"Si tu sueño más feliz se ha convertido en pesadilla, quizá sea el momento de despertar. De abrir los ojos, respirar profundo y ponerte de pie". (Foto: Reuters)
"Si tu sueño más feliz se ha convertido en pesadilla, quizá sea el momento de despertar. De abrir los ojos, respirar profundo y ponerte de pie". (Foto: Reuters)
Pedro Canelo

A quisiera escribirle primero lo siguiente: si tu sueño más feliz se ha convertido en pesadilla, quizá sea el momento de despertar. De abrir los ojos, respirar profundo y ponerte de pie.


Qué más se le puede decir a alguien que ha perdido lo que más quería. Piensa en tu ilusión más grande y ponle una cruz enorme hasta resignarte que nunca pasará. Eso es lo que está pasando en estas horas Paolo Guerrero. La impotencia devastadora de una misión imposible.


Esa resolución del TAS, con la ampliación del castigo para el capitán de la selección, se lee como un golpe mortal para una carrera. Pero Paolo es Guerrero y, luego de buscar explicaciones horas de horas, quizá entienda –como lo dijo en su video emitido en redes sociales– que existe un día después de este tremendo huracán. Quizá ya no pueda apelar al Tribunal Arbitral del Deporte, sin embargo esa justicia que tanto busca para sus días solo podrá llegar con el mejor argumento que ha tenido durante muchos años: sus goles en una cancha. Si, como afirmaste, te robaron el Mundial, Paolo; que nadie pueda robarte tu carrera. Descansa, llora los meses que merezcas llorar. Eso sí, no te retires todavía. No lo hagas, Guerrero.


Sí, es complicado ser más periodista y menos hincha en estas circunstancias tan extremas. Y en ese estado, aún de negación, quiero pensar todavía que el sueño arrebatado no es definitivo. Paolo Guerrero tiene 34 años, es cierto, mas no es un futbolista acabado. Ahora menos que nunca. Durante uno de los últimos entrenamientos de Guerrero con la selección peruana, nos acercamos a algunos encargados de la preparación física en Videna y nos explicaron que el delantero del Flamengo tenía un físico que nos garantizaba contar con él por lo menos por dos años más de alta competencia. Paolo ha demostrado por cerca de veinte años que no sabe perder. Y si no fue Rusia 2018, su gran oportunidad sin dudas, mi único deseo en medio de tanta tristeza es pedirle que no apague su luz de peleador.


Es difícil verlo intacto en la próxima Copa América o en una Eliminatoria para Qatar 2022. Suena hasta casi un despropósito. Pero es José Paolo Guerrero Gonzales. Al menos hay que pedirle, con el aliento más ensordecedor que se haya escuchado, que lo intente por una última vez.


No hay que mirar muchos videos de la selección peruana para reconocer la figura excluyente de Paolo Guerrero en los últimos quince años. Se ganó, con frías estadísticas, el lugar más caliente en medio de todos nuestros corazones. Si no es el mejor delantero de nuestra historia, mínimo es un top 3. Me niego a que su último partido con la selección sea aquel ante Colombia. He decidido esperarlo. Esperarte, Paolo.

En el Mundial de Rusia muchos hincharemos el orgullo para decir que somos Perú y que estamos de vuelta. Esa frase, Paolo. No la olvides nunca durante estos próximos 240 días. Tú eres Guerrero. Y estarás de vuelta.

“A Paolo quisiera escribirle lo siguiente: si tu sueño más feliz se convirtió en pesadilla, quizá sea hora de despertar”.

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