Una de las cosas indispensables que muchos olvidan. Para muchos es una acción obvia, mientras que otros se dan cuenta tarde y echan a perder su preparación por ese detalle. Precalentar el horno antes de cocinar es un vital para que la receta salga en su punto, más aún cuando hablamos de postres o cocción de carnes. Aquí te explicaremos por qué NO debes olvidar hacerlo mientras estás picando los ingredientes o sazonando el pollo.
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El horno es un aparato que cocina los alimentos aplicando calor controlado dentro de un espacio cerrado. Posee un selector de tiempo y temperatura; así como resistencia arriba y abajo del espacio de cocción.
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Quienes disfrutan haciendo pasteles, galletas, queques, panes o de la repostería en general, saben lo importante que es precalentar, pues la mayoría de comidas que requieren de este electrodoméstico para su preparación necesitan una temperatura correcta.
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Para qué y cómo precalentar el horno
El tiempo y la temperatura afectan de manera directa la textura y el sabor de los alimentos que horneamos y de no estar previamente caliente, es seguro que no obtengamos los mejores resultados.
Al hornear ocurren reacciones químicas como la expansión del aire, la humedad o de las grasas que hay en nuestras masas, que junto a ingredientes como la levadura, el polvo para hornear o el bicarbonato de sodio, son responsables de la textura final de los postres.
Hornear no es una tarea sencilla, pues hay que estar pendientes de muchos detalles para no cometer errores. (Foto: pexels)
Al introducirse un molde en el horno frío, tardará más tiempo dentro del necesario, provocando reacciones diferentes en los ingredientes.
Al precalentar también evitarás que la comida se queme, pues el introducir tus alimentos a un horno antes de ser precalentado, causará que éstos comiencen a dorarse de manera casi inmediata. Esta reacción dejará tu comida sin jugo por dentro o dura.
Es importante saber que debemos precalentar el horno sólo hasta que alcance la temperatura que indica la receta, lo cual usualmente toma entre 15 o 20 minutos, dependiendo de nuestro horno.
Hornear no es una tarea sencilla, pues hay que estar pendientes de muchos detalles para no cometer errores. (Foto: pexels)
¿Qué pasa si no precalentamos?
El cocinero Lluís Massanés, de la escuela Eshob de Barcelona, explicó a La Vanguardia por qué es importante precalentar el horno antes de empezar a cocinar, así como colocar los alimentos a la altura adecuada y controlar los tiempos y la temperatura.
“Como la cocción en el horno es por concentración (que no se expanda la sustancia del alimento, como cuando hacemos sopa y va a parar al caldo) de esta manera conseguiremos perder menos jugos del alimento y evitar que nos quede seco. Si necesito cocinar a 180 grados, encenderé el horno y cuando llegue a esa temperatura, me avisará y entonces meteré la bandeja con la preparación, previamente engrasada”, dijo.
Además, para que no pierda temperatura, recomendó evitar estar abriendo y cerrando continuamente la puerta del horno durante la cocción.
Ahora que ya sabes la importancia de precalentar el horno antes de cocinar, aquí te dejamos dos recetas que puedes preparar para el almuerzo o disfrutar durante la tarde.
1. Cómo preparar queque de vainilla
El queque de vainilla es un clásico en la mesa de muchos hogares y prepararlo no es tarea difícil si se sigue al pie de la letra la receta.
Ingredientes:
- 500 gr. Harina preparada
- 250 gr. Azúcar rubia
- 250 gr. Mantequilla sin sal
- 4 Huevos
- 400 ml. (1 tarro) Leche evaporada
- 2 cdtas. Polvo para hornear
- 2 cdtas. Esencia de vainilla
- 50 gr. Pasas
- 1/4 cdta. Canela en polvo (opcional)
Preparación:
- En un bowl tamizar o cernir tres veces los ingredientes secos (harina, polvo para hornear y canela (opcional)).
- Separar las claras de las yemas.
- En otro recipiente batir la mantequilla por 5 minutos y agregar el azúcar. Seguir batiendo a velocidad media alta hasta que se disuelva por completo.
- Bajar la velocidad de la batidora e incorporar las yemas una por una mientras continuamos batiendo. Añadir la esencia de vainilla y seguir mezclando hasta que quede homogéneo.
