El Comercio siguió al astro del Real Madrid en su segunda presentación mundialista. Su selección, Portugal, venció 1-0 a Marruecos y se acerca a octavos. (Foto: EFE)
El Comercio siguió al astro del Real Madrid en su segunda presentación mundialista. Su selección, Portugal, venció 1-0 a Marruecos y se acerca a octavos. (Foto: EFE)
Pedro Canelo

Los tickets que permiten el ingreso a las conferencias de prensa, en el estadio Luzhniki de Moscú, se agotaron como si fueran boletos para ver al grupo de rock más cotizado del momento. le ganó 1-0 a Marruecos por el Grupo B del y el jugador del partido, para la FIFA, fue . El portugués tendrá el encargo de responderle a la prensa, pero a él no le gustan ese tipo de obligaciones. “¿Están seguros que Cristiano aparecerá?”, preguntamos los periodistas a los representantes del comité organizador del torneo. “No se sabe aún”, responden con algo de nerviosismo. En un Mundial todo debe funcionar como un reloj y el futbolista más ganador de estos tiempos no podía alterar el protocolo.

Apareció CR7, aunque antes llegó al acuerdo de solo responder dos preguntas a la emisaria de prensa FIFA. Nada más. Solo habló durante un minuto y 15 segundos. Suficiente para ratificar su ADN competitivo. Su selección le acababa de ganar a Marruecos. Cristiano quería ganar más.

“Ahora el objetivo debe ser ganar nuestro Grupo Mundialista”, responde con seguridad el actual Balón de Oro. Su aparición elevándose por los aires para cabecear al arco marroquí fue una prematura exhibición de jerarquía. Gol a los 5 minutos en la cancha del Luzhniki. Suficiente para sacar adelante un partido difícil ante un once africano que mostró intensidad de ataque, buen trato de balón aunque sin eficacia para definir. Cristiano arrancó el encuentro con velocidad de Fórmula Uno y al final se frenó por la ausencia de ideas de sus compañeros de avanzada.

Seguir en vivo a Cristiano es casi un ejercicio de realidad virtual. Como en los televisores con HD, como en el PlayStation, CR7 corre igual, cabecea igual. Celebra igual. Cumple con grandeza las expectativas de quienes llegamos hasta Moscú con ese encuentro interespecial en agenda.

En el segundo intento que la prensa internacional hizo para poder dialograr con el crack del Real Madrid, la estrategia de CR7 fue algo más común. El portugués salió por la zona mixta como si estuviera hablando por teléfono.

¿Diálogo real o una forma sutil de gambetearnos hasta dejarnos fuera de juego? Pensemos que Cristiano sí había hecho una llamada. Quizá a un familiar o a un amigo cercano. Quizá lo único que quería era contarle a alguien de confianza que hizo otro gol, que ya van seis consecutivos con Portugal, que tiene 85 tantos y ya es el máximo goleador histórico de selecciones europeas. Que no converse mucho con la prensa no debería deshumanizar a Cristiano Ronaldo. Lo vemos inalcanzable, sin embargo él se comporta como ese niño-adolescente que siempre vuelve a casa para contarle a los más queridos que le fue muy bien. Que le tocó ganar.

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