Los amantes de la moda han llorado en 2017 la muerte de los diseñadores Azzedine Alaïa, Laura Biagiotti, Ocimar Versolato o Herve Léger, pero han alumbrado una sonrisa con la llegada de Kaia Gerber, hija de Cindy Crawford, y con Jeremy Meeks, el preso más guapo del mundo.
Hace apenas un mes fallecía en París a los 77 años el diseñador tunecino Azzedine Alaïa, conocido como el escultor del cuerpo femenino.
Las creaciones de Alaïa, artesano y artista, que reinventó la silueta femenina en la década de los 80, eran como una segunda piel, muy deseadas, un trabajo que le permitió estar en el Olimpo de la alta costura.
Y rozando el final del año, el 9 de diciembre, el diseñador brasileño Ocimar Versolato, quien dirigió la línea femenina de la firma Lanvin, fallecía a los 56 años de edad, víctima de un aneurisma.
Versolato abrió su propio espacio en la ciudad del Sena y ganó fama con vestidos creados a partir de la técnica "moulage", es decir, el montaje de la ropa directamente sobre el cuerpo de la mujer.
Era el final de un año que empezó entre lágrimas con la triste noticia del fallecimiento de Bimba Bosé, modelo, diseñadora, DJ, actriz y cantante, sobrina del también cantante Miguel Bosé, que se despedía de la vida a los 41 años a consecuencia de un cáncer de mama.
La modelo residió durante años en Nueva York y desfiló para destacadas firmas como Gucci o para su gran amigo David Delfín, que falleció el 3 de junio y que fue reconocido internacionalmente por su gran capacidad para absorber referencias y estéticas urbanas.
Unos días antes, el 26 de mayo, la diseñadora Laura Biagiotti, reina del cachemir, moría a los 73 años, tras sufrir un infarto cerebral.
Biagiotti, que siguió los pasos de su madre, consiguió darle un aire nuevo a sus colecciones e impulsarlas más allá de las fronteras italianas, además de triunfar en el campo de los perfumes con fragancias como "Roma", dedicada a su amada ciudad.
En octubre el mundo de la moda despedía al diseñador francés Hervé Peugnet, autor con su marca Hervé Léger del vestido "bandage", una emblemática prenda que se ajustaba como una faja al cuerpo femenino, que moría en París a los 60 años.
El vestido por el que se hizo famoso, clonado en numerosas ocasiones por firmas de bajo coste, ha visto en las modelos Cindy Crawford o Giselle Bündchen algunas de sus máximas exponentes.
Pero la sonrisa y la ilusión se recupera con la llegada a las pasarelas de la modelo Kaia Gerber, hija de la mítica "top" de los 90, Cindy Crawford que, con tan solo dieciséis años, debutó en las pasarelas internacionales y fue la gran protagonista de la Semana de la Moda de Nueva York.
De la mano de la firma Calvin Klein, a los mandos de Raf Simons, la joven Kaia Gerber se subía por primera vez a la pasarela para exhibir un estilismo muy juvenil, elaborado con unos pantalones amarillos y una camisa negra con detalles blancos.
Otro de los momentos importantes para Gerber fue cuando abrió el desfile de Alexander Wang, en el que la joven modelo derrochó seguridad y la misma soltura de su madre, hace más de 20 años.
La felicidad también se impuso cuando en el mes de febrero Jeremy Meeks, el calificado por la industria de la moda como el preso más guapo del mundo, debutó en la pasarela neoyorquina con ropa del diseñador Philipp Plein.
Fue la fotografía de su ficha policial la que le abrió las puertas de la moda para quien Meeks tenía madera de modelo, de "sex symbol" por sus facciones marcadas, ojos azules y ese aspecto de chico malo acentuado con potentes tatuajes.
Y otra llegada, que se confirmó a unos días del fin del año, es la de la española Miren Arzalluz, que dirigirá a partir de enero el prestigioso Museo de la Moda de París, conocido como Palacio Galliera, al que llegará con una larga experiencia en el Victoria & Albert Museum, la Royal Ceremonial Dress Collection en Kensington (Londres) o el Museo Cristóbal Balenciaga de Guetaria (España).