- Agregar los ingredientes secos en tres partes, intercalando con la leche mientras se mezcla con ayuda de una espátula (primera parte de secos, mezclar; agregar la primera parte de leche, mezclar, y así sucesivamente hasta terminar).
- En un recipiente limpio y seco batir las claras hasta que se formen picos. Luego incorporar a la preparación anterior en dos partes, mezclando con la espátula, de forma envolvente para evitar que pierdan aire.
- El último paso es agregar las pasas enharinadas para que no terminen en el fondo del molde. Tras esto verter la mezcla a un molde previamente enmantequillado y enharinado.
- Hornear a 180°c por 45 minutos o hasta que al introducir un palillo este salga limpio.
- Desmoldar tibio y a disfrutar en familia.
Al queque de vainilla se le puede poner nueces, frutas, ralladuras y quedará más delicioso. (Foto: pexels)
2. Cómo hacer papas al horno
No es necesario salir de casa para disfrutar de las papas al horno, aquí te compartimos el paso a paso para que las prepares de manera fácil y queden deliciosas.
- Para disfrutar de este potaje muy aclamado en México y Estados Unidos, lo primero que se debe hacer es precalentar el horno a 180°F. Luego de lavar las papas sin pelar, debes secarlas con papel de cocinar absorbente y envolverlas en papel aluminio.
- Luego las colocar en la plancha del horno y se deben cocinar por 1 hora como mínimo o hasta que estén blandas.
- Tras retirarlas del horno, quitarles el papel aluminio, rellenar al gusto y meter 15 minutos más. Sacar, dejar enfriar y servir.
El papel aluminio es un gran aliado para preparar estas delicias. (Foto: Pixabay)
5 ERRORES DE HACER ARROZ CON LECHE
Es uno de esos postres ricos que nos trasladan a nuestra infancia. Aunque parece sencillo de elaborar, requiere de grandes dosis de paciencia, saber escoger los productos adecuados y conocer unos cuantos trucos. ¿Cuál es la clave para conseguir una buena textura? ¿Cuánto rato ha de estar en el fuego? Estos son los 5 errores que cometes cuando haces arroz con leche.
- No tener en cuenta el calor residual: Conviene dejar enfriar el arroz con leche una vez terminado porque queda más compacto y cremoso, aunque no pasa nada si en casa son impacientes y se tiran encima del delicioso plato nada más salir del fuego. Una cosa si hay que tener en cuenta, y es que el arroz seguirá cocinándose una vez terminada la cocción por efecto del calor residual que acumula.
- Olvidarse de remover durante la cocción: El arroz con leche necesita dedicación, y no estar a su lado, removiendo la preparación mientras se va haciendo cada 4 o 5 minutos tal vez sea el peor de los errores porque se nos pegará, y no conseguiremos la textura ideal, cremosa y suave. ¿Cómo sabemos que ya está a punto? Hay que probarlo, comprobar cómo está el grano, que se haya conseguido una textura suave, que se deshaga en la boca.
- No controlar la manera de elaboración básica: La elaboración requiere, de entrada, utilizar dos ollas para dos preparaciones. Por un lado, colocamos en la primera el arroz y lo vamos cociendo. Las cantidades: Una parte de arroz, 10 de leche. En la otra cazuela pondremos la leche (unos 320 ml para dos personas) y la llevaremos a ebullición.
- Optar por leche condensada o descremada: Elegir un tipo u otro de leche no nos impedirá realizar un arroz con leche, pero si escogemos mal tal vez no obtengamos el postre con su textura genuina. La leche que le conviene no es otra que la leche entera, con su aporte de grasa. En cuanto a la leche condensada, algunos cocineros consideran que no es necesaria porque tiene más concentración de azúcar, y puede resultar excesivo.
- No elegir los ingredientes de calidad: No son muchos ingredientes pero los que pongamos, han de ser de calidad: arroz, azúcar, canela, leche. El arroz idóneo es el de forma redondeada, porque absorbe bien el líquido y queda más meloso y en la práctica sale bien. ¿Hay que lavarlo antes de usarlo? Hay que lavarlo un poco pero no demasiado porque si lo hacemos, le quitaremos todo el almidón y lo necesitamos parase fusione con el azúcar de la leche.
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