El huevo es uno de los alimentos más consumidos a nivel mundial. Forma parte del desayuno, almuerzo o cena de muchos, es la base para preparar postres o tortas y su versatilidad lo hace el gran aliado de numerosos platillos, principalmente en México o Estados Unidos; sin embargo, hay detalles sobre él que no se pueden dejar pasar. Por ejemplo, los especialistas recomiendan nunca comerlo crudo, pero sí destacan las mejores técnicas de cocción para no perder sus beneficios.
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Preparar un huevo no es tarea difícil. Hay quienes lo prefieren duro, frito, pochado, convertido en tortilla o revuelto. En todas sus presentaciones no deja de ser delicioso y una fuente de vitaminas, minerales, apoyo para bajar de peso y fortalecer el sistema inmunológico, entre otros aportes nutricionales.
¿Cuál es la mejor manera de comerlo?
Entre las mejores técnicas de cocción que conservan sus propiedades y un mayor tiempo de vida útil se encuentran el huevo cocido o duro. Este permite disfrutar de todos sus beneficios y se caracteriza por ser bajo en calorías, ya que no se le agrega aceite en su preparación.
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Para cocinarlo hay que hervir el agua, introducimos el huevo con cuidado de que no se rompa Cocinar de 10 a 15 minutos y retirar. Antes de pelarle la cáscara se puede pasar por agua fría para no quemarse los dedos. Con esta técnica, la clara y la yema quedarán sólidas, pero tiernas.
Otra alternativa son los huevos pochados o escalfados que concentran de manera correcta los aminoácidos de la clara y vitaminas de la yema.
La técnica consiste en cocinar el huevo (sin cáscara) en agua ligeramente hirviendo y el truco está en añadir un chorro de vinagre en el agua, para que la clara y la yema no se separen.
Una vez el agua esté a punto de hervir hacer un remolino con la ayuda de una cuchara o unas varillas y ahí colocar el huevo con delicadeza. Cocinar por 3 minutos y luego retirar con una espumadera. Agregar sal al gusto.
¿Por qué no comerlos crudos?
Los huevos deben mantenerse en un lugar fresco o bajo refrigeración, evitando así los cambios de temperatura constantes. De igual manera, no hay que lavarlos antes de guardarlos (solo previo a prepararlos) pues su cáscara puede desarrollar agentes patógenos si se mantienen húmedos.
Al igual que esta recomendación, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos ha sido enfático en recomendar que no se consuma huevo crudo pues se puede sufrir una contaminación por salmonella, una de las bacterias que más atacan a los alimentos y que puede ocasionar la enfermedad conocida como salmonelosis.
Esta se caracteriza por la presencia de fiebre, dolor abdominal, diarrea, vómito y pérdida de peso como consecuencia de una infección estomacal, según la Organización Mundial de Salud (OMS).
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