Una buena noche de sueño no solo sirve para recargar energía, también es importante porque tiene efectos sobre otras funciones del cuerpo. Por ejemplo, el sueño profundo garantiza que las neuronas se reseteen mientras dormimos lo que ayuda a nuestra capacidad de generar recuerdos.
Una mejor memoria no es el único beneficio de dormir bien. Investigadores de la Universidad de Salud y Ciencia de Oregón (OHSU) han revelado que existen consecuencias negativas para las personas que tienen sobrepeso e ignoran las señales de su cuerpo para dormir por la noche.
“Este estudio refuerza la importancia de los buenos hábitos de sueño”, afirmó la autora principal, la Dra. Brooke Shafer, investigadora postdoctoral del Laboratorio de Sueño, Cronobiología y Salud de la Facultad de Enfermería de la OHSU. “Las prácticas de sueño, como acostarse cuando uno está cansado o dejar de usar la pantalla por la noche, pueden ayudar a promover una buena salud general”, agregó la investigadora.
El estudio, que fue publicado en The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, reclutó a 30 personas entre mujeres y hombres. Lo que tenían en común es que todos tenían un índice de masa superior a 25, es decir, con sobrepeso o en algunos casos obesidad.
Como se sabe, la obesidad y las enfermedades cardiometabólicas son un problema de salud pública que preocupa, cuando ya suman más de 2500 millones de adultos con sobrepeso en el mundo, de acuerdo con la OMS. “Nuestra investigación muestra que las alteraciones en el reloj biológico interno del cuerpo podrían contribuir a tener consecuencias negativas para la salud de personas que ya pueden ser vulnerables debido al peso”, explicó Shafer.
La hora de la melatonina
Los participantes, que en general estaban sanos, aportaron una muestra de saliva cada 30 minutos hasta bien entrada la noche en un laboratorio del sueño del campus Marquam Hill de la OHSU. El objetivo era determinar el momento en el que su cuerpo comenzaba a producir de forma natural la melatonina. Se cree que esta hormona inicia el proceso de conciliar el sueño y su comienzo varía según el reloj biológico interno de cada individuo.
Luego, los participantes regresaron a casa y registraron sus hábitos de sueño durante los siguientes siete días.
Los investigadores evaluaron la diferencia de tiempo entre el inicio de la melatonina y el tiempo promedio de sueño para cada participante, clasificándolos en dos grupos: aquellos que tenían una ventana estrecha, con una duración corta entre el inicio de la melatonina y el sueño, y aquellos con una ventana amplia, con una duración más larga entre el inicio de la melatonina y el sueño. Una ventana estrecha sugiere que alguien se queda despierto demasiado tarde para su reloj biológico interno y generalmente se asocia con peores resultados de salud.
Este nuevo estudio confirmó una variedad de medidas de salud potencialmente dañinas en el grupo que se fue a dormir más cerca del inicio de la melatonina.
Diferencias entre hombres y mujeres
La investigación también se preocupó en determinar si hay diferencias en los patrones del sueño y salud entre mujeres y hombres. Se encontró que los hombres de este grupo tenían niveles más altos de grasa abdominal y triglicéridos grasos en la sangre, y puntuaciones de riesgo general de síndrome metabólico más altas que los hombres que dormían mejor. En tanto, las mujeres de este grupo tenían un porcentaje general de grasa corporal, glucosa y frecuencia cardíaca en reposo más altos.
“Fue realmente sorprendente ver que estas diferencias se presentan de manera dependiente del sexo”, sostuvo el autor principal Andrew McHill, Ph.D., profesor adjunto en la Escuela de Enfermería de OHSU, la Escuela de Medicina y el Instituto de Ciencias de la Salud Ocupacional de Oregon en OHSU. “No hay una solución única para todos, como a veces pensamos en la medicina académica”, añadió.