Las albóndigas de carne son un clásico en diversos países del mundo y para hacerlo aún más saludable y darle un sabor renovado, la espinaca es una gran alternativa. Al incluirla también se puede comer de manera diferente esta hortaliza y aprovechar todos sus nutrientes.
MIRA: Cómo preparar las espinacas
Si estás buscando nuevas formas de integrar a tu dieta alimentos que contribuyen a tu salud, esta es la receta indicada para el almuerzo, merienda o cena. Aquí te dejamos el paso a paso para disfrutar de unas deliciosas albóndigas con espinacas.
MIRA: Crepas de pollo y espinacas con salsa de flor de calabaza
Ingredientes:
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- 2 kg de espinacas
- 200 g de queso
- 600 g de tomates frescos y maduros
- Dos huevos grandes
- 6 dientes de ajo
- 50 g de piñones
- 50 g de harina de trigo
- 10 g de perejil
- Aceite de oliva extra virgen
- Sal al gusto
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Preparación:
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- Lavar los tomates, pelarlos y picarlos en trozos pequeños. Colocar todo en una sartén con aceite junto a los ajos machacados. Dejar cocinar por 20 minutos a fuego suave hasta que los tomates se hayan deshecho y tenga consistencia de salsa. Reservar.
- Lavar las espinacas, quitarle el tallo y ponerlas en una olla con agua y un poco de sal. Cocinar por 10 minutos, luego escurrir.
- Lo siguiente es picar las espinacas en trozos muy finos y ponerlas en un recipiente. Agregar los huevos, harina de trigo, perejil, piñones y rallar el queso. Mezclar bien.
- Armar las albóndigas con ayuda de las manos y refrigerarlas por 15 minutos. Luego pasarlas por un poco de harina y huevo batido.
- Freír en un sartén con aceite de oliva y luego ponerlas en papel absorbente.
- Servir acompañadas de la salsa de tomate o tu guarnición favorita.
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FICHA:
Dificultad: fácil
Tiempo: 45 minutos
Porciones: 6
TRUCOS DE COCINA QUE TE AYUDARÁN A AHORRAR
Muchas veces ahorrar es mucho más fácil de lo que creemos. La clave es comprar bien y barato, planificar lo que se hará en la cocina y no desechar nada. Recurrir a alimentos económicos y sanos como las verduras y preparar en cantidad, siempre pensando en nuestro presupuesto de guerra.
Al final casi todo se resume en cocinar más y comprar menos productos elaborados. Pero para quienes prefieran una guía un poco más minuciosa, hemos preparado algunos consejos bien sencillos de empezar a aplicar ya mismo. Apunta estos trucos y aplícalos la próxima vez que vayas al mercado.
Evita las verduras ya cortadas
Ser un poco perezoso en la cocina suele salir caro, así que a la hora de ahorrar lo primero es tener un cuchillo y demostrarte a ti mismo que eres capaz de cortar esa cebolla o zanahoria. No te harás millonario, pero si practicas mucho eso del corte puede que te ahorres algunos centavos para un gustito.
Nada de desechar verduras y frutas: cremas y batidos
Aquí no se desperdicia nada, como diría la abuela, y más si queremos ahorrar. Las frutas y verduras que estén un poco marchitas pueden tener una segunda vida en forma de sustanciosas cremas y refrescantes batidos. ¿Un plátano mustio? A la batidora con un yogur y tenemos un delicioso batido.
Haz caldos
No sólo como ingrediente para otras preparaciones, sino para improvisar una sopa salvadora. Comprarlo hecho no siempre es buena idea. Pon un día la olla y preparar unos litros de caldo para, de paso, aprovechar algunas de esas verduras que ya no están para aguantar más tiempo.
Busca productos de temporada
El sentido común es básico a la hora de hacer las compras y pensar en el menú de la semana o el mes. Si somos de ir al mercado será fácil saber qué está de temporada porque será lo más económico. A partir de ahí, sólo hay que pensar qué cocinar con eso que hemos comprado a buen precio en el supermercado.
Cortes de carne más baratos
Ser carnívoro también es compatible con ahorrar. Es más cuestión de saber comprar que de saber cocinar y tener claro que no siempre los cortes más caros son los más exquisitos. ¿Has probado los contramuslos de pollo? Mucho más barato y sabrosos para, por ejemplo, acompañar con un cremoso puré de papas.
DIFERENCIA ENTRE LA HARINA PREPARADA Y SIN PREPARAR
Antes de preparar una receta lo primero que vemos son los ingredientes para así verificar si los tenemos disponibles en la alacena o si hay que ir a comprar alguno. Es aquí donde nos topamos con la harina preparada y sin preparar. ¿Exactamente qué son y qué las diferencia? ¿Se puede distinguir a simple vista?
Hay que empezar indicando que todos los tipos de harina están elaborados con trigo y la desigualdad está en su contenido en proteínas.
Harina preparada
Esta es la recomendada para la repostería y para poder elaborar los deliciosos queques, magdalenas o tortas. Esta harina es leudante porque contiene entre sus ingredientes levadura seca, lo que permite la elaboración de distintos postres. Ofrece un mejor resultado pues hace que la masa crezca más rápido.
En algunos países se puede encontrar también bajo el nombre de harina para bizcochos, pasteles, kekes, buñuelos, turrones, pan. También puedes hacer:
- Tres leches
- Keke de limón
- Churros rellenos
- Keke de naranja
- Pastel de manzana
- Salsa roja
- Pastel de acelga
- Pastel de chocolate
Harina sin preparar
Esa conocida mundialmente como la harina todo uso y la más versátil, pues con ella se elaboran empanadas, salsa blanca, platos que no generen reposo, entre otras delicias. Se caracteriza porque no contiene levadura. En caso se requiera implementar este ingrediente, lo puede hacer, siempre dejándolo reposar para que su efecto sea mucho más rápido.
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La importancia del lavado de las frutas y verduras
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