Frieda Holler (Lima, 1945) no era escritora, pero sí una gran lectora, cuando escribió “Ese dedo meñique” (2001), uno de los títulos más vendidos de la historia editorial nacional. Un éxito de inicios del nuevo siglo por el que muy pocos intelectuales apostaban, como fue el caso de Marco Aurelio Denegri, quien luego de corregir el machote del libro de etiqueta social y buenos modales de la ex reina de belleza, le recomendó abstenerse a su publicación.
La dama del buen gusto nos recibe en su casa de Miraflores para hablar del reciente lanzamiento de una edición más de este clásico y de cuán vigente está la etiqueta hoy. El mensaje de un pequeño cartel decorativo, ubicado en su cálida y acogedora sala, nos da la bienvenida. “Todo lo que necesitas es amor y una buena botella de vino”, se lee.
“La primera edición la lanzamos en un tiempo en que la etiqueta no era interesante. Era considerada fuera de moda y dirigida únicamente a la gente ‘chic’ y la clase alta, Y yo siempre he creído que está dentro de la gama de la educación y los valores de todo ser humano porque a mí, mi padre alemán, rígido en el tema de la puntualidad, me enseñó a ser puntual todos los días de mi vida. Entonces, esto fue una especie de sueño, de ilusión, para que pudiéramos tener algo aparte del ‘Manual de Carreño’”, destaca la autora.
“Pero no fue fácil. Todos me recomendaban desistir. Mi gran amigo y maravilloso hombre, Marco Aurelio Denegri, me dijo que sería un desastre, porque en este país el peruano lee menos de dos libros al año. Entré en shock. Me generó dudas e interrogantes. Pero como suelo ser insistente con mis sueños, continué. Lo peor vino después. Las editoriales lo rechazaban. Sin importar quién estuviera detrás”, recuerda.
El primer libro que leyó, Holler Figallo, fue el clásico infantil, “Las travesuras de Naricita”. Fue un obsequio de su padre. Desde entonces, la lectura se convirtió en parte importante de su vida. Tuvo como referentes a grandes escritores de la literatura universal, pero también autores peruanos, como el escritor Alfredo Bryce Echenique, a quien conoció cuando era adolescente.
“Frecuentaba su casa porque estudié en el colegio con su hermana, Elena Bryce. Cada vez que me invitaban a almorzar, lo miraba con la boca abierta. Lo admiraba por sus novelas. Leí ‘Un mundo para Julius’ varias veces. Algún tiempo después, cuando era regidora de San Isidro y coincidimos en una exposición, me dijo: ‘¿Qué haces escribiendo?’. Le contesté: ‘Fue gracias a ti, a la respuesta que me diste cuando me atreví a preguntarte: ¿Cómo se escribe?’. Me respondió: ‘Como hablas, pues’. Desde entonces escribo como hablo, para que todo el mundo entienda lo que quiero compartir. No uso palabras rebuscadas ni técnicas”, detalla.
¿Cuán vigente está la etiqueta hoy? Frieda Holler pone de relieve cómo las reglas de comportamiento más básicas no han logrado adaptarse a los nuevos tiempos. Sin embargo confía en que el cambio se dé en un futuro.
“Lamentablemente debo decir que la gente se comporta cada vez peor. En julio, que estuve en la Feria del Libro, ni saludaban, ni contestaban el saludo”, deplora.
Violación al protocolo real
“Falta mucho conocimiento en todo sentido. Te cuento una anécdota. Hay un protocolo dentro de lo que es el reinado. A la reina no se le toca, por eso existe el besamanos. ¿Y qué hizo Toledo cuando vio a la reina Sofía? La abrazó y besó en las dos mejillas. Ya te puedes imaginar cómo fue ese acto protocolar. El director de protocolo de nuestro país le había dicho que no se hacía, pero él hizo lo que quiso”, cuenta.
La ex reina de belleza y fundadora del Centro de Desarrollo Integral Frieda Holler ha publicado 18 libros, cuatro de ellos orientados a niños y adolescentes en etapa escolar. Su próxima publicación, dirigida a la tercera edad, llegará a las librerías de nuestro país, a fin de año.
“Actualmente, estoy escribiendo la primera novela de mi vida. Es un proyecto que me emociona. Lo tengo bastante adelantado. No me gusta estar quieta, nunca paro”, subraya.
Belleza natural
A los 19 años, Frida Holler fue coronada Miss Perú 1965. Con la experiencia adquirida como representante de la belleza de nuestro país, en 1989 abrió el Centro de Capacitación Oficial Miss Perú. Posteriormente se convirtió en una de las escuelas y agencias de modelo más prestigiosas del medio. Actualmente es el Centro de Desarrollo Integral Frieda Holler.
─¿Qué diferencia marcada existe entre los concursos de aquella época y los actuales?
Hay una diferencia muy grande. Antes éramos solamente mujeres, ahora hay esta apertura a los trans, a todas las personas que se creen mujeres. Eso ya lo hace diferente. Yo no tengo nada contra las personas trans. Creo que cada quien es dueño de su cuerpo, pero considero que en concurso de Miss solo tienen que haber mujeres. Otra diferencia es que antes viajábamos con nuestros padres porque éramos menores de edad. La mayoría de edad se alcanzaba recién a los 21 años. Teníamos un vigilancia absoluta. Además, había unión, amistad. Yo todavía mantengo contacto con MIss Colombia, somos amigas, nos frecuentamos.
─¿Las operaciones estaban permitidas?
Estaban totalmente prohibidas. Recuerdo que cuando llegué al concurso, a Miami, me revisaron detrás de las orejas para ver si tenía alguna operación. Te levantaban el busto para ver si era natural. Yo tenía la marca de una vacuna en la pierna. No sabes el problema que me causó. Llamaron al médico. A ese nivel llegaban. Ahora para poder postular tienes que cambiarte todo.