Diana Mery Quiroz Galvan

Está convencido de que su labor no se detendrá porque “siempre he trabajado con pasión y esta nunca se termina”, asegura. A pesar de que una resolución directoral ha decretado su alejamiento del museo que forjó en el 2002, Walter Alva tiene la esperanza de que una reevaluación de los hechos podría reintegrarlo a sus funciones. En este difícil momento, el hombre que se enfrentó a peligrosos profanadores de monumentos para defender la tumba del Señor de Sipán no pierde el sentido del humor. “Con contrato o sin contrato tenemos Walter Alva para rato” -comenta- es la frase acuñada por su esposa, la también arqueóloga Emma Eyzaguirre. Estas palabras resumen el optimismo con que afronta la adversidad y para muchos la ingratitud de la que ha sido víctima.