El 18 de noviembre del 2023, Sheynnis Palacios (Managua, 2000) hizo historia al convertirse en la primera nicaragüense en ganar el título de Miss Universo. Hasta que alcanzó el Top 3 de la competencia, no imaginaba la posibilidad de llevarse la corona. Su mayor sueño era llegar al Top 10, y con eso sentía que ya habría logrado lo suficiente para enorgullecer a quienes creyeron en ella, especialmente a su niña interior. Hoy, como soberana de la belleza, recorre el mundo inspirando con su historia de superación y su lucha contra la ansiedad, una condición que, lejos de frenarla, la ha impulsado a convertirse en una firme defensora de la salud mental.
La semana pasada, Palacios Cornejo llegó al Perú invitada por la Organización Miss Perú, que preside Jessica Newton. En el Callao participó en diversas actividades en apoyo a las personas vulnerables y la defensa de los derechos de la mujer. Además, fue condecorada como Huésped Ilustre por la Municipalidad del Callao y recibió la Llave de la Ciudad. Luego viajó al Cuzco para conocer Machu Picchu. En la Ciudad Imperial fue agasajada con danzas típicas y una representación teatral de un pago a la Pachamama, ritual tradicional de nuestra cultura que se rinde como señal de bienvenida y de éxitos durante la estancia del visitante. Perú es el trigésimo primer país que la reina visita como Miss Universo.
“Vengo de un país con solo 6 millones de habitantes, pequeño en comparación con las grandes potencias, pero el sueño es el mismo: representar a tu nación, sentir orgullo de tus raíces y convertirte en una portavoz, un agente de cambio. Estar en Perú y sentir la energía de cada uno de ustedes es lo que verdaderamente me impulsa”, asegura.
La Sheynnis que fue coronada Miss Universo 2023 en El Salvador no es la misma que hoy recorre el mundo como la máxima representante de la belleza. “Cambié muchísimo, tanto personal como integralmente”, confiesa. “Descubrí habilidades que no sabía que tenía, y eso es lo más hermoso: me ha hecho creer que cada día puedo aportar algo nuevo, no solo para mí, sino para el mundo entero”, añade con entusiasmo.
Palacios, oriunda de Diriamba, Carazo, es una mujer que ha superado barreras en un país que en los últimos años ha enfrentado desafíos económicos, sociales y políticos. Nacida en una familia humilde, sus logros no son fruto de la casualidad, sino de años de esfuerzo y perseverancia. Desde que fue coronada como reina adolescente en 2016, su pasión y dedicación la llevaron a destacar en el Miss Teen Universo 2017 y, posteriormente, en el Miss Mundo Nicaragua 2020.
Celebración pendiente
Entre todas las mujeres coronadas como las más bellas del mundo en los últimos 71 años, Sheynnis Palacios es la única que no ha regresado a su natal Nicaragua para celebrar su triunfo. Aunque no ha dado detalles sobre las razones de su ausencia, afirma que regresar a su país como Miss Universo “está en su agenda”.
“Y eso (volver a su país) es algo muy bonito que también nuestro Presidente (Daniel Ortega) ya lo mencionó en varias entrevistas que le han hecho. ¿Cómo no disfrutar y compartir este momento con mi gente? Es un momento histórico para ellos y para mí, y llevar esta alegría a cada uno de mis compatriotas que me esperan en mi hermoso país es algo que deseo profundamente”, asiente.
Valerosa lucha
Su historia no es solo un triunfo de la belleza, sino también una valiente lucha interna contra la ansiedad. En momentos en que episodios ansiosos amenazaron con apagar sus sueños y limitar su futuro, el apoyo de profesionales, su familia y sus queridas mascotas fueron determinantes.
“Tu red de apoyo es esencial cuando enfrentas colapsos ansiosos o ataques de pánico. Yo experimentaba sudoración en las manos, me arrancaba el cabello, me rasguñaba y sentía que me faltaba el oxígeno. Era como si el mundo se estuviera derrumbando a mi alrededor. Tras investigar mis síntomas, decidí buscar la ayuda de un psicólogo”, recuerda.
En el 2018, a los 18 años, Sheynnis buscó ayuda profesional. “La que entraba en esas citas, no era la misma que salía. Hoy en día, la salud mental está ganando reconocimiento, pero aún no recibe la atención y el valor que realmente merece”, señala.
Los momentos más oscuros y extremos de Sheynnis, a causa de la ansiedad, ocurrieron en 2018 y 2021. En una oportunidad, pensamientos suicidas la llevaron a tomar un arma cortopunzante con la intención de hacerse daño. En ese momento crítico, su perrita, que llegó a su lado, jugó un papel fundamental.
“Mis mascotas me salvaron la vida, y por eso les tengo una admiración y respeto inmensos. Tengo seis perritos y tres gatitos, que son verdaderos seres de luz. Siempre han estado a mi lado, incluso cuando la distancia nos separa”, asiente con emoción. “Y esos pensamientos siempre están, incluso como Miss Universo. En un momento de tanta presión llegan, te abruman, te frustran; pero ahí es cuando uso las técnicas que me enseñó mi psicóloga: la respiración profunda, aplicar hielo en las manos y la esencia que mi manager siempre lleva y coloca en mis muñecas para que la huela. Me recuerdo a mí misma: ‘Estoy aquí y ahora, esto es lo que importa’. Hoy, puedo manejar mucho mejor mis emociones”, añade.
Celebra el amor
Sheynnis destaca la importancia de contar con personas cercanas como su familia, su manager, su productor y su pareja, el beisbolista venezolano Carlos Gómez, quienes han sido un pilar fundamental durante sus episodios de ansiedad y ataques de pánico.
“Con Carlos estoy muy feliz. Ha sido un gran apoyo en momentos difíciles, porque me ve por quien soy realmente, como ser humano. Cuando descubres a alguien con un corazón tan cálido y cercano, eso es lo más valioso. Estamos orgullosos de lo que estamos construyendo juntos, creciendo individualmente para formar un equipo. Siempre decimos que somos un equipo. Lo conocí en un avión, rumbo a uno de los tantos países que he visitado y desde entonces estamos juntos”, comparte con emoción.
Lo que se viene
A casi dos meses de entregar la corona de Miss Universo 2023, Sheynnis ya está enfocada en sus próximos proyectos, que incluyen el periodismo cultural, la producción audiovisual y la actuación.
“Me encanta estar frente a la cámara, siento que Dios me ha dado ese don. Aunque al principio no fue fácil, me gustan los retos. También quiero producir, crear documentales y actuar. Este ha sido un viaje increíble, un sueño que aún no termina, y cuando lo haga, sé que empezará otro”, subraya. Y no cabe duda de que logrará cumplirlos.