro”.
Lugar: Teatro Británico.
Fecha: 27 de enero, 8 p.m.
Presentan: Roberto Ángeles, Alfonso Santistevan y María Elena Herrera.
Moderador: Dante Trujillo.
Ingreso: libre